Vamos a compartir en esta nota las propiedades de dos plantas nativas curativas de nuestro suelo Argentino, que crecen en el sur del país, en la Patagonia. Una de ellas es la Araucaria o Pehuén [Estos árboles ya existían en la era Mesozoica ( hace 200 millones de años). Esta especie milenaria ha convivido con los dinosaurios de la Patagonia. Es de antiquísimo linaje y figura como árbol tutelar de la raza. ] La otra que describireos es la Lenga.
Estas dos plantas nativas tuvieron mucha importancia para los pueblos originarios, en especial para el pueblo Mapuche, ya que las consideraban milagrosas por sus propiedades medicinales.
Razas indígenas habitaron el suelo neuquino desde hace miles de años. De las más antiguas se conservan leves vestigios como pinturas y grabados rupestres. Las últimas razas que habitaron el territorio del Neuquén, antes de la conquista, fueron PUELCHES - PEHUENCHES - MAPUCHES.
Los antepasados de sus antepasados se remontan a 10 mil ó 12 mil años y evolucionaron en la Patagonia. Mucho después de la llegada de los españoles, alrededor del 1600, el caballo permitio que los tehuelches copen todo el ámbito pampeano y lo que hoy es la provincia de Neuquén.
Para interpretar las propiedades medicinales de estos dos árboles nativos primero vamos a explicar quiénes eran y son los Mapuches, habitantes de nuestro sur argentino.
El pueblo mapuche nace de un mestizaje entre el pueblo moluche proveniente de la pampa Argentina y los habitantes autóctonos de la región chilena entre el Bio- bio y el Toltén. Cuando llegaron los españoles, no contaban con un lenguaje escrito, por lo que gran parte de lo que se conoce sobre sus creencias, costumbres y sobre el desarrollo de su medicina proviene de los escritos de conquistadores europeos.
La medicina mapuche se basaba en el concepto que si uno se enferma es a causa de poderes sobrenaturales, como maleficios, por lo cual su medicina era ejercida en rituales o en tratamientos con aguas termales y hierbas medicinales. Estas hierbas las recogían muy cuidadosamente ya que cada una tenía distintos poderes curativos. Utilizaban cortezas de árboles, arbustos, raíces, hojas, flores, tallos, preparando con ellos ungüentos, tisanas, infusiones, cataplasmas, cocimientos, etc.
Nos vamos a detener aquí para explicar las diferentes formas en que pueden utilizar las plantas medicinales:
Cataplasma: sustancia medicamentosa en forma de pasta blanda que se extiende y se aplica caliente sobre alguna parte del cuerpo con fines calmantes, curativos, o emolientes. Reduciendo de esta manera los dolores locales.
Tisana: es la bebida que se consigue al hervir durante varios minutos determinadas combinaciones de hierbas o especias en el agua. En general son cortezas de árbol o tallos duros y el hervor son de 5 a 20 minutos, dependiendo de la dureza de la planta. Se deja en reposo hasta enfriar y luego se lo bebe colándolo o filtrándolo previamente.
Infusión: las hierbas, hojas, flores, y partes tiernas de la planta se colocan desmenuzadas en un recipiente, se calcula generalmente de 20 a 30 gramos de hierba por 1 litro de agua. Se le echa el agua hirviendo en el recipiente, y luego se lo cubre durante 5 o 10 minutos. Se filtra o cuela y se bebe en la forma y cantidad indicada.
Cocimiento: normalmente se utiliza este procedimiento para las partes duras de las plantas como rizomas, tallos gruesos, raíces, cortezas. Se coloca la cantidad del vegetal indicada en cada caso, habitualmente 30 gramos. Se pone a hervir hasta reducir a 1 litro el total de cocimiento. Se enfría y se utiliza ya sea para uso interno o externo.
Ungüento: medicamento líquido o pastoso que se untan en una parte del cuerpo y sirve para aliviar o calmar dolores.
El tratamiento que más se destacaba en la medicina mapuche era la cirugía, debido al gran número de enfrentamientos entre tribus. Por esto, las cirugías eran principalmente para tratar heridas y envenenamientos, además de curar distintos traumatismos, tales como dislocaciones y fracturas. Las heridas eran tratadas con infusiones de plantas medicinales, y los traumatismos eran tratados inmovilizando el miembro dañado y recubriéndolo posteriormente de pasta hecha de hierbas en forma de cataplasma.
Existieron varios tipos de médicos en la cultura mapuche: Vileus, Ampiver, Lawentuchefes y Machis.
Vileus: Eran los denominados médicos metódicos. Creían que las enfermedades eran causadas por insectos y eran los encargados de combatir las epidemias que aquejaron al pueblo araucano principalmente después de la llegada de los españoles.
