Nota de fecha- 15/01/2014 -
Leo Viamonte mudó su vida marplatense a El Chaltén, en busca de la tranquilidad de las montañas y de poder desarrollar el deporte que más le gusta, la escalada. En esta entrevista, el vecino de El Chaltén nos cuenta sus inicios, cómo se desarrolló en el deporte y su preferencia por equipar rutas en los alrededores del pueblo. También se animó a contestar un interesante test de personalidad.
La Cachaña: ¿Empezaste a escalar desde muy chico?
Leo Viamonte: Arranqué a los 15 años, con el “Capi” (Irrazábal) y otro grupo de chicos de Mar del Plata. De a poco nos empezaron a interesar montañas más grandes, pasamos de la escalada deportiva y del bloque a hacer montaña, eso fue más o menos a los 20 años en Bariloche.
En el ´98 nos vinimos para El Chaltén a tratar de escalar el Fitz Roy, no sabíamos ni en que provincia quedaba, ni cómo era, pero cuando lo vimos bajamos las expectativas, habíamos visto el “topo” de la ruta, nos parecía que iba a ser fácil porque en los papeles, las rutas siempre son más fáciles.
Ese año subimos la Guillaumet, la aguja Poincenot, la aguja de la S, aunque también hicimos un intento al Fitz, llegamos algo más arriba de la brecha de los italianos y nos dio miedo y nos bajamos, nada del otro mundo, nos dio miedo, no por otra cosa. En esa época no había internet ni nada, el clima para subir era cuando se ponía lindo.
La pasamos bien, los momentos en los campamentos arriba sobre todo. La táctica de las expediciones era diferente, quedarse en Bridwell, donde es hoy D´Agostini, o rio Blanco, esperando que el tiempo se ponga bueno, cuando subía la presión o salía el sol escalábamos, nada más, si aparecía una nube, abajo. Entonces se escalaba con clima bueno y sin ningún tipo de certeza.
He tenido suerte con el clima y con los compañeros, siempre escalé con amigos. Así pude subir al Fitz en el 2000, la Rafael, Pier Giorgio y Mermoz. Fueron buenos años, la pasábamos bien.
LC: Llegaste a El Chaltén por primera vez en 1998. ¿Hace cuántos años que vivís acá?
Leo: A partir del 2000 ya me quedaba y en el 2003 empecé a pasar los inviernos, venía los veranos a trabajar en la construcción y de guía de montaña y desde el 2003 nos quedamos con Paula y tenemos el local desde hace 9 años. El año que viene cumplimos diez años y vamos a hacer una fiesta por eso. Y tenemos al chiquitito que nació el año pasado.
El ambiente del pueblo es buenísimo. Siempre hay cosas para quejarse, siempre se podría hacer todo mucho mejor, todo podría ser mejor, pero esta forma del pueblo es muy buena para mi. La forma que se crían los chicos, la forma de moverse en el pueblo, los trabajos que tengo, los clientes, los amigos, no es un lugar complicado para vivir, estamos en un lugar que es lindo para vivir y yo estoy contento por eso.
Estamos en el lugar que queremos estar. Tener la oportunidad de vivir en el lugar que uno quiere está buenísimo. Hay gente que emigra, que se tiene que ir a vivir a otra parte, como mis hermanos que se tuvieron que ir a vivir a EEUU por la crisis del ´99 y a veces es triste para la familia disgregarse, y nosotros vivimos en el lugar que elegimos, y económicamente que uno pueda hacer lo que a uno le gusta es buenísimo.
LC: ¿Trabajando en la montaña?
Leo: Si, soy guía de trekking en cordillera desde el 2003 y terminé el de guía de alta montaña UIAGM en el 2010. El curso de trekking fue como salida laboral, yo siempre trabajé en la construcción y trabajé muchos años de guía de trekking y de alta montaña. El trabajo de alta montaña es muy sacrificado y hay que tener muchas ganas, sinceramente no trabajé tanto como guía de alta montaña como trabajé de guía de trekking.
Además en Argentina este trabajo todavía no está muy desarrollado, de a poco se están desarrollando también el esquí, pero es algo que se va a empezar a desarrollar con el turismo invernal, como el esquí de travesía, que está arrancando muy de a poco.
La Cachaña: ¿Cuándo comenzaste a trabajar de guía, tuviste que dejar de escalar?
