El Ojos del Salado es el volcán más alto del mundo, la máxima altura de Chile y la montaña más célebre de la Puna. Su fácil acceso y los refugios de su ruta Normal, unido a su prestigio, lo convierten el en el +6500 mas ascendido de la región. No obstante, sus laderas están entre las más ventosas de los Andes y su torreón cumbrero presenta la única dificultad técnica de una Ruta Normal en esta zona. La vertiente chilena es accesible mediante un rápido acceso en 4x4 y sumado a la presencia de refugios dan un marco adecuado a las expediciones. La contracara es la salvaje vertiente argentina, donde la aproximación demanda más de 100 km y las rutas transitan grandes campos nevados o glaciares. Una montaña de extremos.
Ubicación de la zona del Ojos del Salado y el Cerro Tres Cruces en la Pcia. de Catamarca, Argentina
La panorámica mas difundida del Ojos del Salado. La cara norte, en la vertiente chilena
Situación: Se encuentra en el sector comprendido entre los 27° y los 27°15’ S, donde la línea de mayores alturas de la cordillera de los Andes abandona su habitual dirección N - S para tomar una prácticamente E - O durante unos 50 Km, entre el Incahuasi y el Tres Cruces. Justo en medio de ambos se encuentra el Ojos del Salado. La frontera argentino-chilena sigue a grandes rasgos tal línea y pasa por su cumbre. Paralela a ella, unos Km al N, corre la RN 31, que conduce del paso San Francisco a la ciudad de Copiapó, capital de la región chilena de Atacama. Por el lado argentino el centro urbano más cercano es Fiambalá. Las Coordenadas Cumbre Principal son 27° 06’ 35” S / 68° 32’ 31” O.
La cara este del Ojos del Salado, observada desde la cumbre del Incahuasi
Descripción Topográfica: El macizo del Ojos del Salado está formado por un vasto conjunto de cráteres y picos volcánicos sobre los cuales se alza un alto cono que constituye la cumbre Principal.
Su cuerpo principal está compuesto por tres cumbres alineadas de E a O, llamadas respectivamente Principal (6.893 m), Central (6.752 m) y Oeste (6.721 m). La primera también se denomina Bífida debido a que culmina en dos torreones rocosos de igual altura, separados unos 50 m por una brecha de 30 m de profundidad. El torreón Este es la culminación de las grandes laderas que componen el cono volcánico, y sobre él hay una pequeña pirámide metálica. El Oeste es una aislada aguja de punta plana que surge entre los dos cráteres más importantes de la montaña, y está rematado por una pirca y una vara metálica.
La cara norte luego de una nevada estival. La infografía indica las alturas de las cumbres
Significado del Nombre: Un ojo de agua en los Andes es un manantial, una naciente. Por lo tanto Ojos del Salado significa “nacientes del río Salado”, indicando que en sus laderas tiene su origen tal río. En realidad, el río Salado nace de las laderas occidentales del Walter Penck. Antiguamente se consideraba a esa montaña parte del llamado Cordón del Ojos del Salado, y luego el nombre pasó a representar exclusivamente a su montaña más alta.
Primer ascenso: Jan Szczepanski y Justin Wojsznis (Polonia) el 26/2/1937 por la Ruta Polaca, tras una aproximación desde Cazadero Grande llegando a Tres Quebradas, en Argentina.
Primer ascenso cumbres secundarias: Cumbre Central (6.752 m): J. Szszepanski y J. Wojsznis (Polonia) el 26/2/1937 durante el primer ascenso a la cumbre principal. Cumbre Oeste (6.721 m) Juan Soltof y Juan Simken el 6/2/1956.
La cara argentina del Ojos del Salado, desde el portezuelo de la Laguna
La cara sur del gran nevado atacameño
Dominante sobre el desierto mas extremo del mundo, el Ojos del Salado permaneció ausente de la cartografía oficial que se comenzaba a delinear a finales del siglo XIX. Existen croquis y mapas de esa época que lo señalan más al norte y con una altura de 6100 metros. En realidad, el cerro indicado como Ojos del Salado, era uno menor conocido actualmente como Vicuñas y ubicado unos 12 km al noroeste. Esta altura “oficial” quizá colaboró para que permaneciera olvidado unos años mas, quedando relegado en las crónicas de aventureros y científicos – andinistas de principio del siglo pasado.
Recién en 1937 la famosa expedición polaca “Segunda a los Andes” ingresó en la región con el firme propósito de alcanzar los picos mas altos de América y como complemento de sus ascensos al Aconcagua y Mercedario en 1934. Los europeos establecieron el campo base en el paraje Tres Quebradas y dos de sus integrantes: Szczepanski y Wojsznis alcanzaron la cumbre el 26 de febrero, logrando el primer ascenso.
La histórica instantanea de los integrantes de la expedición polaca de 1937. En cada uno de los extremos Justin Wojsznis y Jan Szczepanski, los vencedores de la cumbre del Ojos del Salado. Foto: W. Paryski
Desde principios de los 50 los andinistas tucumanos intentaron alcanzar la cumbre siguiendo las huellas de los polacos. En 1955 alcanzaron la cumbre del pico por ellos denominado ATA dentro del macizo del Walter Penck, mientras intentaban llegar al Ojos del Salado. Cuentan las crónicas de esa expedición que el encargado de las mediciones accidentalmente rompió parte de los instrumentos necesarios y tratando de evitar la reprimenda del jefe y compañeros “calculó” las alturas, otorgándole 6800 metros a la altura por ellos alcanzada y 7100 al verdadero Ojos del Salado que veían sobresalir unos 300 metros. Una vez en Tucumán la prensa levantó la noticia y rápidamente se expandió la novedad del descubrimiento del nuevo 7000.
La Gaceta de Tucumán publica la noticia del ascenso de Bolsi y Coppens
Al año siguiente el austriaco Mathias Rebitsch siguiendo la ruta del río Cazadero (ruta Argentina), logra el segundo ascenso el 2 de febrero, hallando la lata de los polacos y midiendo en situ un centenar de metros menos que la cota de 7000.
