Estaba trabajando, como tantas otras veces con mapas de los Andes, y no daba crédito que frente a mi, había prueba concreta que aún existía una montaña virgen de más de 6.000 metros en América.
Con el objetivo de proponer una lista precisa y definitiva de los +6000 andinos, nuevamente estaba releyendo bibliografía y revisando mapas, en especial los que mayor exactitud brindan sobre las cotas altimétricas. Dentro de la Puna, justamente la zona que desde hace años documento, estaba la Sierra Nevada, una montaña magnífica que alberga 8 cumbres superando casi todas los 6000 m. Recordaba claramente el primer ascenso en el año 2000 a cargo de una expedición norteamericana difundido en ese entonces en revistas especializadas y el American Alpine Journal. Pero frente a mis ojos tenía la prueba irrefutable de los nuevos mapas procesados a partir de datos obtenidos por Interferometría Diferencial, que indicaban la verdadera cumbre principal de la montaña 2,74 km dentro del territorio argentino y que el pico ascendido en 2000 era en realidad 14 metros más bajo.
La posición geográfica del punto más alto de la Sierra Nevada según los mapas que tenía frente a mi, estaba en el punto 26° 29' 31'' S / 68° 33' 34'' O y superaba en altitud al señalado en la cartografía como punto limítrofe.
Existía una montaña virgen, eso era un hecho, solo que la noticia era tan sugestiva que necesitaba obtener prueba irrefutable para convencerme y convencer a mis amigos de ir por su cumbre.
Tenía como punto de partida los datos ya obtenidos y el siguiente paso fue verificarlo en Google Earth. Nuevamente la cumbre Principal (Este) superaba a la Limítrofe (Oeste) por 15 m. Si bien esta cartografía no es para nada exacta, era otro paso más. Las hojas 1:250.000 de los Institutos Geográficos argentino y chileno solo acotaban la cumbre Limítrofe, lo mismo que la hoja 1:100.000 argentina, asi que no daban precisión al tema y los innumerables sitios de internet que brindan información geográfica (casi todos basados en datos SRTM) no daban lugar a dudas, la cumbre Este era la principal.
Busque más información en el Instituto Geográfico argentino, pero formalmente me dijeron que al público solo le podían brindar información en formato 1:100.000 y eso no me servía.
Como en otras oportunidades me dirigí a la Comisión Nacional de Limites Internacionales (CONALI) ya que allí cuentan con hojas 1:50.000 del Instituto Geográfico. En otras oportunidades habían sido muy amables y en esta oportunidad no sería la excepción. Se interesaron en el tema, y volví a Mar del Plata con las cartas 1:50.000, pero la cumbre este no tenía punto acotado, solo la curva de nivel +6100.
Vale aclarar que la cartografía argentina está confeccionada a partir de fotogrametría y pese a que todos los países americanos establecieron el Datum Geocéntrico Sudamericano (SIRGAS) para unificar datos, la cumbre Limítrofe de la Sierra Nevada está acotada con 6173 m, mientras que la cartografía chilena le asigna 6137 m. Podría tratarse de un error tipográfico, pese a que los funcionarios argentinos indican que no es así.
Del otro lado de la cordillera, en Chile, existen cartas 1:50.000 y pronto encontré vía telefónica un dependiente del IGM chileno que me indicó como adquirir las hojas que necesitaba. No sin una gran cuota de ansiedad, esperé los datos y a los pocos días pude descargar la hoja Lagunas Bravas 1:50.000 que contenía la prueba definitiva y oficial: la cumbre Limítrofe medía 6127 y la Principal 6141.
Desde un primer momento compartí la información con mis compañeros de montaña Eduardo Namur y Nicolás Pantaleón. Ambos no tenían dudas que estábamos frente al último 6000 virgen de América y más aún Eduardo con su lógica de ingeniero indicaba que si no se había pisado el punto más alto, entonces no se había subido la montaña.
