A pesar que en el año 2000 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, por medio de la disposición 1788 establece que no puede formar parte de medicamentos fitoterápicos, dentro de las cuales se incluye a la coca (erythoxylum coca lamarck-eritroxilacee), a pesar de que esta es utilizada como tratamiento de ciertos males, como el mareo, dolor de estómago, fatiga, etc.
Siendo que es una planta ancestral llamada por nuestros nativos como ´´Planta Sagrada´´ por sus cualidades curativas, donde en muchas partes del país se consume diariamente y es de venta libre en los kioscos, enumeraremos sus propiedades medicinales.
Pero, antes de comenzar a hablar sobre la hoja de coca, voy a describir la diferencia entre una infusión y un cocimiento, que son los dos métodos que se utilizan para obtener las propiedades medicinales de este milenario vegetal.
Las hierbas, hojas, flores y partes tiernas de la planta se colocan absolutamente desmenuzadas en un recipiente apropiado, en una proporción aproximada de 20 a 30 G por litro de agua. Se le echa encima el agua hirviendo, en el mismo recipiente en el que se efectúa la operación. Se le cubre durante 5 a 10 minutos, y luego se bebe en la forma y cantidad indicada.
Infusión -maceración Se coloca la hierba, flor, hoja o planta entera en las cantidades habituales de 20 a 30 grados en un recipiente de vidrio o loza de boca ancha. Se le vierte encima agua hirviendo y se tapa el recipiente, mientras se enfría el preparado dentro del mismo. Una vez frío se filtra y se usa en la forma indicada.
Normalmente se utiliza este procedimiento para las partes duras de las plantas como raíces, rizomas, tallos gruesos y cortezas. Se coloca la cantidad de hierba indicada en cada caso habitualmente 30 gramos por litro y se le agregan 200 G de agua en el recipiente. Se pone a hervir y se deja hirviendo hasta reducir a un litro el total de cocimiento. Se enfría y se utiliza ya sea para uso interno o externo en la forma indicada en cada caso.
Nombre científico: Erythroxylum coca.
Etimología: Erythroxylum: nombre genérico compuesto que viene del griego erythro-, que significa 'rojo', y del griego ξύλον, que significa 'madera'.
Coca: epíteto que proviene de la palabra quechua kuka que identifica la planta.
Aún se discute sobre si el vocablo “coca” es de origen Aymará o Quichua. En épocas preincaicas, unos mil novecientos años antes de Cristo, ya era empleado este alcaloide, pero la leyenda sobre su origen divino se generaliza con los Incas. Como en todo en este imperio, su uso estaba reglamentado y limitado a los nobles, adivinos, sabios, ancianos y chasquis, que se veía obligado a caminar o correr a grandes alturas. Los chasquis personas que corrían por las montañas transmitiendo el mensaje de los incas, tenían la autorización para consumir hojas de coca. Quizás de este último modo haya llegado a los más lejanos rincones del Collasuyu, incluido en el territorio Jujeño.
Otra posibilidad que la coca haya sido traída como ofrenda para ser colocada en un santuario de altura Incaico, en la cima del Cerro Chañi (el cerro más alto de los Andes Jujeños). Este cerro está localizado entre Jujuy y Salta y su altura es de 5896 msnm. El Teniente Coronel E. Pérez exhumó allí la momia de un niño que entre otras ofrendas tenía una bolsa rellena de hojas de coca.
Al desorganizarse el imperio incaico con la llegada de los españoles, los nativos andinos, al no encontrar restricciones al consumo de la coca se aficionaron a masticarla cotidianamente. Mas aún, el cultivo del arbusto pasó a ser monopolio de los conquistadores, quienes vendieron coca en los mercados indígenas y la introdujeron en Europa para ser usado como anestésico y tónico nervioso y la suministraron a los trabajadores, que rendían sus vidas en las minas. El estado español y la Iglesia, según testimonio de los primeros cronistas de Indias también se enriquecieron con los diezmos correspondientes a la comercialización de la hoja de coca.
Investigaciones arqueológicas modernas demuestran que la coca se generalizó en Jujuy en la época hispano- indígena, es decir, posterior a 1540, cuando se instaló el primer español en el territorio.
A partir de este momento su empleo se volvió intensivo y se recurría a distintas sustancias alcalinas locales para ser mezcladas en el bolo masticatorio.