Ampiver: Eran médicos empíricos. Se caracterizaban por utilizar procedimientos y curas simples. Sabían tomar la presión y realizar diagnósticos básicos. Sus tratamientos eran a base de hierbas.
Lawentuchefe: Características sanadoras aplicada a las personas. Dicho conocimiento lo aplica para ayudar a restituir la salud de las personas afectadas de dolencias y males. Debe tenerse presente que él o la lawentuchefe no es chamán y por tanto, no debe confundirse con un machi. Las funciones del lawentuchefe sólo se limitan al conocimiento herbolario y su aplicación para la sanación de enfermedades.
Machi: Practicaban una medicina mágico-sacerdotal. A este tipo de médicos acudían si los otros dos no habían sido capaces de curar al enfermo. Poseían conocimientos rudimentarios sobre la anatomía y fisiología del cuerpo humano y no eran capaces de relacionar signos y síntomas como vómitos, fiebre, calambres, etc. para hacer el diagnóstico de una enfermedad, pero sí eran capaces de diagnosticar una enfermedad mono-sintomática como sarna, ciática o gota.. Practicaban exitosamente cirugías menores como reducción de fracturas y operación de tumores pequeños y también poseían un profundo conocimiento sobre hierbas medicinales, ya que sabían específicamente qué parte de la planta se debía utilizar para aprovechar mejor sus virtudes. Hacían infusiones y ungüentos para tratar a los enfermos en sus diversas patologías.
Existían ocasiones en las que se juntaban estos tres tipos de médicos realizando una consulta entre ellos, la cual se denominaba thauman.
La población mapuche hoy día sufre discriminación racial y discriminación social en sus relaciones con el resto de la sociedad tanto en Chile como en Argentina, lo que se manifiesta en menores índices de educación,de ingresos y un mayor desempleo.Según estadísticas oficiales, sus índices de pobreza son mayores que el promedio nacional tanto en Argentina como en Chile,y algunas iniciativas de recuperación de sus tierras históricas se han encontrado con la negativa de empresas multinacionales.
Nombre:
Araucaria araucana
Familia:
Araucariaceae.
Pináceas El Piñón
Sinónimos:
Pino araucano, piñonero, pino araucaria, pino patagónico o pino de brazos, a pesar de varios nombres que posee no pertenece al género Pinus, es una especie arbórea perteneciente al género de coníferas Araucaria.
El Piñón comúnmente llamado Pehuén, Piñón, Pino de Neuquén y Pewén (denominación mapuche).
Ubicación:
Estos árboles, como se dijera, ya existían en la era Mesozoica (200 millones de años), conviviendo con los dinosaurios de la Patagonia.
El Pehuén es el representante en nuestra flora de las coníferas que en el periodo terciario adquirieron un desarrollo gigantesco y convivieron posiblemente con los grandes animales antediluvianos.
Crece en la Cordillera de los Andes en suelos desarrollados sobre rocas volcánicas andesítica y basálticas cuaternarias, cubiertas en gran parte por cenizas y escorias volcánicas de buen drenaje, en las que se arraiga mediante un potente sistema radicular.
Es una especie arbórea endémica del distrito del Pehuén de los bosques subantárticos, en el extremo noroeste de la Patagonia argentina, principalmente en la cordillera centro-norte de la provincia del Neuquén, y en el centro-sur de Chile, estando distribuida en zonas muy restringidas de la cordillera de Los Andes y, en menor grado, en la cordillera de la Costa chilena.
En las faldas de la cordillera andina, en la parte comprendida entre los volcanes Copahue y Lanín, se extiende una zona boscosa. Los bosques de pehuén. Su conjunto semeja una multitud de gigantes por su altura. Se les ve en lo más agreste de las cumbres, en donde más fuertemente despliegan su furor los vientos. Especie nativa del Parque Nacional Lanín.
Es una conífera de importante relevancia en el parque de Villa Pehuenia y de valor ecológico de reconocimiento mundial, porque es una especie única.
Es el símbolo de la provincia del Neuquén y son longevas por naturaleza. Cada especie puede contar con cientos de años de vida y pasar los mil.
Se encuentran entre 2000 y 4500 m. Las condiciones climáticas son rigurosas, con clima de hielo por efecto de altura, temperaturas invernales de -5 a -10°C, mientras que la máxima absoluta puede alcanzar los 30°C, con cortas estaciones de crecimiento.
Presenta incrementos en altura entre 5 y 8,2 cm anuales, y en diámetro del orden de 2,34 a 2,7 mm anuales.
Propiedades Medicinales:
Es un buen cicatrizante [ en forma de cataplasma]
Baja la fiebre, quita los escalofríos, dolores lumbares, jaquecas, migrañas y cefalea. En infusión o tisana 20 gramos x 1 litro de agua. Tres veces por día.