Mis ideas, un poco mas “poéticas” me hacían dudar si el ascenso del 2000 a una cumbre secundaria, que ellos consideraron principal no podría considerarse el primer ascenso, pero un texto de Silvia Metzeltin Buscaini “Hacia la Verdadera Cumbre”, incluido en el AAJ 1988, donde expresa su opinión acerca de lo que es un verdadero primer ascenso. Luego de reflexionar sobre la ética de los primeros ascensos, la alpinista italiana afirma que “Para simplificar la difícil tarea de los historiadores del montañismo, propongo una drástica sugerencia: todas aquellas ascensiones donde la verdadera cima no se hubiera alcanzado son simplemente intentos”.
La conclusión que surgía es que si la cumbre no estaba donde se creía, y en la actualidad contábamos con mediciones mucho más precisas que las que existían en los años 80 cuando se confeccionaron las cartas que se habían utilizado, éticamente era necesario subir hasta el punto más alto para lograr el primer ascenso.
Por otro lado, considero poco ético, lo que algunos andinistas comenzaron a poner en práctica ya hace varios años, “inventando” nuevas cumbres vírgenes y habitualmente publicando rimbombantemente sus supuestos logros, cuando en realidad suben solo cumbres secundarias de grandes montañas cuyos primeros ascensos ya ocurrieron hace mucho. Incluso se ha llegado al extremo de colocar nombres para intentar darle entidad de montaña a estos picos secundarios, logrando confundir en muchos casos al andinista o lector de montaña. En este caso, justamente era al revés, la cumbre principal se encontraba aparentemente inescalada y la secundaria era la que se había subido.
El macizo de la Sierra Nevada, es en realidad un enorme complejo volcánico ubicado sobre los 26°29' de latitud Sur y 68°34' de longitud Oeste. Pertenece a la cordillera volcánica que limita por el oeste a la Puna y como referencia se puede afirmar que está al este la la Cordillera Claudio Gay. El límite internacional entre Argentina (Catamarca) y Chile (Región de Atacama) pasa por una de sus cumbres, la Limítrofe, llamada en ciertos informes como Toro, por encontrarse al este de las Termas del mismo nombre.
Como principal característica de enorme complejo volcánico podemos citar que abarca unos 250 km2 y contiene múltiples centros eruptivos de diversos tamaños. El macizo posee ocho cumbres, seis o siete de ellas de más de 6000 metros. Una de ellas es la denominada Cumbre del Laudo, ligada por un alto collado de más de 5.850 metros a la cumbre Sureste.
De acuerdo a la cartografía chilena la denominación es Sierra Nevada de Lagunas Bravas, mientras que para el Instituto Geográfico Nacional argentino es simplemente Sierra Nevada. Esta denominación aparece por primera vez en las crónicas de las Comisiones de Límites que trabajaron a ambos lados de la cordillera a partir de los últimos años del Siglo XIX, ya que antes Alejandro Bertrand, ingeniero en minas contratado por la nación chilena identifica las alturas al este de la cordillera de Claudio Gay como Cerros de Lagunas Bravas (Memoria sobre las Cordilleras del Desierto de Atacama I Rejiones Limítrofes, Santiago, 1885)
En el trabajo publicado por la Oficina de Limites Internacionales, podemos leer textualmente:
“En consecuencia, la línea divisoria entre la República Argentina y la República de Chile, entre los paralelos 23 grados y 26 grados, 52 minutos, 45 segundos de latitud austral que debiera fijar esta Comisión demarcadora con arreglo al acta segunda de 2 de Noviembre de 1898, queda establecida en la forma siguiente: ….” Como continuación de la línea divisoria, una recta que partiendo de la cima del cerro de Aguas Blancas llegue á la cima de los cerros Colorados; en seguida otra recta desde la cima de los cerros Colorados hasta la cima de los cerros de Lagunas Bravas y otra recta desde la cima de los cerros de Lagunas Bravas hasta la cima de la llamada Sierra Nevada en el mapa argentino y calculada en el mismo mapa con la altura de 6400 metros. Finalmente, una línea recta que partiendo del último punto indicado, llegue hasta el que se fije en el paralelo 26 grados, 52 minutos, 45 segundos por el Gobierno de S. M. Británica, en conformidad al acta de 22 de Septiembre de 1898”
Con el tiempo, la cima que se indica como Sierra Nevada, será llamada Cumbre del Laudo (justamente por el de su majestad británica) y los Cerros de Lagunas Bravas, serán renombrados como Sierra Nevada de Lagunas Bravas.