El tercer ascenso reavivará las afirmaciones tucumanas y provocará grandes polémicas, ya que mientras el austriaco aún permanecía en las laderas del nevado, una comisión chilena liderada por el capitán René Gajardo se encaminaba por un valle del norte. Los 31 integrantes con una ordenada logística equiparon la montaña y el 5 de febrero el jefe, Luis Alvarado y otros tres compañeros alcanzaron por primera vez la cumbre del torreón Oeste, (tercero del Ojos del Salado). En ese momento Gajardo consideró a su ascenso como el primero ya que no halló ningún testimonio (estaban en el otro torreón).
Al otro día otros cuatro integrantes de la expedición logran el tercer ascenso del torreón este (cuarto en total) realizando una travesía desde el norte encontrando las señales del paso de los polacos y Rebitsch. Como complemento de esta actividad la comisión midió el nevado con 7084 metros, lo que provocó que al gran revuelo por el reclamo de primer ascenso, se sume también el de la altura.
El tema tomó vuelo internacional, tomando cartas en el asunto una personalidad del montañismo mundial: Adams Carter, presidente del American Alpine Club. El norteamericano se traslado a Chile y mediante nivelación trigonométrica señaló una altura de 6885 metros dando por terminado el episodio. No obstante esto los tucumanos regresarán protagonizando el quinto ascenso Alfredo Bolsi y Wilfried Coppens en enero de 1957.
En los primeros días de 1958 alcanza la cumbre la expedición Halcón (Nuciforo, Sable y Powel), informando también su jefe una altura superior a los 7000 m. Entre 1957 y 1958 el Ingeniero Rafael Sánchez de la Universidad Nacional de Tucumán, mediante triangulación trigonométrica, determina con exactitud la altura del coloso: 6900 metros, finalizando así con los postulados de los escaladores tucumanos sobre la posibilidad que superara los 7000 m.
En abril de 1984 mientras sobrevolaba el Ojos del Salado se estrelló un helicóptero Lama perdiendo la vida el director de Anglo American Louis Murray y el piloto César Tejos. En honor a ellos la Minera construyó la Hospedería de Barrancas Blancas y el refugio de altura (5800 m) nominándolos en honor a ellos, cambiando desde ese momento el recorrido de la ruta habitual a la cumbre transformándose en normal la abierta unos años antes (1979). En 1981 los alemanes U. Knittel, W. Ritter y P. Stecher, reclamaron el primer ascenso invernal, pero de hecho hicieron cumbre el último día del otoño de 1981. El primero propiamente invernal fue llevado a cabo por Salvador Garreta, Nuria Repiso y Toni Mestres el 14 de agosto de 1989.
Powel, Nuciforo y Sable, luego de su ascenso al Ojos del Salado en 1958, Cazadero Grande. Foto: Padre Arch
Tapa del Libro Ojos del Salado, Andes Catamarqueños. Autor: Eduardo Nuciforo.
En este libro se relata el sexto ascenso del Ojos del Salado
Orlando Bravo, un pionero en el conocimiento del Ojos del Salado
¿Es mas alto el Ojos del Salado o el Pissis?
La altura del Ojos del Salado y su ubicación relativa entre las montañas más altas de los Andes ha sido un tema de discusión por medio siglo. Además de la cuestión de la altura desarrollada en el acápite anterior, otra discusión comenzó a fines de los 80. Una publicación de J. Reinhard en 1990 sugirió que el Pissis era más alto que el Ojos. Poco después apareció la plancha de hojas 1:100.000 del IGM Argentino. Este exhaustivo trabajo partiendo de la misma cota O y abarcando estas dos montañas daba al Pissis 6.882 m y al Ojos de Salado 6.879 m, relegándolo al tercer lugar entre las máximas alturas de los Andes. Finalmente la tecnología SRTM y mediciones precisas con DGPS otorgaron al Ojos del Salado 6893 m (6900 por DGPS) y al Pissis 6795 m.
La famosa foto que estuvo colgada en la Hospederia Murray hasta su incendio, rescatada por la fotografía de Claudio Bravo. En ella se pueden observar los 2 torreones cumbreros del gran nevado
¿Cuál es el punto mas alto de la montaña?
Muchas veces he escuchado la discusión sobre la supremacía del torreón oeste, al que se accede ascendiendo desde Chile o al contrario del este, al que se llega desde Argentina. Los polacos que realizaron el primer ascenso, luego de una precisa medición determinaron que el Este era mas alto, pero años después luego del tercer ascenso de la montaña, el capitán Gajardo afirmó lo contrario y se proclamó, como ya contamos, primer vencedor de la cumbre.
La polémica se extendió por años y muchos fueron los que quisieron invalidar el ascenso de otros otorgándole algunos metros menos a la cumbre hollada por su “contrincante”
Desde 1956, se han publicado infinidad de notas con afirmaciones alternativas para uno y otro lado, hasta que en 2003 se decidió formar un equipo que releve in situ las cumbres y se llegue a una conclusión definitiva.
Con el liderazgo del Ingeniero Claudio Bravo, se conformó el grupo donde participamos andinistas de Tucumán, Buenos Aires y Mar del Plata. Con tecnología específica se determinó científicamente que ambos tienen exactamente la misma altura. Se instaló un equialtímetro en la cúspide del torreón Oeste y una mira en la del Este, y se midió la diferencia de altitud. El resultado fue de escasos centímetros, y al resultar la cifra inferior al metro se concluyó en la igualdad de los torreones. Naturalmente, entonces, se considera haber alcanzado la cumbre del Ojos del Salado al hecho de llegar al ápice de cualquiera de los dos.
El informe técnico difundido en ese momento dice:
“La diferencia mínima aceptable para considerar que la verdadera cumbre de una montaña se halla en un pico y no en otro es de un metro. Por debajo de esa cifra el montañismo moderno no justifica hacer distinciones, y propone considerar ambas alturas cumbreras por igual. Por otro lado son muy escasas las ocasiones en que esto ocurre, y aún menos habituales aquellas en las cuales la diferencia de altura ha sido determinada con materiales y métodos científicos.
Durante la medición, el eje visual del lente del nivel se hallaba a 56 cm de la parte superior de la más alta piedra natural del torreón Oeste, técnicamente su punto más elevado. Con el aparato nivelado la lectura de la mira indicaba un punto 110 cm por encima de su base, apoyada ésta a su vez en el punto más alto del Este. Por lo tanto el torreón Oeste resulta exactamente 54 +/- 5 cm más alto que su vecino.