La evidencia de uso de la hoja de coca más antigua es de por lo menos hace 8.000 años, datado con la técnica de C-14, en restos arqueobotánicos en el sitio Nanchoc, en el valle del Alto Zaña, Cajamarca, en el norte del Perú.
Se han encontrado también restos de los alcaloides cocaína y benzoilecgnonina en una bolsa de la cultura Tiwanaku de hace 1000 años en el sitio Cueva del Chileno en Bolivia.
Los Incas entendían que Inti (el Dios Sol) era una deidad protectora pero que también podía ser vengativa, si no se realizaban sacrificios en su honor. Y tal sacrificio merecía lo mejor y los Incas lo entendieron así. Había que asegurar buenas cosechas y traer prosperidad al Imperio.
En su carácter de huacas o lugares sagrados, las montañas andinas cumplían un papel destacado en los contenidos de las creencias religiosas prehispánicas. Siglos atrás fueron elegidas por los Incas como centros de peregrinación y escenarios ceremoniales en los que se conmemoraba la muerte de un emperador y la sucesión al trono de su heredero. Dichos ritos recibían el nombre de Capacocha, y se ejecutaban simultáneamente en toda la extensión del Incario, desde el norte de Ecuador hasta el centro de Chile y noroeste de Argentina. En una primera etapa los participantes convergían en Cuzco, y luego las comitivas sacerdotales conducían las ofrendas, en solemne procesión, atravesando miles de kilómetros hasta las montañas sagradas situadas en los confines del imperio.
El momento culminante de las ceremonias comprendía el depósito de ofrendas suntuarias y la ejecución de sacrificios humanos en las cumbres de los nevados y volcanes más importantes. La ejecución se hacía mediante estrangulación, asfixia, golpes en el cráneo o entierro de las víctimas vivas en estado de inconsciencia. Los niños y doncellas destinadas al sacrificio eran elegidos entre los hijos de los jefes locales y su muerte era considerada un gran honor, puesto que colocaba a las víctimas en una privilegiada posición de embajadoras de su comunidad en el mundo de los dioses y los ancestros.
Durante la primera etapa convergían hacia el Cuzco las víctimas sacrificables (unos 2.000 niños, según estimaron los cronistas de la época) que tomaban contacto con el Inca en Coricancha (templo de oro). Muchos eran sacrificados allí. Otro grupo de niños vivía hasta la segunda etapa: la redistribución de las ofrendas hacia los confines del territorio dominado donde serían sacrificados.
La elección ya se había hecho: tres niños serian muertos en la cumbre de un volcán, donde reposarían en su sueño eterno, con la esperanza de apaciguar a Inti y llenar de bonanzas a su pueblo.
El Llullaillaco es un estratovolcán ubicado en la Cordillera de los Andes, dentro del Altiplano, en la frontera entre la Provincia de Salta y la Región de Antofagasta. Es considerado el segundo volcán activo más alto del mundo, luego del Nevado Ojos del Salado, y su última erupción ocurrió en 1877.
Las Momias de Llullaillaco, también llamadas Niños de Llullaillaco y Niños del volcán, son los nombres con que se conocen los cuerpos de tres niños sacrificados por los Incas excepcionalmente conservados por alrededor de quinientos años. Fueron hallados a una altura de 6739 m, cerca de la cima del volcán, el 16 de marzo de 1999, por un equipo encabezado por la antropóloga argentina María Constanza Ceruti y el alemán Johan Reinhard siendo el más importante descubrimiento en la historia de la arqueología de alta montaña. La expedición contó con el auspicio del Gobierno de la Provincia de Salta y la financiación de la National Geographic Society. Las investigaciones demandaron aproximadamente un mes, con una permanencia ininterrumpida de dos semanas en la cima del volcán, sufriendo temperaturas de hasta 30 grados bajo cero.
Se llamaban "La Doncella" Una joven mujer de 15 años, un niño de siete años" El niño", una niña de seis" La niña del rayo".
Se encontraron congelados (liofilizado) como ofrenda Inca en la cima del Volcán Llullaillaco.