Desde que Edward Whymper escalara el Chimborazo en enero de 1880, la exploración de las más altas cumbres andinas se dio sin prisa pero sin pausa. A lo largo de los 100 años que siguieron al ascenso del mítico alpinista al gran nevado ecuatoriano, se fueron ascendiendo casi la totalidad de los +6000. De hecho entre 1880 y 1996 fueron realizados los primeros ascensos de 94 +6000.
La última porción andina sin explorar era la más recóndita zona de la Puna, ubicada al sur del Salar de Antofalla y al norte del Paso de San Francisco, entre la cordillera limítrofe y los desiertos salinos del este de la Puna. Este sector, virtualmente inaccesible al hombre, por falta de agua y pasturas para los animales de carga, no fue recorrido por una expedición hasta entrados los años 90, cuando el francés Henri Barret, un ingeniero mecánico con experiencia en el Sahara y otros grandes desiertos del orbe investigó y desarrolló la logística necesaria para ingresar con vehículos de tracción integral. Con un camión de su propia industria, pensado y construido por él mismo, logró trasponer en varias oportunidades los altos portezuelos que separan esta región de las partes bajas. Junto con su esposa Nicole y los argentinos Walter Sinay, Ricardo Magnien, David Oliva y el antofagasteño Catalino Soriano recorrió en más de una decena de expediciones los últimos valles, desiertos y cumbres de los Andes.
El principal objetivo era hollar las cumbres vírgenes de +6000 y el primero en ser ascendido fue el Nevado del Cóndor (6.414 m) el 27 de octubre de 1996, llegando a la cumbre Barret y Sinay. En 1999 fueron ascendidos el Vallecito (6.168 m) y el Colorados (6.053 m). El primero, el 14 de abril, Barret solo y el segundo, el 19 de octubre, en esta oportunidad Barret, Sinay y Soriano.
En 2000 una expedición norteamericana conformada por Robert Ayers, Tony Brake, Paul Doherty y Paul Morgan llega a Chile con el firme propósito de alcanzar una de las últimas cumbres vírgenes de los Andes, la Sierra Nevada de Lagunas Bravas.
De acuerdo al informe de Doherty fue Bob Ayers quien planteó el viaje, consiguió la cartografía, planifico la aproximación y coordinó los permisos de ascenso. Por su parte Morgan fue quien por su carácter y su vasta experiencia mantuvo en algo el espíritu del equipo, mientras que Brake se encargó de los aspectos sanitarios. Paul Doherty un experto montañista y doctor en física fue quien determinó la ruta de ascenso y la navegación en la montaña, además de producir un extenso y claro informe de la expedición. El apoyo logístico estuvo a cargo de Maximiliano Martinez y Francisco Javier Báez Castillo.
Partieron del campamento minero de El Salvador ubicado a 50 km de la ciudad de Diego de Almagro, en la Región de Atacama, Chile. Conducidos por Martínez avanzaron por la huella del Rio Juncal hasta las aguas termales de Juncalito salvando arenales complicados.