Se realizó además una medida complementaria, bajo la hipótesis de que las piedras, aún estando en su sitio original, podrían llegar a moverse, afectando el valor de la prueba. Se consideró entonces para ambos torreones la porción más elevada del suelo arenoso en el cual se apoyan las rocas. Debido a que las que coronan el torreón Oeste son mucho mayores que las del Este, en este caso la diferencia fue favorable en 8 +/- 5 cm a éste último.
Dada la premisa antes mencionada se concluye que, al resultar en uno y otro caso la magnitud de la diferencia despreciable, los dos torreones cumbreros del Ojos del Salado tienen la misma altura. Y por lo tanto que su verdadera cumbre se encuentra en ambos indistintamente”.
Gráfico de Medición de Ojos del Salado
Año a año el Ojos del Salado es ascendido por dos rutas diferentes, la Normal, en la ladera chilena (Cara Norte) y la ruta Argentina en la ladera Sureste de la montaña. Hasta hace unos años por cada quince ascensos por Chile, se realizaba solo uno por Argentina, pero los últimos años esta brecha se ha acortado significativamente ya que muchas expediciones toman como un argumento válido el vivir una aproximación con animales por el valle del Rio Cazadero o realizar el viaje de acceso a la montaña mediante un exigente recorrido 4x4 que los deposita a mas de 5.500 metros en el Arenal.
A continuación se detallan principalmente las rutas habituales a la cumbre y se señalan las otras abiertas en el macizo.
Croquis de rutas del Ojos del Salado
RUTA NORMAL POR CHILE
Otros nombres: Norte, Chilena
Cara: N. Se accede al Torreón Oeste
Base:Refugio Universidad de Atacama (5.250 m)
Dificultad: PD
Desnivel: 1.643 m
Recorrido: Total 6,7 km (Refugio Atacama – Refugio Tejos 3,7 km. Refugio Tejos – Cumbre 3 km)
Primer ascenso: R. Friedhuber, S. Hohenreiter y E. Saavedra en enero de 1979
Aproximación:
Viajando desde Argentina, se deberá cruzar el paso de San Francisco proviniendo de Fiambalá para llegar al puesto de carabineros de Laguna Verde y continuar por la ruta internacional (Ruta 31 CH) 13,4 km con rumbo Oeste (a Maricunga) para realizar migraciones y aduana. Luego, retomando la ruta se regresa hasta el paraje Barrancas Blancas (26°55’58”S / 68°35’48”O, 4.500 m), donde se encuentra el viejo retén de carabineros, llamado actualmente Claudio Lucero, sitio que funciona a la perfección como CB de las rutas Normal, Filo Noreste y Original Chilena.
Luego de pasar las noches necesarias para lograr la aclimatación deseada deberá completarse la aproximación hasta el Refugio Universidad de Atacama, mediante un camino arenoso muy bien marcado que con rumbo sur tiene su inicio en un cartel indicador que reza Atacama 22 km Km. 0. Esta huella recorre la quebrada Ojos del Salado y tras pasar entre una loma arenosa y el volcán Barrancas Blancas, se toma un valle al SE. En el Km 12 éste se angosta, y la huella sube al E hasta ingresar a un amplio arenal, por el cual se sigue ascendiendo con rumbo S hasta alcanzar el refugio Atacama (27°03’35”S / 68°32’51”O, 5.250 m) en el Km 22. Normalmente no hay agua, pero es posible derretir hielo. Es imprescindible llegar aquí ya muy bien aclimatado, ya que en caso contrario una noche a esta altura puede resultar muy complicada.
Campo Base en Barrancas Blancas, en la ruta normal por Chile. A metros de este refugio, utilizado antes como reten de carabineros, se encuentran las ruinas de la vieja hospedería Murray
Desde el viejo reten de carabineros, hoy convertido en el refugio Claudio Lucero,
se observa el Ojos del Salado y su ruta Normal
Aproximación por el norte hacia el refugio Atacama
Refugio Universidad de Atacama
Refugio Tejos, campo 2 de la ruta normal
ASCENSO:
Jornada 1: Se sigue un marcado sendero que faldea con rumbo S una ladera que presenta tramos arenosos y rocosos. Hacia la derecha (O) baja un cauce en general helado. Al rato de andar se asciende a la izquierda para tomar un lomo redondeado que sube primero al SE y luego nuevamente al S. En ese punto se llega a un irregular sector morrénico, se lo atraviesa manteniendo el rumbo, y tras un resalte se alcanza el agradable refugio Tejos (27°05’15”S / 68°32’17”O, 5.825 m), ubicado al pie de la ladera N del cono Principal de la montaña y en las inmediaciones de una laguna seca. Si no hubiera lugar en él, es posible acampar en sus inmediaciones y hay agua líquida por la tarde en un cercano campo de penitentes.
Jornada 2: Se sigue un sendero que sube en dirección SO, buscando el mejor paso entre las quebradas de una antigua morrena, hasta llegar a la base de la cara N del cono Principal de la montaña, surcada por el nevero Norte. La ladera que lo flanquea por la izquierda (E) es arenosa, y la que lo hace por la derecha (O) es rocosa.
La Ruta Normal sigue los caracoles que el sendero traza por la izquierda del nevero hasta su finalización. Luego se emprende una travesía ascendente al SO por terreno suelto, y tras superar un lomo se ingresa al cráter Superior, cuyo fondo está cubierto de arena volcánica y nieve. Al otro lado se alzan los torreones somitales. Se atraviesa el cráter, faldeando su pared interna izquierda (E), y se alcanza una vasta acumulación de rocas por la cual se sube al S. Tras 15 m de II grado se alcanza la brecha que separa ambos torreones. Desde allí una trepada de III grado y 10 m sube al O por las inmediaciones de una cuerda fija que lógicamente no conviene usar. Finalmente se sigue un pedrero empinado hasta el punto más alto del torreón Oeste. Para este último tramo algunos grupos pueden precisar una cuerda y algo de material técnico.