Leo Viamonte: Dejé de escalar porque el trabajo te absorbe. Para el año 2004/5 dejé el alpinismo y me dediqué a ser guía y no escalé más en estilo alpino hasta ahora, que si bien voy a esquiar y hago un montón de cosas, no hago más alpinismo. Me dediqué más a la escalada deportiva, en mi nivel, que son las escaladas mono largo como se las llama, que son el tipo de rutas que hay alrededor del pueblo.
LC: En relación a eso, ¿te dedicas mucho a equipar nuevas vías?
Leo: Me gusta mucho equipar vías, esto significa armar una ruta desde cero, elegir el lugar y ponerle los seguros y su reunión para que quede lista para escalar.
LC: ¿Cómo se encuentra o se busca una vía y se proyecta para equiparla?
Leo: Hay dos tipos de escalada, lo que se hace en El Chaltén es alpinismo, escalada de aventura, no hay seguros en la roca y se escala casi siempre por fisuras. La protección para no caerte es metiendo seguros dentro de las fisuras, ya sean clavos o aparatitos, que te pueden sostener y no dejan nada en la roca.
La escalada deportiva es diferente, es de menos altura, son las rutas mono largo de entre 20 y 40 metros, la ruta ya tiene sus seguros instalados, cada 2, 3, o 4 metros. El seguro es un perno que se clava en la roca, tiene una especie de ojal donde uno se asegura mientras va subiendo, al final hay dos para poder bajarse y no dejar nada del equipo personal.
LC: ¿Y que tenés en cuenta al momento de establecer una vía para equiparla?
Leo: Lo que hago primero es ver una parte de la roca lo más estética posible, después se prueba la calidad de la roca, que no haya roca suelta, se limpia porque normalmente hay bloques sueltos. En general la roca alrededor de Chaltén no es de muy buena calidad, en el macizo es granito, es perfecto, pero es para otro tipo de escalada.
En los alrededores del pueblo pruebo si se puede escalar por el lugar, en base a eso hay un protocolo sobre cómo equipar para que sea seguro, para que si uno se cae, los seguros hagan que no llegue al piso y que no me golpee.
No es como la escalada de aventura, en alpinismo los seguros no se usan casi nunca, porque son para la progresión, son por si uno se cae. En la deportiva, uno se cae, porque se puede probar la dificultad de la escalada casi al máximo de la capacidad que uno tiene, y si uno se cae no pasa nada, hay un seguro que es fiable, que no está lejos, y se escala tranquilo.
LC: ¿Cómo establecés la complejidad de la vía?
Leo: Hay una especie de regla que determina la dificultad de la vía, ya sea por lo largo de los pasos o porque los agarres son chiquitos.
En alpinismo se escala a menos grados porque el grado del lugar es la lejanía, la exposición de la ruta, el frío, el largo, la cantidad de largos. En deportiva hay un solo largo, o máximo 4, por lo menos acá en El Chaltén. En deportiva se puede probar a la máxima dificultad que uno puede escalar.
Si bien equipo rutas que puedo encadenar, hay un montón de vías que equipo que son para gente que escala más que yo. Cuando armo una vía estimo que se puede escalar y la equipo para que escale gente que sabe más o que es más fuerte que yo.
Tamibén hago rutas más fáciles para gente que recién está empezando. En esos casos la vía se arma de baja dificultad, en función de lo que necesita alguien que es nuevo en la escalada.
Lo más difícil es ponerse en la piel del tipo que está escalando. Para él quizás es su máxima dificultad, lleva los seguros y la cuerda porque lo más probable es que se caiga, entonces hay que poner los seguros en función de la persona que va a escalar esa vía.
LC: ¿Cuántas rutas hay en las paredes alrededor del pueblo, tenés una idea?
Leo: En El Chaltén hay como 250, 300 rutas, yo equipé bastantes. En realidad habría que preguntarle a César Acuña, “el Tehuelche”. Yo creo que equipé unas 50.
LC: ¿Se puede decir que la escalada deportiva es de tu preferencia?
Leo: Me gusta mucho, es una escalada totalmente despreocupada, no es como el alpinismo que uno se tiene que preocupar por el clima, por las piedras, por las nevadas.