Era la primera que pasaban por allí tanto chilenos como norteamericanos y el GPS pasó a ser un elemento esencial para no solo encontrar la ruta sino asegurar el regreso. Al final de la primera jornada acamparon junto al vehículo. Al otro día solo avanzaron un kilómetro mas, instalando el campo base a 4.500 m (26º 25' 58"S / 68º 39' 51"O). Continuaron luego por la Quebrada Arenal y alcanzaron una meseta a 5.200 m donde instalaron el Campo 1 (26º 27' 22"S / 68º 38' 5 "O). La nueva jornada comenzó subiendo una rampa hacia la izquierda, rumbo sureste. Luego de atravesar una zona que olía a azufre y rodeando un promontorio por el sur armaron el Campo 2 sobre los 5.555 m (26º 29' 20" S / 68º 37' 7"O). El día de cumbre amaneció mientras salvaban un laberinto de lava y hielo hasta poder observar de frente la cumbre misma. Atravesando campos de hielo y restos de lava llegaron a la base de la cara oeste. En este punto comenzaron el ascenso hacia la arista sur y por ella alcanzaron la cumbre que midieron 6.150 m (26º 29' 20.82" S / 68º 35' 8.95" O). La describen como una cumbre amplia con dos promontorios, los cuales pudieron subir y construyeron sobre ambos sendos mojones.
La noticia fue incluida en el American Alpine Journal de 2002 y firmada por Robert Ayers.
“Hace tres años en el libro de John Biggar The Hight Andes se enumeraron tres picos +6000 que no tenían ascenso conocido. Que no sea conocida nosignifica que no tuvieran ascenso, por lo cual pensé que probablemente ya estaban subidos. Técnicamente eran fáciles de resolver ya que eran picos volcánicos en el desierto con suaves angulos de subida y prácticamente sin nieve. Dos de los tres están en la frontera entre Chile y Argentina y los Incas han realizado ascensos en la antigüedad en la región. Aún asi era muy buena la excusa para justificar el viaje. Contraté a un conductor chileno para el acceso y escribí a Santiago para solicitar los permisos. Junto con Paul Morgan, Paul Doherty y Tony Brake vivimos cinco días de escalada en la Sierra Nevada de Lagunas Bravas (6.155 m), uno de los últimos tres picos de 6000 metros sudamericanos sin “ascenso conocido” por Biggar. Comenzamos desde una base a unos 4.400m e instalamos campamentos sobre los 5.100 m y 5.550 m. Sierra Nevada es un pico volcánico típico del desierto de Atacam, con muy poco hielo o nieve. El suelo estaba cubierto por piedras desde el campamento base hasta la cima. Hicimos cumbre el 12 de diciembre de 2000 y no se encontraron signos de un ascenso anterior en la cima, cubierta de rocas. Se verificaron las dos lomas de la cumbre, que están en la frontera internacional, tanto la indicada como cumbre como otra de una altura idéntica ubicada pocos metros al noroeste. (ambos picos se muestran en el mapa topográfico chileno). Después de comprobar con John Biggar y con guias locales en Copiapó y Caldera que brindan transporte a escaladores modernos, creemos que se trata de una primera ascensión”.
Luego de esta expedición, en realidad solo quedaba el Nevado de Laguna Blanca (6.012 m) sin ascenso en los Andes, ya que los otros picos incluidos en la lista de Biggar en realidad ya estaban escalados con anterioridad (el Vallecito y el Cóndor) y el Baboso en la provincia de La Rioja fue ascendido por una expedición liderada por Biggar justamente ese año.
Antes que finalice ese año 2000, el incansable Barret, partía otra vez hacia la Puna. El 10 de noviembre, desde un campo base en la cara sureste de la cumbre del Laudo (26°32'33"S / 68°24'58"O, 4.500 m) Henri Barret, Walter Sinay y Ricardo Magnien lograron el primer ascenso de la cumbre del Laudo, pico subsidiario de la Sierra Nevada.
José Martínez Hernández, de Madrid, España dirigió expediciones a los Andes de Atacama en los años 1998, 2000, 2002 y 2005. Este último año, al frente del Grupo Ibérico de Montaña exploró la Sierra Nevada de Lagunas Bravas. Ingresó a la zona por el Valle de los Manantiales, las termas de Juncalito y el Rio Negro hasta la Laguna del Bayo.