Travesía hacia el torreón oeste, punto culminante de la ruta normal por Chile
Detalle del paso tecnico en la ruta normal por Chile
Detalle del Torreon Oeste, se observa a la derecha la cuerda fija que se utiliza para salvar el paso tecnico
RUTA NORESTE
Otros nombres: Filo Noreste. Kelsey
Cara: N. Se accede al Torreón Este
Base: Refugio Universidad de Atacama (5.250 m)
Dificultad: F
Desnivel: 1.643 m
Recorrido: 6,5 km
Primer ascenso: Michael Kelsey en diciembre de 1973
Descripción: Durante la Jornada 1 se recorre la ruta 1 hasta el refugio Tejos. Durante la Jornada 2, se atraviesan en dirección NE las morrenas terminales que separan al refugio Tejos del cambio de pendiente del cono Principal hasta la base rocosa del Filo Noreste la que se supera mediante un empinado pedrero. Una vez en él se sube manteniendo el rumbo por la ladera limitada a la derecha por los roqueríos del filo NE, por la cual se asciende hasta alcanzar el filo principal en las cercanías de la cima del torreón cumbrero Este.
El primer ascenso de esta ruta se hizo desde el col Ojos del Salado – El Muerto, el cual puede alcanzarse en forma directa desde el refugio Universidad de Atacama instalando el campo 2 en el mismo collado.
RUTA ORIGINAL CHILENA
Otros nombres: Gajardo
Cara: N. Se accede al Torreón Oeste
Base: Refugio Universidad de Atacama (5.250 m)
Dificultad: F
Desnivel: 1.643 m
Días de actividad: Total 8,1 km (4,7 km al C1 y 3,4 km hasta la cumbre)
Primer ascenso: R. Gajardo, L. Alvarado, V. Chiaranda, W. Miller y N. Zamora, en 2/1956
En una primera jornada se avanza desde el refugio Universidad de Atacama por el cauce que corre paralelo a la senda de la ruta que lleva al refugio Tejos aproximadamente 1,5 km. En este punto (27°04’14”S / 68°32’53”O, 5.475 m aprox) se toma el cauce que desciende de las laderas NO con rumbo hacia el S hasta los 6.000 m, donde se levanta el C1 en inmediaciones de un gran nevero.
La jornada de cumbre se inicia mediante una travesía ascendente en dirección SE y luego SO hasta alcanzar el nevero Noroeste (6150 m) el cual se atraviesa. Sobre los 6200 metros sube un cauce helado que gana inclinación y termina en el cráter inferior. Se sigue por este canal hacia hasta los 6360 metros, poco antes de alcanzar el borde del cráter Inferior cerca de las fumarolas. Torciendo a la izquierda (SE) se transita el borde buscando ganar el cráter superior siempre de frente al alto torreón rocoso, que es un contrafuerte de la cumbre. Antes de alcanzar su pie, cambia la pendiente (6740 m) y se llega al cráter Superior, donde deben perderse unos pocos metros para ingresar en él para atravesarlo (o rodearlo según las condiciones de la nieve – hielo) hasta empalmar con el tramo final de la Ruta Normal (1) a los 6800 m
Rutas 1: Vertiente Chilena, Ojos del Salado
RUTA CARA OESTE (Japonesa)
Cara: O. Se accede al torreón Este
Base: CB Japonés (4.970 m)
Dificultad: F
Desnivel: 1.923 m
Recorrido: 10,8 km
Primer ascenso: K. Takeshita y Y Kanai, en 12/1970
Aproximación:
Desde Barrancas Blancas se alcanza el Llano de Piedra Pómez luego de 33 km (26°56’53”S / 68°46’21”O) se tuerce al SE por un cauce arenoso. En el Km 10,5 se llega a la laguna Quebradilla. Más adelante se pasa a la derecha de otra llamativa laguna y se avanza por un cauce con agua hasta el Km 21 (27°04’00”S / 68°38’08”O – 4970 m), hasta el Campo Base Japonés.
Ascenso:
Desde el CB se remontan las arenosas laderas oeste siguiendo distintos neveros hasta el C1 (6.000 m). Se continúa el ascenso por el cauce pasando a unos 200 m de un llamativo cráter con una laguna congelada en su interior (6.150 m). Se continúa por el mismo canal ya cubierto de hielo y por una sucesión de neveros se alcanza el cráter inferior en el punto que se ve desde abajo como el col entre la cumbre principal y la oeste (aprox. 27°06’31”S / 68°33’05”O – 6500 m). Se atraviesa el cráter inferior hasta los contrafuertes de la cumbre central y girando rumbo este se asciende por entre los grandes bloques buscando el col entre la principal y la central. Sobre los 6650 metros se alcanza el supuesto col para ver que se abre la ladera SO del Ojos del Salado por la que se avanza con rumbo SE hasta el filo donde se empalma la ruta Polaca a 6700 m y por ella a la cumbre (torreón Este).
Rutas Cara Oeste, Ojos del Salado
Rutas Cara Oeste, Ojos del Salado
RUTA ARGENTINA
Otros nombres: Sudeste, Cazadero, Rebitsch
Cara: SE. Se accede al torreón Este
Base: El Quemadito (3.650 m)
Dificultad: F
Desnivel: 3.243 m
Recorrido: Total 58,8 km (Aproximación: 48 km Ascenso: 10,8 km)
Primer ascenso: Mathias Rebitsch en febrero de1956
Aproximación por el Rio Cazadero hasta el Arenal:
Esta larga Aproximación es quizás la mas atractiva de todo el macizo. Se realiza con mulares y fue la tradicionalmente utilizada para entrar por la ruta Argentina e incluso el primer ascenso se realizó en parte por esta aproximación. Esta posibilidad además es ideal para grupos que llegan al área con poca aclimatación y es seguro que se vivirá un andinismo profundo conviviendo varias noches con los arrieros y sus historias.