En su tronco se encuentra una resina blanquecina con olor a incienso. Esta se ha utilizado en la historia contra las contusiones y úlceras. [ se coloca la resina arriba de la zona lesionada].
Su semilla tiene un alto valor energético y al mismo tiempo altas cantidades de almidón resistente que favorecen al organismo.
Es apto para celíacos.
Es rico en calcio y magnesio lo que ayuda en las etapas de crecimiento, combate el colesterol malo y las enfermedades cardiovasculares.
En la Fitoterapia Integral se utiliza como balsámico para aliviar la tos y afecciones del pecho, para estos casos se recomienda tomar en forma de Infusión[ hojas y flores 20 gramos x 1 litro de agua] 1 taza, 3 veces al día.
El piñón: Es usado como purgante y laxante, también como cataplasma y para la caries; contra la hemorroides, quemaduras, gingivitis, hongos de la piel, leucorrea, abscesos, diarreas infantiles, tos, asma, amigdalitis, emenagogo, inflamaciones, queratolítico, disentería, ictericia, paludismo, reumatismo, conjuntivitis.
Los aceites esenciales de los piñones ayudan a bajar los triglicéridos, el colesterol y fluidifican la sangre evitando problemas circulatorios. En la medicina popular se utiliza como balsámico para aliviar la tos y afecciones del pecho.
Partes Útiles:
La resina, hojas, frutos, flores. Los piñones se pueden conservar hasta seis meses en el congelador.
Componentes Activos:
Las hojas son ricas en tanino y resina, esencia y sustancias amargas. La esencia destila una fracción llamada mirtol. Contiene también esencia de mirto, los ácidos cítrico y málico, tanino, vitamina C. Propiedades: Astringente y antiséptico.
Tiene un 15 % de almidón y un 14,56 % de proteínas.
100 gramos de piñones contienen 221 calorías.
Reproducción:
Las araucarias son una especie dioica, es decir necesitan de un ejemplar con flores masculinas y otro con flores femeninas para reproducirse.
La polinización es anemófila, o sea a traves del viento.Luego de la fertilización, que ocurre en enero, el cono se lignifica y endurece, para luego abrirse y diseminar las semillas 16 a 18 meses después, dentro del ciclo reproductivo que dura dos años.
Cada cono libera entre 120 y 200 semillas, comúnmente llamadas "piñones", tienen un tamaño de 4 a 5 cm de largo por 1,5 cm de ancho, de forma oblonga a cuneiforme, algo comprimidas, de color siena, carecen de alas y presentan un ligero apéndice apical. Se trata de una semilla pesada, con 200 a 300 semillas por kilo, en promedio 3,8 g por semilla.
En la diseminación natural de las semillas interviene principalmente la gravedad. La mayor parte de las semillas se concentran en el área directa bajo la copa, con una distancia máxima de dispersión de 11 a 15 m del fuste. Agentes como aves, destacando los loros y algunas especies de roedores, contribuyen a dispersar las semillas al transportarlas hacia áreas alejadas del árbol madre.
Descripción:
Árbol soberbio, el más bello del territorio mapuche, autócrata vegetal, que no me admite a sus pies desarrollo vegetal alguno, ni siquiera de plantas parásitas.
Es perenne, posee un tronco cilíndrico y muy recto.
Los árboles de esta especie se caracterizan por tener un tronco grueso y rugoso, capaz de alcanzar los 50 metros de altura por 2 metros de ancho.
Presenta una copa de aspecto piramidal, similar a un paraguas, con un patrón de ramificación relativamente regular, con 3 a 7 ramas por verticilo, de disposición perpendicular al tronco, o bien ligeramente arqueadas hacia arriba. Las ramas alcanzan el suelo cuando los árboles son jóvenes, y hacia la adultez, las ramas inferiores se van desprendiendo, lo que determina que la copa se inicie a gran altura del fuste. Exhiben una copa abierta con ramas angostas, en la que la nieve no puede acumularse.
Las hojas son espiraladas, aovadas, punzantes y presentan un color verde permanente. Se trata de una especie dioica, es decir, que los árboles presentan flores femeninas en un individuo y masculinas en otro.
Las ramas, de aspecto cilíndrico, se hallan densamente cubiertas de hojas dispuestas de manera muy imbricadas o naciendo cada una de manera comprimida cercanas entre sí. Son perennes, no presentan pecíolo (son sésiles), de textura muy rígidas, duras, coriáceas, de forma lanceoladas (como puntas de lanza) y provistas de un mucrón o espinita terminal. La base de la hoja es muy ancha y pegada a la rama o tallo.