Además de varios cerros superiores a los 5.000 metros donde lograron el primer ascenso, alcanzaron tres cumbres de la Sierra Nevada que señalan con 5.928 m, 6.013 m, y 6.127 m. En el AAJ 2006 indican que los dos primeros fueron primeros ascensos y el más alto un segundo, ya que sin que lo sepamos, un grupo americano había participado activamente en el distrito y había realizado la primera ascensión. Sin dudas el grupo americano al que alude es el conformado por Ayers, Doherty, Brake y Morgan que lo habían adelantado unos 5 años.
Las cumbres alcanzadas fueron la Norte y la Oeste que en realidad tienen 5.933 y 5.913 metros respectivamente.
Estos ascensos fueron incluidos en la obra de “Pepe” Martínez Hernández “Trekkings y ascensiones por las montañas del mundo” a partir de la pagina 242.
En Mountaineering in the Andes de Jill Neate (Mayo 1994) se indicaba que tanto la Sierra Nevada como la cumbre del Laudo permanecían inescaladas. También lo manifestó como ya se indicó John Biggar en su obra The Hight Andes en 1995 y 1999. Una salvedad es la obra editada por el Banco de Chile “Los 6000s de Chile” (diciembre de 2006) donde se indica que el primer ascenso fue realizado por G. Millar en 1998. Evidentemente se trata de un error y probablemente la confusión es con Geyson Millar, un guía de montaña chileno que ese año ascendió la Sierra Nevada (2.554 m) en el sur de Chile en la Región de la Araucanía (38° 34' 30" S / 71° 35' 21"O).
Por otro lado en la misma obra también se indica que la posición de la cumbre según la hoja del Instituto Geográfico Militar chileno es 26º 29’ 37,2’’ S / 68º 35’ 09,8’’ W (la cumbre limítrofe) pero la expedición del Banco de Chile ascendió al punto 26º 29’ 19,4’’ S / 68º 35’ 09,0’’ W, 6.151 m, evidentemente muy cerca del informado por la Expedición Norteamericana de 2000. Provisoriamente deberíamos entender que este es el tercer ascenso de la cumbre Limítrofe, ya que presumiblemente habrían subido luego que los españoles liderados por Martínez Hernández.
A partir de la publicación de los resultados de la Mision Shuttle Radar Topografic Mission (Misión Topográfica de Radar en Trasbordador Espacial) conocida internacionalmente como SRTM, se obtuvo un Modelo Digital de Elevación Digital de gran precisión y con un error vertical de hasta de 6,2 m. Este proyecto desarrollado entre la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de los EUA y la NASA obtuvo el primer mapa topográfico de alta definición de la Tierra. Las imágenes fueron tomadas con un sistema de de dos antenas de radar que voló a bordo del Transbordador Espacial Endeavour durante 11 días en febrero de 2000 y actualmente todos los modelos de Elevación Digital toman en cuenta estos datos.
En 2005 los datos comenzaron a publicarse y el escocés Jonathan de Ferranti comenzó a unirlos y llenó las lagunas con datos de la misión ASTER y luego completó su modelo con datos topográficos obtenidos por Fotogrametría e incluso con métodos topográficos y cualquier otra fuente fiable publicada a la fecha de inicio de su trabajo. En mayo de 2005 de Ferranti comenzó a tratar datos y completar el nuevo modelo. Extendió sus tareas hasta noviembre de 2012. De esta manera por primera vez se obtuvo un modelo de elevación que abarcó toda la Tierra y se pudieron obtener mediciones de altitud utilizando un solo software sobre un mismo modelo. Desinteresadamente lo ofreció en su web a partir de 2013.
En este punto regresamos al inicio del relato, cuando analizando la zona de Sierra Nevada de Lagunas Bravas, sorpresivamente surgió que la cumbre que se encuentra íntegramente en Argentina y al este de la ascendida en 2000 por la expedición norteamericana.
La sorpresa mayúscula solo podíamos canalizarla investigando más el tema y organizando de manera concreta una expedición en busca de la cumbre.
¿Estábamos frente a la última cumbre principal de más de 6000 metros de los Andes? Si, no había dudas, y ¿con quién íbamos?, ¿con quién lo compartimos?