Partiendo del refugio vial de Cazadero Grande, se deja la RN 60 en medio del paraje homónimo (27°22’53”S / 68°08’27”O), para atravesar el ancho plano que se extiende hacia el O entre el asfalto y las montañas mediante una sutil huella que pasando por el refugio El Quemadito (27°22’10”S / 68°13’51”O, 3.650 m) ingresa por el valle del Rio Cazadero. en dirección NO, utilizando un sendero que recorre una barranca elevada por sobre el cauce, que corre encajonado a la izquierda. Cuando el valle comienza a abrirse se debe cruzar el río para encontrar las pircas del campamento El Chorro (27°20’25”S / 68°16’31”O, 3.850 m)
Se continúa hacia el O bordeando el rio. Pronto aparecen los vestigios de un tambo inca, los cuales dan al paraje el nombre de Tamberías (27°20’53”S / 68°20’14”O, 3.900 m). Más adelante, en el sitio conocido como La Junta, se produce una confluencia de ríos. Del N viene el Aguas Calientes (mencionado en los mapas como Cazadero), del NO el Cazadero y del SO el Cuerno. Se sigue el primero de ellos, de paredones rojizos, hasta ver al otro lado del cauce un conjunto de pircas y cuevas, las cuales tuvieron ocupación prehispánica. En torno a ellas se encuentra el campamento Aguas Calientes (27°18’17”S / 68°21’06”O, 4.200 m).
Al otro día se sigue remontando al NO el río Aguas Calientes. A poco de andar desaparece el agua pero sigue el valle y se avanza hasta Agua de Vicuñas (27°11’51”S / 68°25’48”O, 4.900 m), en el cual hay agua potable pero es subterránea y se debe excavar en el lecho para obtenerla.
Para alcanzar finalmente el Arenal se remonta el valle hacia el NO hasta acceder al portezuelo de la Laguna Negra (5.550 m), a cuyos pies un espejo de agua le da nombre. Hacia el O se extiende El Arenal, una vasta e irregular depresión de entre 5.500 y 5.600 m de altura (27°09’37”S / 68°28’08”O, 5.550 m).
Nueva alternativa de acceso en 4x4 al Arenal
Actualmente existe la posibilidad de acceder al Arenal mediante un exigente recorrido en 4x4
Partiendo de Fiambalá se accede al Valle de Chaschuil y en el km. 82.5 se gira a la izquierda (hacia las montañas, oeste) hasta el paraje La Coipa. Se continúa por la huella a veces inundada por el Rio del Rincón hasta la base de una importante trepada que luego de finalizarla alcanza en el km 110 el Portezuelo de las Lágrimas (27°39’29’’S / 68°18’17’’O, 4.570 m), llamado así porque el frio viento que allí pega desde el oeste sin reparo alguno “arranca las lágrimas” de los arrieros que lo traspasaban en sus cabalgaduras.
Desde el portezuelo, el camino comienza a descender hacia la Laguna de los Aparejos por sectores a veces arenosos. En el km 116, al alcanzar el punto 27°40'5.50"S / 68°22'39.09"O, 4.220 m se ingresa por las huellas de 4x4 que siguen el cauce de un río intermitente. Esta huella continúa por un amplio valle entre el cerro del Matambre y los Volcanes de Lagunas Frias, hasta que desciende hacia el valle del Cuerno. Por el se continúa pasando por el Alto de Osa y se desciende a La Junta, Real de Rasguido (27°18’31”S / 68°24’37”O, 4330 m) y se continúa por campos de altura hasta la base del Walter Penck y finalmente al Arenal luego de 79 km de haber dejado la huella en la Laguna de los Aparejos. Este exigente recorrido implica un total de 195 km desde Fiambalá, de los cuales 29 son por una regular huella 4x4 y 79 por un exigente derrotero siguiendo rastros de quienes pasaron antes.
Ascenso:
Jornada 1: Se atraviesa la arenosa e irregular cuenca cubierta de neveros, pequeñas lagunas y formaciones volcánicas que compone a El Arenal en dirección NO, directo hacia el Ojos del Salado. Tras dejar atrás un tradicional sitio de acampe intermedio (5.900 m), se ingresa al valle que se interna manteniendo el rumbo entre sus filos más bajos. Tanto en este sector, como en el trayecto desde el Arenal, se encuentra fácilmente la huella, la cual se continúa hasta ingresar a un amplio valle arenoso que va penetrando en esa dirección entre dos redondeados filos que bajan del Ojos del Salado. Junto a la base de un nevero se instala el C1 (27°07’42”S / 68°31’36.6”O, 5.950 m).
Jornada 2: Se continúa por el pedrero de la derecha del nevero manteniendo la dirección de la Jornada 1, buscando el col entre dos conos ubicados al S y SE respectivamente de la cumbre principal. Al llegar a este cambio de pendiente se encuentra una lagunita congelada a 6.250 m. Hay quien opta por hacer un campamento junto a ella si es que el C1 se instaló en las pircas del sitio intermedio. Tras atravesar la hoyada al NO se recorre en dirección N hacia la pirámide cumbrera, la que se supera mediante un exigente acarreo pegado a un gran nevé que baja desde la hoyada de 6800 m donde se encuentran los restos del helicóptero. En este punto se busca el torreón Este y continuando por una fuerte pendiente se alcanza la cumbre.
RUTA VARSOVIANA
Otros nombres: Filo Sureste
Cara: E. Se accede al torreón Este
Base: CB El Arenal (5.550 m)
Dificultad: F
Desnivel: 1.343 m
Recorrido: 11 km
Primer ascenso: P. Kłosowicz en abril de 2009
Desde el Arenal se avanza rumbo NO y luego gira al N para rodear el cuerpo principal del Ojos del Salado buscando la cara E. Se pasa por dos lagunillas de deshielo y luego se accede al C1 junto a un gran nevé (27°07’27.7”S / 68°30’50.8”O, 5.830 m). Por neveros y acarreos paralelos al oscuro filo que desciende de la punta S se asciende hasta el punto mas alto de esta punta (6.500 m) y bordeando el cráter se busca la pirámide cumbrera por la que se sube hasta encontrar la ruta Argentina a 6700 m y por ella hasta la cumbre.
El nombre de la ruta proviene de una expresión polaca utilizada en los barrios de Varsovia Wola y Ochota, que se traduciría como "voluntad", por lo que Klosowicz quiso realzar con el nombre la libertad del escalador de elegir su propio camino. También sin dudas alude a la marcha Polaca La Varsoviana, compuesta como reivindicación de los derechos polacos y sobre todo de sus trabajadores contra la ocupación rusa (1883).