El tamaño de las hojas alcanza aproximadamente 3 a 4 cm de largo, por 1,5 a 2 cm de ancho. Su color es verde oscuro, lustroso, y presentan estomas en ambas caras. Las hojas se disponen de manera helicoidal o espiralada, cubriendo totalmente el tallo.
Las ejemplares hembras se diferencian porque al final de las ramas poseen una piña redonda y de tonalidad amarilla, mientras que los machos tienen piñas más largas y de color parduzco.
Conos masculinos alargados, de unos 4 cm, pardo-amarillentos o rojizos, con múltiples escamas superpuestas.
Estróbilos femeninos redondeados, erguidos, de 10-15 cm de longitud, con escamas terminadas en una larga punta triangular recurvada hacia atrás. Florece en primavera.
Existen ejemplares de pehuén masculinos y ejemplares femeninos. Los segundos son los que llevan las piñas erizadas, de diez a veinte centímetros de largo por ocho a veinticuatro centímetros de grueso. Éstos, que encierran de cien a doscientos piñones de cinco centímetros, tardan de año y medio a dos años en madurar. El piñón, llamado ngulliu, contiene una sustancia farinácea parecida en gusto a la castaña europea; fue durante siglos la alimentación de las tribus cordilleranas conocidas bajo la denominación de pehuenches.
La madera de Araucaria araucana presenta un duramen de color amarillo ocre, homogéneo y lustroso, con suaves vetas de color castaño, prácticamente indiferenciado de la albura. El veteado es liso, con angostos anillos de crecimiento, notorios y a menudo ondulados. Es una madera semipesada, con una densidad de 670 kg/m3, presentando una notable resistencia mecánica. Una vez seca, es dimensionalmente muy estable y posee una resistencia moderada al ataque de hongos.
Su corteza es muy rugosa y gruesa, con un espesor de 10 a 14 cm, llegando a constituir hasta un 25% del volumen del fuste. Se presenta agrietada profundamente con un patrón de placas de corcho poligonales, de diversos tamaños y color gris oscuro a rojizo, las que reciben el nombre de "choros". Este tipo de corteza densa es de difícil inflamabilidad, desarrollada como adaptación a una intensa actividad volcánica en la región donde crece en forma natural.
Uso Externo:
Su madera es de excelente calidad y bastante cotizada en carpintería y para la creación de cartón y papel.
Por sus propiedades y buenas características de trabajabilidad. Se usó en la industria de tableros para la fabricación de chapas, contrachapados y tableros. Se empleó en construcción de viviendas, en pisos, revestimientos, techos, pilares, ventanas y escaleras. En carpintería, se la usó en embalajes, cajones, envases y muebles.
La resina que destila del tronco funciona muy bien como diurético, cura las úlceras venéreas y de la piel.
Es utilizada la resina para calmar dolores.
Su fruto, conocido como piñón, constituye un alimento muy nutritivo con altos niveles de grasas insaturadas (no aportan colesterol), vitaminas B y E. Es una buena fuente de minerales como: Calcio, magnesio, hierro, potasio, fósforo y ácido fólico. Ideal en la alimentación de niños y jóvenes, estudiantes, deportistas, es un buen alimento para los que viven en zonas muy frías y para personas que realizan diariamente trabajos pesados.
Las semillas poseen un gran valor alimenticio por su alto contenido en hidratos de carbono que le convierten en un fruto muy energético.
Los piñones se pueden consumir hervidos o cocidos en licores o en harina por lo general este fruto conocido como por los mapuches es protagonista de la gastronomía de la zona de la araucanía.
Su sabor es agradable, también contiene agua, albúminas, lípidos, proteínas.
Aportan mucha energía y nutrientes, alto contenido en proteínas, fuente indispensable para el crecimiento, mejora la calidad de las hormonas y las enzimas que intervienen en los procesos químicos del cuerpo.
Se pueden hacer cataplasmas con la pasta de sus piñones, acompañados con caolín. Los piñones se utilizan como bálsamos y ungüentos con aceites esenciales de eucalipto, tomillo y romero, es de gran ayuda en caso de bronquitis.
Para su mejor asimilación se aconseja masticar muy bien; los piñones combinan bien con cereales y complementan el poder calórico de las ensaladas o sopa de vegetales.
Se puede preparar paté vegetal, se puede moler (queda una especie de harina) y se utiliza en la elaboración de tartas, galletitas, etc.
Recomendamos su consumo una vez tostados pero sin sal ni azúcar agregada. Podemos elaborar con ellos desde un cuscús salteado, una panzanella o una quinoa con frutos secos hasta un clásico pesto o bien, galletas con frutos secos varios.
En la zona de Pehuenia se fabrican riquísimos alfajores elaborados con semillas de araucaria.