En la deportiva la dificultad son los movimientos que se necesitan y lo lindo es la ruta que se elige y el entorno. Es lo que se viene en El Chaltén, que si bien es un destino de alpinismo, a Chaltén lo rodean un montón de promontorios que tienen entre diez y cuarenta metros y son ideales para la escalada de muy buena calidad, con un marco buenísimo.
De a poco se van a ir desarrollando sectores de escalada alrededor del pueblo, en la medida que Parques lo permita, algo que está bueno porque somos un pueblo de montaña y para los chicos que van a empezar a escalar, la deportiva no es tan riesgosa, se realiza en un marco de seguridad total, si bien uno se puede caer, por eso se usa casco, arnés, cuerda de seguridad, la idea es que sea lo más seguro posible.
LC: ¿De la escalada deportiva y lo que hacés hoy, qué es lo que más te gusta?
Leo: Que la gente repita mis vías, eso es una gran satisfacción, que gusten. Acá no se sabe quién abre las vías, yo no promociono las vías que abro. Por ahí estoy en un lugar y se escuchan quejas de gente que hubiera puesto menos chapas, o más, que las hubiera hecho más largas o más cortas, o por otro lugar. Pero cuando nadie me conoce y escuchó o veo que alguien hace una ruta y le gusta, yo alucino.
Cuando se equipa una vía, no se equipa para uno. Yo disfruto en descubrir una línea que te imaginás que está buena, ponerle los seguros, visualizar cómo pueden ser los pasos y después va alguien y la hace, igual o diferente. Entonces cuando alguien hace una ruta mía y le gusta, me encanta, independientemente que sepa o no que yo la equipé. Tengo abiertas rutas en casi todos lo sectores… Siempre hay alguien probando una ruta mía.
LC: ¿Hay algún sector que te guste más que otros?
Leo: El sector que más disfruté fue la platea, porque llegué y no había ninguna ruta, entonces cuando tenés el privilegio de equipar un lugar nuevo está bueno, pero se me escaparon un montón. Pero cuando llegas a un lugar siemrpe se piensa si hubieras llegado antes, y eso me pasó en la platea y está buenísimo.
Me pasó lo mismo en Alta Vista, que es un sector que no se usa mucho, porque hay que caminar un poquito, pero también me tocó empezar un sector de cero y me encantó.
LC: ¿Cómo establecés si la ruta es fácil o más compleja?
Leo: El equipador equipa para que los demás hagan la vía, además de porque le gusta, no es solidario, no es que piensa que uno es bueno y se abre la vía para que la gente suba. Quiere abrir esa vía porque le parece estética, hay vías lindas que son muy fáciles y hay rutas duras que son feas, y fáciles que son feas.
La belleza de la ruta no radica en la dificultad, si no en el tipo de roca, los movimientos, los seguros bien puestos, si la cuerda pasa bien, eso hace que vos disfrutes cuando escalás. Hay vías durísimas en las que te raspás todo y cuando llegás arriba no se te ocurre más que putear, sacar las cosas e irte, porque es una porquería, pero capaz que es lo que querías.
Antes, en la época que quería subir el grado de dificultad de mi escalada, trataba de tachar y hacer vías más duras, y después te das cuenta que las vías más lindas no son siempre las más duras. Cuando uno se va poniendo viejo va bajando de grado.
La Cachaña: Sos parte de la Comisión de Auxilio del Centro Andino. ¿Tenés una función, que rol cumplís si hay un rescate o alguna actividad?
Leo Viamonte: Participo en la Comisión desde que vivo en el pueblo o desde que vengo todos los años, o sea desde el 2000 más o menos. He participado en casi todos los rescates en los que he podido. En los últimos años soy parte del grupo estable que va a los rescates, en los que participa la Comisión.
Los rescates en el pueblo son competencia de Parques Nacionales y Gendarmería, cuando se complican y se necesitan más personas o nivel técnico, ayuda la Comisión de Auxilio del Club Andino.
Junto con un grupo de alrededor de diez personas, en los últimos años, nos ha tocado trabajar en casi todos los rescates que participó la Comisión de Auxilio. Quizás nosotros estamos en la parte más técnica, de los glaciares para adentro, cuando hay que bajar a alguien por pendientes empinadas, ya sea para arriba o para abajo. La mayoría de las cosas veces se trata de evacuaciones.