Rutas Vertiente Argentina, Ojos del Salado
RUTA SUR
Cara: S. Se accede al torreón Este
Base: CB Nacimiento
Dificultad: F
Desnivel: 1.943 m
Recorrido: 26,2 km
Primer ascenso: G. Almaraz, E. Namur, N. Pantaleón y D. Pontin, en marzo de 2010
Aproximación: Mediante un exigente recorrido en 4x4 se superan la Laguna de los Aparejos y la Celeste ingresando por el Campo Negro hasta un campamento en la base del Cerro Nacimiento (27°17’31.7”S / 68°27’52”O, 4.950 m) a 85 km de La Coipa.
Ascenso: Se remonta la quebrada Nacimiento y se continúa un faldeo con rumbo N hasta el C1 a 5.400 m. Por el desdibujado cauce y luego faldeando y perdiendo altura se alcanza un arroyo congelado que desciende de las laderas del Olmedo (6241 m) subiendo hasta un collado a 5.550 m donde se tiene una impactante visión del Ojos del Salado. Bajando, se continúa rumbo N hasta el C2 (27°11’38.9”S / 68°30’58.7”O, 5.520 m) junto a un afloramiento del glaciar sur. La tercer jornada implica ascender por una quebrada que lleva al Walter Penk y luego torcer para trasponer el Col Sur al Arenal (27°10’52.6”S / 68°31’33.4”O, 5.740 m). y avanzar al C3 (27°09’20.4”S / 68°31’50.1”O, 5.630 m). El cuarto día se supera el Glaciar Sur hasta el C4 (27°08’23.7”S / 68°31’45.3”O, 6.080 m) Desde el último campamento hay que ganar un filo rocoso, luego de atravesarlo se ingresa en un gran campo nevado donde pueden existir pequeñas grietas. Se asciende hacia las cumbres secundarias del Ojos del Salado y finalmente hasta la base de la pirámide cumbrera Por la ladera de esta se sigue hasta los 6800 metros donde se encuentran los restos del helicóptero siniestrado en 1984 y desde ahí a la cumbre.
Ascendiendo por el glaciar sur
RUTA POLACA
Cara: SO. Se accede al torreón Este
Base: CB Polaco (4.640 m)
Dificultad: F
Desnivel: 2.553 m
Recorrido:
Primer ascenso: J. Szszepanski y J. Wojsznis en febrero de 1937
Aproximación: Por la misma ruta que se describió en la ruta anterior se supera el Campo Negro, pero en lugar de buscar la base del Nacimiento se alcanza Tres Quebradas, al norte de la Salina de la Laguna Verde. Siguiendo el Rio Salado, se alcanza el campo Polaco (27°11’33”S / 68°41’04”O, 4.640 m), seco y desprotegido a 113 km de La Coipa.
Ascenso: Desde el CB se avanza por un marcado cauce que en algunas ocasiones trae agua hasta el C1 (5.200 m). Al otro día se continúa por la cañada hasta los 5340 donde se toma a la izquierda por un lomo que gana altura rápidamente. Montado en él y ya a 5.500 m se continúa con rumbo NE hasta un gran nevero a 5650 m el cual se transita hasta el C2 a 5900 junto a una gran piedra y cerca de una lagunilla congelada. La siguiente jornada comienza alternando neveros con campos de piedra pómez hasta la base del Pico Polacos 1 (6410 m). En este punto la cordada polaca de 1937 optó por ascenderlo, pero es recomendable rodearlo por la derecha buscando un claro collado con hielo siguiendo el itinerario de bajada de los polacos. Desde el collado se pierde altura y se avanza hasta la base del Pico Polacos II (6.585 m) y nuevamente se lo rodea por la derecha (los polacos lo subieron). Perdiendo altura nuevamente se desciende hasta el C3 ubicado a 6.400 m. Durante la Jornada 4 se gana nuevamente otro alto collado (el tercero de la ruta) para volver a perder altura luego de atravesarlo para llegar a la base de la cumbre Central (6.752 m). Una vez mas los Polacos optaron por subir mientras que lo idóneo es rodearla para acceder a la base de la pirámide cumbrera, cerca del col entre la Central y la Principal y así superar los últimos 400 metros de desnivel hasta la cumbre (Torreón Este)
Esta ruta tiene un recorrido de 20 km y se salvan en total 2.760 m de desnivel sumando el que se debe perder transponiendo filos sucesivos.
Noche en Salta y una historia que sucede en Tilcara
Luego de destapar otra botella de vino fluyo de sus labios otra historia de montaña, una mas que atentamente escucharíamos. “Era 1976 o 77, no me acuerdo bien, ya casi había terminado el verano y nosotros habíamos decidido ir de paseo a Tilcara aprovechando mis vacaciones. Eran épocas difíciles y teníamos pensado ir a trabajar a Bolivia, cosa que haríamos un tiempo después e incluso allí nacería nuestro primer hijo. Estando en el camping de esa localidad jujeña, escuché como alguien enojado gritaba que se había olvidado el sacacorcho y no podía destapar el vino. Me acerqué y por el tono me di cuenta que eran tucumanos y cuando la luz del sol de noche iluminó suavemente su figura me di cuenta que era Orlando Bravo, el incansable andinista y explorador tucumano. Me acerque y le dije: creo que yo tengo algo que te puede servir en este momento….Eh!! Panta!! Que alegría, que haces por acá?”.
Enrique Pantaleón sirvió otra copa y ofreció vino a los que completábamos la mesa. En ese momento alguien le dijo: y no ibas a contar una historia del Ojos del Salado? A lo que él contestó: Pará un poquito que ahora sigo, querés vino?
Luego de servir todas las copas, continuó. “Le di el destapador y me invitó a compartir la mescon ellos, estaba con su esposa y sus changos y yo fui a buscar a Patricia y nos sentamos todos a comer un pedazo de carne. Charlamos hasta altas horas de la noche y por supuesto la montaña eclipso todos los otros temas, incluso su inminente exilio involuntario en Bolivia. Pero la historia que les quería contar fue lo último que conversamos”.
El fuego en los campamentos de montaña, siempre logra arrimar hisotorias al fogón. Ojos del Salado
Orlando era en ese entonces un referente del montañismo argentino, había hecho la primera repetición del Glaciar de los Polacos, había participado de la Expedición al Dhaulagiri de 1956, recorrido los Andes Peruanos, Cachi, Chañi, Llullaillaco e innumerables ascensos a montañas menores, pero con el Ojos del Salado tenía una historia diferente.