Cómo limpiar piñones de araucaria
Recolectamos los piñones de araucaria. Lavamos los piñones y los hervimos en abundante agua por dos horas. Retiramos del hervor y presionando la parte gruesa del piñón retiramos la pulpa.Ya están listos para ingerir así o usar en preparación.No presenta efectos secundarios pero los piñones deben estar maduros de lo contrario se los debe hervir en agua por 2 horas.
Gracias a su alta resistencia a las bajas temperaturas, los ejemplares de esta especie pueden cultivarse en las regiones del Norte de Europa, la costa Oeste de la zona septentrional de América del Norte, y en Oceanía.
Esto ha permitido que la araucaria se convierta en un árbol de jardín muy popular, sobre todo en zonas donde predominan climas oceánicos con un abundante régimen de lluvias.
El cultivo es una actividad que requiere de una buena dosis de paciencia, ya que la preparación del suelo, la siembra, el mantenimiento y el trasplante de los plantines se hace de manera manual y demanda una buena inversión de tiempo.
Las semillas se siembran en el suelo bien labrado de un vivero y luego se debe cubrir la zona con un alambrado trenzado para que las aves no intenten comerse los piñones de los que brotarán los jóvenes pehuenes, que deberán permanecer en ese lugar al menos por dos años.
Este lapso de tiempo se considera necesario para que la planta crezca sana y fuerte antes de proceder a su trasplante a un área de repicado cuya tierra debe haberse aireado durante los seis días previos. En este lugar se completa el proceso de aclimatación al medio y recién al cabo de tres años se puede trasladar a su lugar definitivo de implante.
La primera fructificación ocurre alrededor de los 25 años, observándose casos de fructificación precoz a los 15 años. La floración y semillas se torna abundante a partir de más de 40 años. A. araucana es una especie de lento crecimiento y gran longevidad, pudiendo superar los 1000 años.
Los síntomas de una extraña “enfermedad” que las afecta son la perdida de color verde de las hojas en las ramas inferiores, las que pasan a un color café y se secan. Luego, se sigue secando hacia las ramas superiores, causando en muchos casos la muerte del árbol.
Otro de los motivos puede ser la poda.
Las araucarias no necesitan poda, por el contrario, ha sucedido que los especímenes elevados para contener su desarrollo, se desperdician y mueren rápidamente. Por lo tanto, le aconsejo que evite podar su araucaria, porque podría hacerle mucho daño.
Dentro de las araucarias, es la que más resistencia tiene al frío (tolera temperaturas bajo cero). Le perjudican los calores excesivos, por lo que tendremos que tener cuidado en verano y asegurar que tenga buen contenido de humedad.
Es una especie que a pesar de poseer superioridad en cuanto a magnitud respecto a otros árboles con los que compite; por su estado de conservación es considerada en peligro crítico de extinción. Es una especie que ha sido explotada por su madera y la expansión agrícola. Solo a través del conocimiento del patrimonio que poseemos es posible implementar acciones para su conservación, protección e integración de las comunidades locales en dichas actividades.
Artículo 1º. - Declárase monumento natural, en los términos de la Ley N° 22.351, a la Araucaria o Pehuén (Araucaria Araucana). El propósito de este proyecto es declarar monumento natural a la Araucaria o Pehuén, árbol nativo y símbolo de la provincia de Neuquén, y que integra desde el año 1958 el escudo provincial.
La loca historia del nombre de nuestra araucaria en inglés.
Todo habría partido por allá por 1850, cuando sir William Molesworth plantó una araucaria en su jardín de Pencarrow House, Inglaterra. Durante una cena, a uno de sus invitados le llamó la atención la imbricada disposición de las ramas y hojas de este árbol, comentando que incluso podrían confundir a un mono trepador. Hasta ese entonces esta especie era conocida como pino chileno, pero se dice que tras el episodio en casa de Molesworth, comenzó a ser llamada “Monkey puzzle tree” árbol del acertijo para monos” o “rompecabezas de mono, nombre con el que hasta hoy se le conoce popularmente en inglés.
En francés tiene un símil incluso más cuestionable: “désespoir des singes” desesperación de monos.
Leyenda
Hace mucho tiempo un antiguo pueblo de la Patagonia vivía cerca de los bosques de pehuenes o araucarias, árboles que consideraban sagrados y a su sombra se reunían para rezar, les hacían ofrendas y adornaban sus ramas con regalos, pero no recolectaban sus frutos, como no tenían un buen sabor pensaban que eran venenosos y no se podían comer y los dejaban esparcidos en el suelo.
Un año, el invierno fue particularmente largo y crudo, la tierra permaneció cubierta de nieve, los ríos se congelaron y las aves emigraron. Incluso el Dios creador, Nguenechen, no escuchaba las plegarias y sobrevino un período de hambruna que, a duras penas soportaban los más fuertes pero los niños y los ancianos comenzaban a morir.
