Cerro Redondo tiene una altura de 2750 m, y se encuentra en la Zona de Uspallata, Mendoza, Argentina a los
32° 18´04“ S 69° 15¨25” O
Integrantes: Lucas Sbriglio, Massimo Sbriglio, Emiliano Vidal
Tras haber realizado algunos hermosos recorridos por la pampa fría para hacer observaciones astronómicas (ya que la zona cumple con particulares condiciones) y haber recorrido la ruta 19 para una expedición a “Los Azules” me percaté que existe una zona muy poco visitada (al menos deportivamente) entre las rutas 19 y la 149 al noroeste mendocino que tenía unas hermosas montañas que, seguramente, serian un hermoso balcón con una vista increíble del cordón del Tigre… Ramada… Ansilta e incluso de la Cordillera Principal.
Dos amigos de las montañas, entusiastas y estudiosos de la cordillera, Emiliano y Nicolás, tenían muy estudiada la zona, y así surgió la idea de ir a este destino. Con la idea de salir de madrugada desde Mendoza para tratar de lograr el principal objetivo de la zona, el cerro Redondo: una majestuosa “bocha” de Precordillera que emerge con sus 2750 msnm en el medio de la pampa seca.
Para esto deberíamos hacer una aproximación cerca de 10 Km sólo para llegar a la base, por lo que surgió la idea de hacerla en bicicleta, a campo traviesa, ya que sólo así tendríamos chances de lograr el objetivo con horas luz.
Alrededor de las 5 de la mañana salimos con Emiliano Vidal y Massimo Sbriglio ya que Nico no se podía sumar.
Luego de recorrer la Ruta 52 tomamos la Ruta 21 rumbo al “puesto N°1” para finalmente dar con la ruta 19. Esta ruta es una muy antigua y poco conocida (y menos transitada) ruta minera, que atraviesa por el margen Este la Pampa Seca, desde donde se vislumbraba, hacia el Oeste, nuestro objetivo en soledad e imponente.
La zona es un lugar donde limitan varios campos abiertos propiedad del Ejército Argentino, de la Estancia Tambillos y de la Estancia el Yalguaraz, pero en esta zona estos campos son solo pastoreados por guanacos, dado que hay muy pocas fuentes de agua disponibles y algunas ya secas o agotadas.
Llegamos frente a un antiguo paraje minero llamado “Agua de las cortaderas”
Un lugar con un antiguo emplazamiento minero abandonado del cual solo quedan habitaciones de piedra y vestigios de lo que alguna vez, a principios del siglo pasado, supo albergar osados mineros que trabajaban en busca de un futuro mejor en condiciones muy precarias.
Bajamos las bicis de nuestra camioneta, y comenzamos la travesía de la Pampa Seca donde tuvimos 5 Km de una amigable pendiente, para luego recorrer la misma longitud pero en una subida con suelo arenoso que puso a prueba nuestras piernas.
Encontramos un lugar visible para dejar nuestras bicicletas entre las jarillas (Larrea nítida y L. divaricata), cuernos de cabra (Adesmia egiceras), Solupes (Ephedra americana), leña amarilla (Adesmia Pinifolia) y demás vegetación de la pampa, marcamos el punto con el GPS, y salimos a pie. luego de que las bicis nos ayudaran a recorrer los 10 km de aproximación mucho más rápido de lo que lo hubiésemos hecho a pie.
Decidimos encarar la escarpada subida por la ladera sureste ya que parecía mucho más amigable y al darnos vuelta podíamos vislumbrar una vista increíble de la Precordillera central de Mendoza y San Juan, además de los paisajes lunares de las pampas que quedaban a nuestros pies
Luego de algo más de 3 horas de subida vimos la primera pirca, al fondo una pirca mayor (probablemente hecha por militares.) con la tan ansiada cumbre.
No había ningún comprobante de cumbre ni indicios de haber sido visitada en mucho tiempo
Nos dimos cuenta que realmente habíamos llegado a un “balcón” de los Andes centrales ya que allí arriba podíamos ver en un mismo plano El Cordón del Plata (cordillera frontal), el Cordón del Tigre, la Cordillera Principal (con su majestuoso Aconcagua), el Cordón de la Ramada, el Cordón de Ansilta, El Cerro Mercedario, la Cerrillada de Ansilta y Los Azules. Nos dimos cuenta de que éramos unos privilegiados, ya que no existen muchos puntos donde la panorámica nos regale tal grado de apertura visual en toda la cordillera de Mendoza.
Aquí nos empezamos a preguntar si la nuestra sería la primera ascensión deportiva dado que no habíamos dado con información en ningún relato ni plataforma, como así tampoco habíamos encontrado comprobante alguno de cumbre que nos indicara antiguos visitantes de manera deportiva.
Bajamos lentamente hasta nuestras bicicletas que milagrosamente se mantenían infladas entre tantas espinas, y desandamos nuestro camino observando a lo lejos el cerro Los Azules al norte que nos deleitaba con la tenue luz del ocaso del sol sobre su ladera blanca por la reciente nevada que tuvo la zona. Al darnos vuelta observamos la superposición del cerro redondo con el gigante nevado del Cerro Tambillo que asomaba desde atrás al oeste.
Seguimos camino hasta llegar nuevamente al vehículo, y regresamos a Mendoza ya con nuestro objetivo cumplido.
Con esta montaña demostramos que a veces no es necesario realizar grandes empresas para lograr o experimentar vivencias, sensaciones, vistas y experiencias únicas e inigualables, sino que la aventura puede estar más cerca y alcanzable de lo que esperamos o creemos. Y como la vida misma la alegría y el disfrute también puede estar en las pequeñas cosas, es otra de las tantas enseñanzas que me sigue dejando esta vida entre montañas.
Mail: info@culturademontania.org.ar
WhatsApp: +54 11 3060-2226
Instagram: @ccam_arg
www.facebook.com/ccamontania
Contáctate y comenzá
la aventura de integrarte
a la red cultural