Su estado de conservación era tal, que varios expedicionarios coincidieron en afirmar que parecían estar dormidos. Los tres tenían todos sus órganos internos intactos, sangre en sus corazones y pulmones. Junto a ellos se hallaron 46 objetos que componían su ajuar, formado por figuras humanas y animales en miniatura, utensilios y alimentos.
Las momias, ricamente ataviadas, calzaban ojotas de cuero, tenían collares y pendientes de caracoles provenientes del océano Pacífico, y cada una tenía una "chuspa", es decir una pequeña bolsa tejida que contenía maíz, charqui, papas deshidratadas y hojas de coca, la planta motivo de esta nota.
Los estudios médicos han permitido comprobar que la Doncella del Llullaillaco, la joven de 15 años, padecía una enfermedad bronquial y que, al igual que las otras momias, no tuvo una muerte ocasionada por factores traumáticos. Su rostro fue pintado con un pigmento rojo y arriba de la boca se observan pequeños fragmentos de hojas de coca. Su rostro mirando en dirección opuesta a la "Niña del Rayo".
"El Niño", de 7 años, estaba sentado sobre una túnica gris con las piernas flexionadas y su rostro -en dirección al este- apoyado sobre las rodillas.
Como todos los hombres de la elite incaica, llevaba cabello corto y un adorno de plumas blancas. Está vestido con una prenda de color rojo; tiene en sus pies mocasines de cuero con apliques de lana marrón, con tobilleras de piel de animal, y en su muñeca derecha lleva puesto un brazalete de plata.
Los estudios de ADN indican que entre los niños no hay relación de parentesco.
Partieron a pie desde el Cuzco. Debían caminar formando una línea lo más recta posible hasta el volcán Llullaillaco. Se estima que tardaron varios meses hasta llegar y que avanzaban unos 10 o 15 km por día. Los niños formaron parte del cortejo, ya que, como imponía el ritual, no podían ser llevados en andas.
Gran cantidad de pobladores acompañó la caravana hasta el tambo, situado a dos horas de la base del volcán.
Tras ascender tres o cuatro días llegaron a la cumbre. El portezuelo -a 6.500 metros de altura- fue uno de los últimos campamentos. Desde que comenzó la peregrinación, los niños eran conscientes de que iban a ser sacrificados.
Los sacerdotes incas pasaron la noche antes del sacrificio en la "choza doble", única construcción dentro del santuario, con función logística. La consagración de las víctimas a Inti (Dios Sol), Illapa (Dios del Rayo) y Viracocha (El Creador) debía hacerse antes del amanecer.
Los rastros encontrados dicen que, antes del sacrificio, los sacerdotes encendieron una gran fogata. Seguramente también realizaron cánticos y danzas. Los niños consumieron hojas de coca y chicha hasta que quedaron adormecidos por el efecto del alcohol, el frío y la altura.
Las tumbas recibieron los cuerpos, luego fueron rellenadas con sedimento de granulometría fina y cerradas mediante muros de piedra ligeramente abovedados, formando el techo de la cámara.
El paso siguiente fue el rellenado de la plataforma delimitada por los muros de contención y el emparejamiento de la superficie.
Por Ley 25444 del 20 de junio de 2001, los «Niños del Llullaillaco» fueron declarados «Bienes Históricos Nacionales» y la cima del volcán «Lugar Histórico Nacional» por la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos de Argentina.
Cinco años después del hallazgo, se hizo posible la exhibición al público de una parte del descubrimiento en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta que fue creado a tal fin, en la ciudad capital de la provincia de Salta. La muestra cuenta con sistemas de protección de alta tecnología a fin de mantener las condiciones de temperatura, humedad e iluminación necesarias para proteger este valioso patrimonio arqueológico.
La coca en los sacrificios
Otros estudios posteriores se hicieron luego de este descubrimiento y lo llamaron ´´Los secretos de las momias del Llullaillaco: alcohol, hojas de coca y frío.
Tras investigar las tres momias de hace más de 500 años, los expertos de la universidad británica de Bradford llegaron a la conclusión de que el consumo de alcohol y coca era parte del ritual del sacrificio. Los resultados se publican ahora en la revista Proceedings de la Academia estadounidense de las Ciencias (PNAS).
El equipo liderado por el arqueólogo Andrew Wilson investigó entre otros aspectos, el cabello de las tres momias infantiles halladas en 1999 permiten deducir nuevos detalles sobre cómo se preparaban estos rituales.