Entonces, los viejos de las tribus mandaron a los jóvenes a recorrer la región en busca de alimentos pero, a los pocos días, volvían hambrientos sin haber encontrado nada para comer.
Un muchacho, después de recorrer una región barrida por el viento, montañosa y árida, regresaba famélico, muerto de frío y con las manos vacías, se cruzó con un anciano de larga barba blanca que se le unió en el camino. Anduvieron juntos un buen rato y el viejo le preguntó qué buscaba en aquella zona de tierra arenosa y pobre, el muchacho le contó de las penurias que estaba pasando su tribu y de la vergüenza que le causaba no haber encontrado nada para ayudarlos. El desconocido lo miró extrañado y le preguntó:
¿No son suficientemente buenos para ustedes los piñones? Caen del pehuén cuando están maduros y con una sola piña se puede alimentar a una familia entera.
El muchacho, confundido, le contestó que siempre habían creído que Nguenechen prohibía comer los piñones por ser venenosos y además, muy duros.
Entonces el viejo le explicó que era necesario hervirlos hasta que se ablanden o tostarlos al fuego y, antes que el joven pudiera decir nada, desapareció. Nuevamente solo, el muchacho, sin dudarlo, juntó las vainas más grandes que encontró y corrió hacia su pueblo.
Después de contar las novedades a los viejos, se hizo un prolongado silencio hasta que uno de ellos dijo:
Ese anciano no puede ser otro que Nguenechen, que bajó para salvarnos. Vamos, no despreciemos su regalo e inmediatamente convocaron a toda la gente.
La tribu entera participó de los preparativos, acarrearon agua y leña para el fuego, incluso muchos salieron a buscar más piñones que luego hirvieron y tostaron e hicieron un gran festín. Se dice que, nunca más pasaron hambre y, también desde ese día, se llaman a sí mismos pehuenches.
Al pehuén lo consideraban árbol sagrado y lo veneraban rezando a su sombra, ofreciéndole regalos: carne, sangre, humo, y hasta conversaban con él y le confesaban sus malas acciones.
Nombre:
Lenga
Familia:
Nombre genérico compuesto de notho = "falso" y Fagus = "haya", nombrándolo como "falsa haya".
Nothofagus Pumillo.[ epíteto latíno que significa "enana"]
Nothofagaceae o de la familia Fagaceae según otra clasificación.
Sinónimos:
Conocida en muchos países como Cerezo de Tierra del Fuego dado el parecido de su veta y tonalidad con el Cerezo Americano, también llamada Haya Austral.
Roble de Tierra del Fuego, Haya austral o Roble blanco.
Ubicación:
Habitualmente las encontramos en las cotas altas de la montaña hasta los 1700 m. sobre el nivel del mar (en la latitud correspondiente al PN Lanín)
Especie nativa del Parque Nacional Lanín.
Se encuentra generalmente en suelos volcánicos en las laderas de las montañas. Puede tolerar −20 °C y heladas todos los meses del año. Se recupera después de incendios.
En Sudamérica la Lenga es una especie nativa que crece exclusivamente en el sur de Chile y Argentina, donde su concentración está en la región de la Patagonia Sur y en mayor medida en la Isla de Tierra del Fuego. Esta variedad está adaptada para crecer en lugares de suelos pobres, climas fríos y fuertes vientos, donde ninguna otra especie suele adaptarse.
Crece en los delgados suelos de la Patagonia y laderas de montañas.
Se encuentra en la Argentina desde Neuquén hasta Tierra del Fuego.
En la Argentina, varios parques nacionales en la zona de la cordillera de los Andes conservan ejemplares en abundancia:
Parque Nacional Lanín
Parque Nacional Los Alerces
Parque Nacional Nahuel Huapi
Parque Nacional Tierra del Fuego
Parque Nacional Los Glaciares
Partes Útiles:
Flor, tronco, hojas.
Descripción:
Árbol monoico ya que ambos sexos se encuentran en una misma planta; corteza de color gris oscura con grietas longitudinales. Ramillas nuevas cortamente pubescentes. La hoja tiene su base ligeramente cordada, márgenes doblemente crenulados, nervadura muy notoria y pubescente en el envés, pecíolo de 2-6 mm de largo. Lámina de 2-4 x 1,4-3 cm Flores pequeñas unisexuales; las masculinas solitarias con un pedicelo de hasta 4 mm de largo, rodeadas por un perigonio formado por 5-7 lóbulos, 15-20 estambres; flores femeninas solitarias y sésiles. El fruto está formado por una cúpula de 2 valvas, en su interior 1 nuez pilosa de 6-7mm de largo.