En los años 50 como integrante de la Asociación Tucumana de Andinismo había sido parte de la generación que desempolvó la historia de los polacos que recorrieron la cordillera en los años 30 y en 1951 una primigenia expedición tucumana abrió el camino para que en 1955 liderara la expedición que llegó por tercera vez a Tres Quebradas con objetivos deportivos luego de aquella expedición polaca y la primera de Tucumán. El 22 de enero de ese año logra junto con tres compañeros el primer ascenso del ignoto Cerro ATA de 6510 metros creyendo que subían el Ojos del Salado. Los deficientes mapas de esa época y las magníficas distancias confundieron al los escaladores, pero volverían al año siguiente aunque la enfermedad de uno de ellos truncará el objetivo de alcanzar la cumbre.
En 1957, la cuarta expedición que partió del Jardín de la República y segunda liderada por el Dr. Bravo eligen otra ruta distinta a la polaca que partía de Tres Quebradas y por la abierta un año antes por el austriaco Mathias Rebistch alcanzan el punto mas alto Coppens y Bolsi.
El jefe del grupo una vez mas verá de lejos la majestuosa cumbre y en su interior comenzará a generarse un sentimiento especial con el Ojos del Salado. Finalmente en 1976 logró su soñada cumbre junto con el Grupo de Trepadores de Monteros.
Y Enrique, cual es la historia?. Bueno, ahí fue cuando me contó del Ojos del Salado. En los años 50 era todo un misterio, había sobre el Ojos del Salado una mística especial y se tejían alrededor de él miles de historias. Estaba lejos y era desconocido, ni siquiera había fotos que lo identificara. Organizar una expedición por esa región era un gran desafío, pero los jóvenes 30 años de Orlando en enero de 1955 lo hacían soñar con el instante de la cumbre de una manera especial y el Ojos del Salado se convirtió en un sueño que solo podría liberar pisando ese mágico punto. Cada expedición que pasó solo agigantó el sentimiento y en ese verano tardío de 1976, o 1977, no me acuerdo bien, me contó en esa noche de Tilcara su historia.
Parece que en 1955 él sentía que llegaría a la cumbre y dejó en Tres Quebradas una botella de vino para festejar. Luego de subir el virgen pico de mas de 6500 metros que denominaron ATA en honor a su Asociación de Andinismo, pasaron cansados y confundidos sobre la cumbre ascendida y allí quedó el premio. Durante un año preparó la expedición que intentaría nuevamente el ascenso pero tuvo que esperar otro año mas para finalmente partir a la cordillera. Enterados que en 1956 Rebistch había logrado el segundo ascenso del Ojos del Salado por una ruta mas sencilla por Aguas Calientes, eligieron esa ruta, pero ese año subieron dos de sus compañeros pero él se tuvo que contentar con esperarlos en el campamento.
Dentro de su corazón se fue clavando, como dijo él esa noche tilcareña, una espina. La espina de poder subir el Ojos del Salado. Pasaban los años y las montañas. Los éxitos y las cumbres lo satisfacían como andinista pero seguía con la espina clavada. Finalmente mas de 20 años después de la primera expedición se sacó la espina y llegó a la cumbre en 1976.
La verdad, lo había escuchado atentamente y en silencio. Luego de que terminara me preguntó: ¿y vos Panta no subiste el Ojos? No, todavía no, quizás algún día conozca esa zona.
Me quedaría grabada la historia mucho mas tiempo que el que calculé, pero antes de ir a dormir cada uno en su carpa, le pregunté si había buscado esa botella que dejó en Tres Quebradas para festejar. Me dijo que no, que ni siquiera recordaba bien donde la había dejado, pero que cualquiera serviría para festejar una cumbre. Nos saludamos y cuando me iba, me llamó y cuando me di vuelta me regaló una botella de vino tinto y me dijo: Para cuando te saques la espina del Ojos del Salado. Me fui a dormir, pensé que algún día iría a esa lejana región, pero otras montañas me llamaron y allí fui y el Ojos fue quedando relegado. Ahora tengo 62 años y ya no voy a la montaña en busca de cumbres, disfruto desde sus campos base y espero a veces a los socios del club que presido, a mi hijo y sus amigos otras y disfruto desde otra perspectiva que en ningún caso la definiría como mejor o peor que buscar la cumbre, eso si, es muy distinta.
Luego de trasponer un collado a mas de 5.500 mts. al este del Walter Penck,
surge en el horizonte la cara sur del Ojos del Salado
La espina que no sabíamos que teníamos clavada
Partimos de Mar del Plata el mismo grupo con quienes venimos escalando desde hace años: Eduardo Namur, Daniel Pontin y yo. En Catamarca se nos unió el cuarto integrante del equipo, el salteño Nicolás Pantaleón.
Durante la primera parte del viaje ascendimos el poco conocido cerro Morocho Chico de 4582 metros, llamado simplemente Morocho por el Instituto Geográfico Nacional argentino. En su cumbre encontramos el hito topográfico erigido por el geógrafo alemán Walther Penck en 1912 durante sus viajes científicos. Al parecer éramos los segundos en hollar esa cumbre tras 98 años.
La travesía continuó en Las Grutas, un paraje ubicado a escasos 20 km del paso de San Francisco y a 4000 metros. Solo existen allí una reducida dotación de cuatro gendarmes, un encargado de la Aduana y dos viales. Es posible alojarse en la barraca de Vialidad donde pernoctamos las próximas cuatro noches.
Desde Las Grutas partimos una madrugada en busca del cerro que algunos llaman Pabellón Grande y de acuerdo al diario de viaje de Walther Penck podría ser uno de los picos ascendidos por el germano en diciembre de 1913. Recorrimos 32 kilómetros con la 4x4 desde el paso de San Francisco con rumbo norte. En ese punto alcanzamos la ladera oeste del cerro de 5412 metros y por un cono de deyección ascendimos en unas 5 horas sin encontrar señal alguna de Penck ni de otro escalador. Habida cuenta que éramos los primeros erigimos una apacheta y nominamos la cumbre virgen como Janajman en honor al 25 aniversario del club de montaña del cual somos socios y que en quechua significa “hacia lo alto”. Creemos que con esta nominación se aclara en cierta medida la nomenclatura de la región de San Buenaventura, ya que existen al menos tres picos conocidos como Pabellón y sin que quede claro cual es cual. En 2008 habíamos subido el que la plancheta del Instituto Geográfico señala como “Pabellón” pero sin embargo es el de menor altura y tampoco habíamos encontrado señales del paso de Penck u otros escaladores.