Así, un año antes de morir, la alimentación de “La Doncella” -la mayor de los niños- cambió drásticamente. Al parecer, en ese momento habría sido elegida para el sacrificio y desde entonces mucho mejor alimentada. Según el estudio, “La Doncella” tenía unos 13 años (en la web del museo se habla de en torno a 15).
El alcohol que consumían era, al parecer, chicha, una bebida derivada de la fermentación del maíz. Las hojas de coca, que se utilizan como materia prima para la cocaína, producen entre otros un efecto calmante al masticarlas mezcladas con ceniza. Los Incas creían que los estados de embriaguez permitían acceder al mundo de los espíritus.
Wilso sostuve en su artículo que la coca y el alcohol eran sustancias que provocaban un estado de cambio considerado sagrado”. Los autores de la investigación apuntan a que estas drogas también contribuían a que los niños fueran más dóciles de cara a los rituales.
Sentada con las piernas cruzadas y una media sonrisa en los labios, "la doncella" parece dormir en paz. Cuando se la desenterró, tenía hojas de coca entre sus dientes.
El cuerpo congelado apareció sepultado en una cámara pequeña de 1,5 metros bajo tierra cerca de la cima del volcán. Tenía el cabello con pequeñas trenzas perfectamente armadas, los rastros de sustancias químicas varían desde la raíz hasta la punta. Los resultados revelan que la alimentación de la doncella cambió significativamente en esos dos últimos años.
Unos 12 meses antes de su muerte, por ejemplo, su dieta varió de alimentos simples a productos más nutritivos, lo que indicaría el momento en el que la sacaron de un entorno humilde para ocupar un estatus más alto, el de elegida para el sacrificio.
Los marcadores químicos también indican que en los últimos meses de vida ingirió grandes cantidades de alcohol y coca. El nivel máximo de consumo de coca fue cuando le quedaban seis meses de vida, lo que coincide con la preparación de su cabello. En las últimas seis semanas de vida, en cambio, aumentó su consumo de alcohol, lo que no ocurrió en los otros dos niños sacrificados. Seguramente, tuvieron un papel secundario.
Esta diferencia les llamó la atención a los científicos, que se preguntan si podría atribuirse a una mayor necesidad de sedar a la doncella mientras se acercaba el sacrificio. Podría ser una posibilidad, para John Verano, de la Universidad de Tulane, Nueva Orleáns. "Sólo podemos hablar de una hipótesis, pero al ser mayor ella podría haber comprendido lo que sucedía", agregó. Y aunque hubiese considerado un honor su muerte inminente, como lo promovían los Incas, le habría provocado ansiedad. Estaba nerviosa y el alcohol la ayudaba a superarlo.
Charles Stanish, de la Universidad de California, tiene otra interpretación: el alcohol y la coca no se usaron para sedar a la doncella, sino para ayudarla a cumplir su destino. Pero para Verano hay otro elemento importante: su cabello también contiene cortisol, la hormona del estrés y también aumentó el nivel de cortisol hacia el final de su vida.
Los colonizadores europeos le dieron diferentes denominaciones, mientras que los nativos la conocían como hoja sagrada por su expresa utilización entre los miembros de la casta superior de los nobles. Al parecer, durante el incanato el uso de esta hoja estaba restringido entre el resto de la población.
Algunos opinan que las facultades provocadas por la hoja de coca se consideraban como un hecho sobrenatural y por ello estaba presente en actos funerarios, entre otros.
La utilización de hoja de coca está arraigada en la cultura boliviana y peruana. La eficacia de la hoja de coca como estimulante fue reconocida por los españoles desde el mismo momento en que llegan a Sudamérica en el siglo XVI. En los documentos etnohistóricos coloniales, cronistas de Indias como Américo Vespucio, Gonzalo Fernández de Oviedo, Bartolomé de las Casas, Pedro Cieza de León, Juan de Betanzo, Agustín de Zárate, Cristóbal de Molina, Pedro de Aguado, Girolamo Benzoni, Juan de Matienzo y Hernando Colón, entre otros, describen los usos de las variedades de la hoja de coca por las culturas americanas desde Panamá hasta Chile y Argentina.