Fortuitamente, durante un viaje a Catamarca, charlando con Omar Paz, me comenta que su cuñado Ricardo Magnien le había comentado que junto con Henri Barret andaban con ganas de volver a la cordillera.
A Ricardo lo conocía a raíz que durante mi ascenso al Cerro Vallecito (6.168 m) en 2002, había encontrado su testimonio en la cumbre, ya que junto con Barret habían hecho el segundo ascenso y nosotros llegábamos atrás de ellos.
Desde ese ya lejano 2002, en varias oportunidades habíamos estado comunicados via mail y a Henri lo conocí en 2005 cuando pasé unos días junto con él y Nicole en La Lejanía, su hostería en Nono (Córdoba)
Esa misma noche, Omar llamó a Ricardo y le comentó que estaba conmigo. Quince minutos después teníamos el objetivo definido y el compromiso de Ricardo de hablarlo con Henri para definir el grupo que partiría de Córdoba y el mío de definir el grupo que partiría de Mar del Plata.
El punto de encuentro fue Fiambalá, en la provincia de Catamarca (Argentina) y finalmente éramos 6 los integrantes del grupo.
Desde Mar del Plata viajamos Eduardo Namur y yo en nuestra camioneta. Junto con Ricardo llegaban en el primer vehículo Henri Barret y Claudio Recchia, mientras que en el segundo venían Walter Sinay y él.
En nuestro caso, compartir la expedición con quienes habían señalado el camino de la exploración de la región era un verdadero gusto y garantía de aventura.
Al momento del encuentro, y luego de los lógicos abrazos, la primer sorpresa: Ricardo venía con la pierna inmovilizada, se había quebrado en su reciente viaje a Nepal! “¿Qué haces asi?” Y “No me lo iba a perder no? Vine igual y me quedaré en el campo base!”
Sin dudas un gran espíritu de aventura, pero las sorpresas no terminarían ahí, sino que solo comenzarían cuando dieron inicio al despliegue de toda su sapiencia respecto a la logística del viaje, eran realmente buenos!
La aproximación al objetivo la realizamos viajando hacia el norte de Fiambalá por Palo Blanco, Las Papas y Caldera del Cerro Blanco donde hicimos el primer campamento. Luego continuamos por Laguna Purulla y escoriales del Peinado para luego de pasar por la Laguna Amarga instalar el Campo Base junto a una ladera rocosa que nos protegería de los vientos, que por esos días soplaban con fiereza (26°32'33"S / 68°24'58"O, 4.500 m).
La exploración de la ruta llevó dos días y no fue sencillo determinar la ruta. La parte baja de la Sierra Nevada está surcada por infinidad de quebradas que llevan a otras mas altas que finalmente no llegan a la pirámide cumbrera.
Finalmente y luego de varios intentos de Walter y Claudio, con Henri tuvimos la suerte de encontrar un valle con hielo que ascendía por varios kilómetros hasta la base del glaciar este de la Sierra Nevada, vertiente por donde habíamos decidido subir
La estancia en el campo base había sido cómoda y los fuertes vientos los disfrutamos dentro de la carpa comedor. Luego de tres noches durmiendo a 4500 m y notando la mejoría de las condiciones del clima, sumado a la gran luna llena que ya llegaba, decidimos partir el 3 de noviembre.
Nos aproximamos unos kilómetros hasta el inicio del valle de acceso (4.600 m) para instalar una suerte de campo base avanzado donde nos esperaría Ricardo y dos vehículos. Luego de acondicionar el lugar partimos el grupo de 5 que intentaría el ascenso.
La primer jornada instalamos el campo 1 a 5.180 metros (26°29'53"S / 68°29'01"O) junto a un gran nevé y al otro día luego de un ascenso firme el campo 2 a 5.520 m (26°29’26’’S / 68°31’07’’O).
El 5 de noviembre de 2014, unos minutos antes de las 6hs partimos de las carpas por un gran nevero que nos hacia ganar altura rápidamente, pero que en un momento tuvimos que dejar ya que de continuar llegaríamos a la cumbre del Laudo, mientras que nuestro objetivo era la cima principal de la Sierra Nevada.
