Integrantes:
Graciela de Lara, Estela de Lara, Carlos Flores, Vittorio La Terza, Sergio Fernández y Mario Yacante
En diciembre de 1965 comenzó la actividad de Alta Montaña del Club Andino Mercedario con la expedición a la Cordillera de Olivares. Ubicada en el Norte de San Juan, limita al Este con el Valle de Iglesia, al Norte con la quebrada de Agua Negra, por donde pasa la ruta internacional San Juan - Coquimbo, y al Oeste con la vecina República de Chile.
La cumbre principal de este macizo, de 6.250 metros de altura, registraba ya varios intentos por parte de los socios del C. A. M. Desde 1962 cuatro expediciones intentaron alcanzarla, debiendo desistir de sus propósitos por diversos motivos.
En enero de 1965, Pietschmann, La Terza, y el que suscribe alcanzamos los 6.150 metros de altura, señalando así la futura ruta de ataque.
El 26 de diciembre de 1965 salimos de San Juan, otra vez rumbo al norte, con el propósito de alcanzar la cima de la montaña tantas veces pretendida. Integraban la expedición Graciela y Estela de Lara y Carlos Flores, que recibían su bautismo en alta montaña. Vittorio La Terza y yo que ya habíamos recorrido gran parte de la ruta en el intento anterior, y Sergio Fernández, el más experimentado del grupo, ya que ha ascendido el Aconcagua, el Plata, el Tórtolas, el Famatina Norte y el Cerro del Toro, para citar los más importante.
Después de pasar por Talacasto, Hualilán, Iglesia y Las Flores, llegamos al destacamento de Guardia Vieja, puesto avanzado de Gendarmería Nacional.
Avanzamos 30 kilómetros más, con los vehículos siguiendo la quebrada de. Agua Negra y, en la boca de la quebrada de San Javier, a 3.800 metros sobre el nivel del; mar, pasamos la primera noche de montaña.
Al día siguiente remontamos la quebrada de San Javier con la ayuda del baqueano Aquiles Rojas y sus mulas. Al final de ella instalamos el campamento base a 4.500 metros de altura, dando por realizada la etapa de acercamiento.
La mañana del 28 de diciembre nos sorprendió cargando nuestras mochilas. Llevábamos dos carpas para tres personas, grampones, piquetas, una cuerda de perlón, calentadores a gas, bolsas de dormir, sacos de plumón y víveres para seis días.
Ascendimos rápidamente por un filo de piedras sueltas con algunos roquedales, y al caer la tarde nos detuvimos al borde de un campo de penitentes naciente en la barrera de seracs del glaciar de La Lengua. Estábamos a 5.000 metros, el cielo seguía despejado.
Luego de emparejar el terreno armamos las carpas, instalando así el primer campamento de altura.
No está de más decir que en esa región y a la altura que nos encontrábamos, el dolor de cabeza iba en aumento, debido a la puna y a la falta de aclimatación.
Diciembre 29, despuntada el alba y sólo se escuchaba el rugir de los calentadores y el crujido de las galletas bajo los dientes. Las chicas, animosas como los demás, deseaban continuar ese mismo día la ascensión.
Así es que, bordeando el glaciar por la izquierda, seguimos subiendo hasta toparnos con él. Era hora de almorzar y allí abrimos algunas latas de sardinas que desaparecieron rápidamente. Luego de una corta exploración subimos al hielo, abriendo la marcha Sergio y yo, encordados, mientras los demás seguían nuestras huellas.
El sol nos achicharraba con sus rayos, y luego de cuatro horas de marcha, nos detuvimos. Demasiado fatigados, resolvimos terminar la jornada allí y armamos el campamento n°2 a una altura de 5.500 metros.
El 30 de diciembre, antes de aclarar, abandonamos las carpas e iniciamos el ataque, dejando el campamento n° 2 instalado.
Con todo el abrigo puesto avanzamos soportando una temperatura de 10 grados bajo cero.
Los primeros rayos del sol nos sorprendieron cuando dejábamos el hielo, para atacar una ladera con acarreos salpicada de planchones de nieve. Esta nos lleva al filo principal que va a la cumbre. Los últimos 200 metros se hacían interminables, debido a nuestro cansancio. Solamente nos reconfortaba! el magnífico panorama que ofrecían las cumbres vecinas y las indicaciones del altímetro.
A las 14 horas estábamos en la cumbre. Desde esa cúspide tan ansiada, podíamos mirar a los cuatro vientos, todo estaba por debajo nuestro. Ahora podíamos responder a la pregunta que nos habíamos formulado durante toda la ascensión: "¿Qué se ve al otro lado?"
Ya estaban colmados nuestros anhelos y nos llenaba de admiración la fortaleza de nuestras chicas.
Pasamos una hora en la cumbre gozando del panorama y al mismo tiempo armamos la "pirca" donde dejamos un banderín del C. A. M. y un breve relato de la ascensión.
La fortuna nos sonrió durante el descenso. Dos días después, en el campamento base, nos sorprendió el 1ºde enero brindando por el triunfo y por el nuevo año con sendos jarros de... agua.
Lat: -30° 25' 12" Lon: -69° 46' 53"
Es la tercera cumbre más alta de la Provincia de San Juan. Ubicado en el noroeste de la provincia, es el coronamiento del cordón de Olivares, límite sur de la quebrada de Agua Negra. En esta quebrada se ha trazado la ruta nacional n° 150 que comunica con la Región de Coquimbo en Chile a través del histórico paso de Agua Negra, utilizado por una de las columnas del Ejército Libertador en el siglo XIX.
Es una extensa montaña de forma amesetada que presenta varias cumbres secundarias. Posee grandes glaciares que descuelgan hacia los cuatro puntos cardinales, siendo el glaciar norte el más extenso. Su relativa cercanía a la ruta internacional lo ha convertido en el seismil más accesible de la Provincia de San Juan.
La primera ascensión la realizaron montañistas del Club Andino Mercedario el 30 de diciembre de 1965, aunque había sido intentado previamente en cuatro oportunidades. El grupo que coronó la cima estaba integrado por Sergio Fernández, Vittorio La Terza, Mario Yacante, Estela de Lara, Graciela de Lara y Carlos Flores, accediendo por la quebrada San Javier. Establecieron el campamento base a 4500m y dos campamentos de altura a 5000m y 5500m. En la actualidad, se sigue utilizando la misma vía de ascenso, quedando pendiente el desafío de trazar nuevos accesos y vías de ascensión.
En cuanto al nombre, el relato de la primera ascensión realizado por Mario Yacante no hace mención del origen, pero es de suponer que existiría previamente, llamándose indistintamente de las dos maneras. Cuando se lo llama por el apelativo “Olivares” se sabe agregar Central ó Principal para diferenciarlo del Olivares de Límite, el otro seismil ubicado unos 18km al oeste sobre el mismo límite internacional.
Fuente : Revista "La Montaña ", número 8, de noviembre de 1966
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