Acá las distancias son muy grandes, entonces cuando llega algún equipo de rescate son muchas horas después del accidente y la mayoría de las veces son traslados.
LC: Se han estado capacitando también con gente de Italia.
Leo: En el 2012 tuve la posibilidad de viajar a Trento junto a un grupo de compañeros a realizar un curso de rescate en pared y algunos ejercicios con helicóptero. Estuvo muy bueno, otra realidad que la nuestra.
LC: ¿En cuanto a medios y capacitación qué diferencias notaste?
Leo: El lugar es diferente, tienen muchos medios más que nosotros. Nosotros no tenemos medios, no hay helicóptero, además las condiciones climáticas no siempre permitirían que vuele. En Europa hay caminos por todos lados, hay mucha gente en la montaña, acá la gente que va a la montaña es menos, en proporción, los accidentes son menos, el nivel de gente que hace alpinismo o cosas en la montaña es bastante bueno, entonces no hay gran cantidad de accidentes.
La dinámica de las evacuaciones en las que participamos nosotros son diferentes a las de Europa. Si bien nosotros fuimos a aprender, hubo que disociar un poco para poder capitalizar lo que aprendimos y poder adaptarlo acá. Por eso, el año pasado hicimos un taller de todo lo que aprendimos en Italia para la gente del pueblo y este año la gente del Corpo de Socorso Alpino di Trento pudo venir a dar un serie de talleres de rescate en pendientes en pared, en rutas pronunciadas o fuertes y rescate en avalanchas.
Lo que se dio este año es un taller de auto rescate, porque toda la gente que participó es de la Comisión de Auxilio y va a la montaña. También, se dio un taller de búsqueda organizada, que como grupo de rescate se vió cómo se tiene que organizar la Comisión a la hora de armar un rescate organizado, que es algo que por lo menos yo nunca había participado, si bien lo había visto en la teoría nunca lo había practicado. Fue muy interesante.
LC: ¿Cómo trabaja la Comisión y la gente que la integra?
Leo: Lo que pasa con la Comisión de Auxilio es un fenómeno social interesante, la gente colabora, hay mucha solidaridad. Es un fenómeno que emociona. Cuando hay un rescate, la gente deja sus trabajos o lo que tenga que hacer y se pone a disposición, ya sea cargar a alguien desde el fondo del glaciar Torre hasta el pueblo o poner un transfer para venir desde el Fraile al pueblo, todo el mundo se involucra sin querer figurar. Eso está bueno y el espíritu es apoyar el deporte.
Como somos un pueblo de montaña parece que cada uno hace la suya, pero si se necesita material humano la gente va, si los comercios tienen que colaborar también lo hacen, como poner viandas o un camión para llevar equipos. Es un fenómeno social lindo, más allá de las diferentes formas de pensar, porque cada uno tiene la suya, a la hora de colaborar por un accidente la gente lo hace y bien, es muy lindo....
Nacido el 10 de junio de 1975, en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. Vive en el Chaltén desde el año 2000. Guía UIAGM.
Su principal defecto: querer hacer más cosas de las que puedo
El principal rasgo de su carácter: desenvuelto (acota Paula, su esposa)
Cuál sería su peor desgracia: nunca tuve una desgracia
Su ideal de felicidad completa: Otro hijo más? Mi familia y amigos con salud, haciendo lo que quieren. Y Dios bendiciéndonos a todos.
Lo que más detesta: la falta de respeto
Qué insulto utiliza con más frecuencia: boludo, como todos los argentinos.
Su color favorito: naranja Aluap (indica su hijo. Aluap: local de artesanía)
Comida y bebida preferida: pastel de papas y agua
Lo que más aprecia de sus amigos: lo apasionados que son en todo lo que hacen
La cualidad que prefiere en un compañero de escalada: que sea un amigo
Qué no perdonaría en un compañero de escalada: no hay cosas que no se perdonan (que me coman los alfajores)
Un escalador: Bean Poroto Bowers
Una montaña: El Fitz Roy
Si no fuese usted mismo, quién le gustaría ser: el Tehuelche (César Acuña)
De qué se arrepiente: no haber pedido una hectárea hace 25 años (al Consejo Agrario Provincial)
Qué profesión le hubiera gustado ejercer: director técnico de fútbol como Mostaza Merlo
Cómo le gustaría morir: después de todos ustedes
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