Es caducifolia (sus hojas caen en invierno).
Sus hojas son color verde oscuro de entre dos a cuatro centímetros de longitud y borde aserrado, tienen forma redondeada o elíptica y el borde crenado, distinguiéndose dos hendiduras entre nervaduras. pudiendo alcanzar una altura total de hasta treinta metros, con un diámetro de su tronco que puede superar el metro. A medida que el clima empieza a helarse, en el mes de abril, sus hojas cambian del verde a un despliegue de intensos amarillos, naranjos y rojos, otorgándole una belleza inigualable al paisaje sureño.
La lenga crece con fuerza desde las zonas de estepas más cálidas y secas hasta los límites más altos, alrededor de los 2.000 m de altura. A lo largo de las laderas andinas que marcan los alcances más elevados de su rango habitable, la lenga a veces crece con formas extravagantes, retorcidas, modeladas por el viento.
Estas formaciones se llaman krumholz, o “madera retorcida” en alemán.
Es considerada una madera semi dura de grano recto, textura fina y homogénea características que la distinguen por su excelente terminación superficial, muy suave al tacto y fácil de trabajar. Por su tono permite una fácil adaptabilidad a diferentes tipos de tintas y acabados superficiales.
Su tronco tiene tonalidades de color blanco a amarillento y tiende levemente a un rosado pálido. Además, tiene una textura fina, con dureza superior al cedro misionero. Es considerada en el mundo como una madera distinguida ya que tiene excelentes características para el trabajo del mueblista, tales como: tallado, elaborado de perfil. Ideal para diseños que quieran honrar a la naturaleza.
La madera de Lenga es elegida por prestigiosos fabricantes de la industria maderera en todo el mundo para el uso en carpintería decorativa, puertas de casa, mobiliario y muchos otros elementos que utilizan madera de alto valor y calidad. Otra ventaja destacable es su relación calidad- precio-belleza que la diferencia de las demás.
Posee menor tamaño con aspecto de arbusto en la zona norte de su distribución y tiene aspecto achaparrado en sectores cordilleranos altos, por efecto de la nieve que los cubre totalmente en la época invernal. Por ese motivo se dice que la altura está supeditada a la acción que ejerce sobre su estructura la nieve invernal, que lo aplasta a niveles de limitar su crecimiento, por lo que es frecuente encontrar en un mismo ambiente natural, ejemplares que se empinan por sobre los 10 metros con troncos rectos, cómo también verdaderos matorrales de troncos retorcidos que no superan los 2,5 metros de alto.
Propiedades medicinales:
Sus hojas tienen propiedades cicatrizantes, analgésicas y combaten el envejecimiento si se toman como infusión diariamente. De 2 a 3 veces diarias 20 gramos de hojas x 1 litro de agua.
En cambio, sus frutos contienen propiedades antioxidantes y se usan para elaborar licores, mermeladas y conservas.
Uso Externo:
Gracias a su versatilidad, la madera de lenga permite la creación de todo tipo de muebles y objetos decorativos con acabados que se adaptan a los gustos y diseños de cada espacio.
La lenga se utiliza para la elaboración de muebles finos destacada por su excelente calidad y pureza. Además, brinda variedad de opciones de diseño y color, y es valorada por su sustentabilidad y vida útil.
Por su dureza sirve en especial para pisos, parquets, cubiertas de mesa, gradas de escalera, puentes, barcos y puntales para minas.
La lenga es una especie muy buscada por el valor industrial de su madera.
Efectos Secundarios:
No tiene
Leyes de protección:
Todos los bosques nativos de Tierra del Fuego sean públicos o privados, tienen un manejo forestal sustentable con monitoreo constante de controles de talas y volúmenes de producción, garantizando con este tipo de manejo una renovación constante de los mismos.
Para su explotación se utiliza un método que selecciona las plantas que servirán para lograr una regeneración natural del bosque, solo explotando áreas parciales de esa zona con lo cual a simple vista no sea fácil reconocer el terreno ya explotado, a los ojos del común de la gente.
Para proteger a la lenga, en Tierra del Fuego, se utilizan principalmente las llamadas cortas de protección, que es el método más difundido en la actualidad para la cosecha inicial de bosques primarios. Se abre el bosque dejando un remanente durante el tiempo necesario (10 a 20 años) para lograr la regeneración natural hasta una altura media de 50-75 cm. Posteriormente, la corta final remueve el resto. Las plántulas de lenga tienen una extraordinaria capacidad de adaptación a cambios en el medio ambiente permitiendo la recuperación de la estructura forestal de los rodales frente a todas las propuestas silvícolas anteriores.