Ya sin grampones alcanzamos un portezuelo a 5.660 m (26°29'30.5"S / 68°31'32.1"O) y debimos perder algo de altura buscando la base de la lengua del glaciar.
La imagen del campo helado, que no habíamos dimensionado, nos impresionó. Como es habitual, Eduardo Namur, optó por la “dura” y afirmó: “Por el glaciar”. Walter Sinay, un poco más conservador dijo “por el borde del Glaciar”. Finalmente primó la conservadora: fuimos ganando altura por los acarreos laterales, a veces entre grandes rocas y otras cruzando sectores de hielo hasta un canal (26°29'51"S / 68°32'31"O, 5.830 m) que nos depositó finalmente en el gran glaciar Este.
Las últimas horas de ascenso por un inmaculado hielo, fueron memorables. Paso a paso sentíamos la ausencia de historia humana sobre él, y las ráfagas que se levantaban y nos golpeaban con pequeños trozos de hielo solo magnificaban el espectáculo. Veía surcar el campo blanco a Barret y Sinay con sus historias, a Recchia siempre con una frase ingeniosa pese a la rigurosidad de la situación y a Eduardo Namur, mi compañero de montaña, junto a mí, como en muchas otras montañas.
Intuimos por la presencia de grietas la caída hacia el este del glaciar, mientras lo atravesábamos por su parte alta, así que buscamos la base de la pirámide somital más al oeste, llegando a los roqueríos de esta en el punto 26°29'33.5"S / 68°33'24.1"O, 6.100 m.
El sector de la cumbre es una amplia zona atestada de grandes bloques de roca de varios metros de altura que se pueden sortear por campos de arena. En los sectores de sombra grandes acumulaciones de nieve indican la todavía cercana presencia del invierno en estas latitudes.
Avanzamos ganando metros hacia el waypoint de la cumbre según SRTM cargado en nuestros GPS, pero sin poder identificar cual de todos los promontorios era el mas alto. Al llegar a la coordenada precargada, vemos a nuestra derecha el indubitable morro cumbrero, resguardado por una última pendiente de grandes rocas.
El 5 de noviembre a las 16 hs alcanzamos Henri Barret, Walter Sinay, Caludio Recchia, Eduardo Namur y Guillermo Almaraz, la cumbre Principal de la Sierra Nevada no hallando testimonio de ascensos anteriores. En la cumbre misma obtuvimos una altura de 6.160 m promediando los registro de 3 GPS (26°29'27.0"S / 68°33'35.3"O).
Dejamos nuestro testimonio en una pequeña caja negra con la leyenda Sierra Nevada y lo colocamos en una improvisada apacheta de cumbre.
El regreso fue largo y llegamos a las carpas a las 21 hs. Al otro día desandamos nuestra ruta y durante las primeras horas de la tarde nos encontramos con Ricardo y regresamos al campo base para un almuerzo tardío o una cena temprana, no lo definimos del todo, pero lo que si no faltó fue una buena comida, vino y un brindis con whiski.
Al regreso de la expedición nos hemos puesto en contacto con Paul Doherty, integrante de la Expedición Norteamericana de 2000 que logró el primer ascenso de la cumbre Limítrofe y considerada en ese momento la cima principal, para intercambiar información y unificar criterios. Hemos enviado nuestro informe al Servei General d'Informació de Muntanya en España, la biblioteca de Montaña mas importante del mundo de habla hispana y el American Alpine Club, editor del Journal que reúne las noticias de montaña mas relevantes del mundo cada año.
Para finalizar, en uno de los mail intercambiados con Doherty, señaló que él como doctor en física cree en la ciencia y si ésta determina que un nuevo punto es a cumbre, él es el primero que celebra que la exploración siga viva.
A veces fantaseamos con haber nacido en el siglo de las grandes exploraciones, pero como dijo Doherty, celebremos la exploración, celebremos seguir en marcha hacia la aventura y celebremos el descubrirnos interiormente en cada montaña que recorramos.
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