Luego del ascenso volvimos a Las Grutas y al lado del fuego, como todas las noches, cenamos y nos quedamos jugando a las cartas. No teníamos del todo definido por donde seguiría nuestro viaje. Si bien uno de los posibles objetivos era el Ojos del Salado, también habíamos pensado en ir al Nacimiento o cualquier otro 6000 de la zona. El plan hasta ese momento venía impecable así que nos decidimos en ir a probar suerte en el rey del desierto, el mas alto de la región y segunda cumbre de América.
Para ser veraces, en realidad, esa noche lo decidimos finalmente y algo tuvo que ver la historia que nos había contado Enrique un tiempo atrás. Frente a la tenue luz de los leños encendidos Eduardo y yo reconocimos que teníamos la espina clavada con el Ojos del Salado, un intento nos había llevado hacía unos años cerca de la cumbre y otra expedición se frustró sin haber llegado a la base del cerro y esa vez también estaba Nicolás. Daniel planteó que la espina para él era llegar a la cumbre de un 6500 de los grandes, ya que el año pasado teniendo la cumbre del Pissis a mano a último momento decidió no continuar.
Con el plan claro partimos al otro día con idea de dormir en la Laguna de los Aparejos y desde allí avanzar hasta la base del cerro del Nacimiento para intentar abrirnos camino hacia la cara sur del Ojos del Salado y por ella trazar una nueva ruta a la cumbre.
Al día siguiente avanzamos con la 4x4 hasta la Laguna Celeste (4400 metros) e ingresamos por el Campo Negro, una vasta extensión de arena volcánica que se desarrolla hasta los pies del cerro del Nacimiento (6436 metros). Hasta este punto habíamos recorrido 38 kilómetros y luego de cargar nuestros bultos instalamos el primer campamento a 4950 metros (S 27 17 32 W 68 27 52).
Campo 3 en la base del Glaciar Sur de Ojos del Salado
Eduardo Namur encabeza el ascenso por el glaciar, Ojos del Salado
Luego de la primer noche comenzamos la aproximación que dividimos en dos jornadas en las que tuvimos que salvar dos filos paralelos que llegaban a 5600 metros. La cuarta noche instalamos el campo cuatro en la ladera sur del Ojos del Salado a 5630 metros (S 27 09 20 W 68 31 49). Al otro día comenzamos a escalar el glaciar sur con una inclinación de 40 a 45 º y por él alcanzamos el emplazamiento del último campamento que haríamos a 6080 metros (S 27 09 59 W 68 32 03). En la madrugada del 28 de marzo partimos por los altos neveros que desembocan en el glaciar. Luego de avanzar hasta los 6300 metros nos quitamos los grampones y continuamos por las laderas de una antecumbre en dirección a la pirámide cumbrera. Desde el collado de esta con la cumbre central avanzamos buscando un largo nevero que terminaba cerca de la cumbre.
Descansamos a 6800 metros donde encontramos los restos del helicóptero Lama que se accidentó en 1984 y donde perdieron la vida el director de la Minera Anglo American Louis Murray y el piloto César Tejos. Cuarenta minutos después, a las 16 horas pisamos finalmente la cumbre principal del Ojos del Salado donde encontramos la pirámide que recuerda a las víctimas del accidente de 1984.
Observamos el paisaje impactante con las paredes que caen a pique hacia la cara norte del Ojos del Salado y el torreón oeste de igual altura del que estábamos parados. Vimos las fumarolas en el cráter inferior y la senda que llega desde el refugio Tejos en territorio chileno. En el horizonte se recortaban altivos el Tres Cruces (6749 m) con sus glaciares, el Muerto (6488 m) con su imponente cara sur y al sur el Walter Penck (6658 m).
Dejamos nuestro testimonio y volvimos sobre nuestros pasos. Esa noche dormimos nuevamente en el campamento de 6100. Al otro día emprendimos la larga y extenuante vuelta
Ultima jornada hacia la cumbre, abajo se observa uno de los crateres que se abren
al sur de la cumbre principal, Ojos del Salado
Cumbre en el Ojos del Salado
Fumarola en el crater cumbrero del Ojos del Salado
Nicolas Pantaleón y Guillermo Almaraz en la cumbre de Ojos del Salado
Regreso, termas y un final que nos sorprende
Llegamos una madrugada a Fiambalá y sin esperar que se despierte Ruth, la dueña del hostel, entramos y dejamos los petates en el comedor y nos instalamos a comer algo pese a que eran casi las 7. Con los ruidos se levantó y entonces fuimos huéspedes y no ocupas.
Luego de bañarnos nos fuimos a dormir y recién nos levantamos al mediodía para almorzar. Uno a uno nos comunicamos con nuestras familias y nos fuimos a las termas.
Cuando estábamos inmersos en las cálidas aguas tomando unos mates Nicolás nos contó que había llamado a Salta y había hablado con su padre Enrique. Nos mandaba un gran abrazo y una enorme felicitación. Como andinista entendía el esfuerzo que nos había insumido el ascenso y lo valoraba realmente.
Le había preguntado sobre la ruta, cuantos campamentos habíamos hecho y si el hielo estaba en buenas condiciones o nos hundíamos al avanzar, pero fue lo último que dijo lo que nos llamó la atención. “Bueno, ahora entonces me saqué la espina” Enrique nunca fue al Ojos del Salado, así que no podría tener ninguna espina. Que nos había querido decir? Nicolás le preguntó si él hubiera querido subir el Ojos y si eso si tenía algo inconcluso como andinista, pero él tranquilamente le dijo algo que nos sorprendió realmente y todavía nos deja sin palabras: “No, es que tengo la botella de Orlando Bravo guardada y solo la voy a abrir para festejar una cumbre en el Ojos del Salado”
Mojon cumbrero, Ojos del Salado
Fin
Área Restauración Fotográfica del CCAM: Natalia Fernández Juárez
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