Otro método de conservación es la Retención variable, que es dejar parte del bosque original en forma de agregados circulares sistemáticos (uno por hectárea de 30 m de radio), manteniendo el suelo y el sotobosque sin impacto de caminos ni maquinarias, con retención dispersa de árboles vivos entre los agregados.
Foto: 23
Lenga en otoño
https://www.leoridano.com/foto_tag/lenga-nothofagus-pumilio/
Anteriormente se usaron con las Lengas sistemas como las llamadas cortas en bosquetes que se basan en parámetros económicos definidos exclusivamente por parámetros forestales (rendimiento y crecimiento) sin incluir aquellos de conservación. Esto implica que en el largo plazo se cosechan todos los árboles del rodal.
Poesía:
"Alma de lenga" - Poema de Lino Pizzolón
Ser espíritu de lenga, tener alma de lenga
es respirar en sus bosques el oxígeno emanado de sus hojas,
beber su química y dejarse penetrar de su física invisibles;
es ser sensible a la invitación acogedora de los claros en el bosque y detenerse en ellos hasta escuchar la melodía silenciosa;
es abrazarse al hermano árbol, pedir, agradecer
y sentir sus energías curativas y la restauración interior;
Tener alma de lenga
es aprender a hundir las raíces en la tierra, en lo oscuro, y extraer de allí el nutrimento esencial,
y es saber llevarlo y brindarlo elaborado, al cielo,
es saber abrirse a la luz, desplegar todas la ramas y aprovecharla toda;
es saber resistir los embates del viento,
tener alma de lenga es quebrarse pero no doblarse;
es soltar los gajos o casi todo el ser, y seguir allí, de pié, con lo que queda;
Tener alma de lenga es sentir el llamado del bosque de lo alto
Y acudir cuando es el momento, dejando todo;
Tener alma de lenga es, en fin,
aceptar que las hojas se caen todos los años,
Que la vida se achica, se encoge, se hunde hacia adentro
Y que solo de esta manera, es posible el reinado en esas alturas,
en lugares que de otra manera no serían más que páramos de rocas yermas.
Ser lenga es aceptar perder las hojas cada otoño, saber esperar y no reverdecer antes de tiempo. Es sumirse en lo oscuro. ..”si el grano de trigo no muere...”, aceptar los procesos de desprendimiento, de descomposición, y muerte en uno mismo, como condición para verdaderos resurgimientos, renacimientos.
Perder las hojas es desprenderse de los logros (y de los fracasos también),
es soltar; soltar y confiar, entregados, gozosos, que estamos siendo partes de una química más vasta, y que SABE a dónde va.
Tener alma de lenga, es aceptar la muerte y caer en el último embate del viento o carga de nieve,
Y dejar un claro en el bosque para que los retoños puedan explayarse hacia la Luz.
Tener alma de lenga es saberse y asumir muchos estadios: bebé, creciente, erguida, poderoso árbol, quebrada, tumbada, semienterrada pudriéndose,. .. colchón de hojas que cada año queda bajo la nieve y que devuelve así los nutrientes al suelo; para que irán a las nuevas hojas de las próxima primavera, o que irán a los arroyos y vertientes como alimento de la vida microbiana e invertebrada. Vida que crea y mantiene vida, vida, muerte y vida siempre juntas.
Tener alma de lenga es no quejarse si el viento sopla de más,
sino agrandar y fortalecer las raíces y aferrarse mejor a la roca.
Es saber ser avanzada, centinela, atalaya de la vida, un risco-proa o también, disfrutar de la protección que da estar en el medio de un bosque frondoso;
Es saber convertirse en cenizas llegado el caso, y renacer más adelante con renovados verdores;
Ser lenga es dar cobijo y alimento al pájaro carpintero, al huemul y al pudú; es dar belleza y alimento -el llao-llao- al caminante hambriento.
Tener alma de lenga es sostener y dar comida, material y espiritual, a quien lo necesite.
Tener alma de lenga es, sobre todo, saber empezar de nuevo,
Con la misma alegría virginal con que cada año llega la primavera
Sólo el bosque virgen, que no ha sido ensuciado con “proyectos”, conserva y trasmite su carácter sagrado y su magia, sus duendes y su poder curativo.
Bosque de nadie y de todos: el cartel “propiedad privada” destruye tu sacralidad; alambrado, guardias, mastines, son un insulto.
Bendita seas Nothofagus dombeyii, reina de las alturas
que cuidas, proteges y alimentas nuestras aguas.
Tu das de comer a los arroyos y vertientes
Creas vida en ellos, das cobijo a aves y huemules y lagartijas
el cóndor te vigila desde lo alto.
Caminar en tus bosques es sumergirse en un festival de luz,
una caricia para el alma, un bálsamo para el espíritu,
fuente de revelación e inspiración.
A través de tus senderos penetro a veces en otros mundos
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