En el siglo XVII, por ejemplo, el científico y sacerdote jesuita español Bernabé Cobo en su Historia del Nuevo Mundo (1653), brinda una descripción de uso personal de las hojas de coca:
Su temperamento es caliente y seco con muy buena estipticidad; mascada de ordinario, aparta de los dientes toda corrupción y neguijón, y los emblanquece, aprieta y conforta. A mí me sucedió, que llamando una vez a un barbero para que me sacara una muela, porque se andaba y me dolía mucho, me dijo el barbero que era lástima sacarla, porque estaba buena y sana; y como se hallase presente un amigo mío religioso, me aconsejó que mascase coca por algunos días. Hícelo así, con que se me quitó el dolor de la muela y ella se afijó como los demás.
Cobo (1653)
Sus efectos fueron descritos con lujo de detalles por los grandes viajeros foráneos del siglo XIX. Uno de ellos, el erudito botánico e historiador británico sir Clements R. Markham (1830-1916), recomendó el uso de la coca a todos los turistas y extendió esta recomendación a los miembros de los clubes de alpinismo de Europa:
I chewed coca, not constantly, but very frequently,
from the day of my departure from Sandia, and,
besides the agreeable soothing feeling it produced,
I found that I could endure long abstinence from food
with less inconvenience than I should otherwise have felt,
and it enabled me to ascend precipitous mountain-sides
with a feeling of lightness and elasticy,
and without losing breath.
This latter quality ought to recommend its use
to members of the Alpine Club,
and to walking tourists in general.
Masqué coca, no constantemente, pero con frecuencia,
desde el día de mi partida de Sandia y,
junto al agradable sentimiento de consuelo que producía,
hallé que podía resistir una larga abstinencia de comida
con menos molestia de la que en otra forma hubiera sentido;
me permitía ascender escarpadas montañas
con una sensación de ligereza y elasticidad,
sin perder el aliento.
Esta última cualidad debería recomendarla
a los miembros del Club Alpino
y a los turistas caminantes en general.
Markham (1862).
Se puede encontrar en Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile, Argentina en las Provincias de Salta, Jujuy, Chaco.
Se cultiva en los contrafuertes andinos cálidos y húmedos de Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador de donde es también originario, en ambientes tropicales húmedos de la vertiente oriental de los Andes, entre 1000 a 2000 m de altitud. Sin embargo, cultivos en altura fuera de ese rango son posibles en determinadas regiones. Crece incluso bajo la sombra de grandes árboles en las regiones tropicales.
En un artículo de Diario ¨Página 12¨ de fecha 18 de mayo de 2020, escrito por Claudia Alvarez Ferreyra, se muestran las zonas en Argentina donde, en la época del Presidente Perón, se cultivaba en la Argentina, cultivo que luego fuera suprimido por el Presidente Videla.
Estudios realizados actualmente por la antropóloga Eugenia Flores, por la abogada Mara Puntano y por el presidente de la comunidad Lules de Salta, David Torres, nos dicen cuáles son las zonas de las Provincias Argentinas propicias para el cultivo de Coca.
Parte de ese texto expresa: ¨Especialistas afirman que podría plantarse en la zona de Yungas de Orán y en los departamentos San Martín, Santa Victoria e Iruya. La pandemia cerró el tráfico de hojas desde Bolivia y el precio se disparó. Estas personas sostienen que la producción de coca es viable en la zona de Yungas de departamentos Orán, San Martín, Santa Victoria e Iruya.
La coca entra de contrabando de Bolivia a Argentina, habiendo en nuestro país, una contradicción legal, ya que en Salta se permite el consumo, pero sigue prohibida la comercialización aunque las hojas se venden en kioscos y mercados de toda la provincia.
“En el año 1940 hubo intentos de hacer plantaciones de coca en Orán pero fracasaron por la circulación de los vientos. La zona de Yungas es apta, a 2.500 metros sobre el nivel del mar”, sostuvo.
La abogada Mara Puntano dijo, asimismo, a Salta/12, que en Urundel y en Orán los pobladores guaraníes y coyas cultivaron coca, pero que dejaron de hacerlo por la persecución de Gendarmería y de la Policía.
Cuando voy al campo y hablo con campesinos e indígenas me cuentan que hay una especie que es la coca del monte”, indicó a su vez la antropóloga Flores y explicó que existen 200 variedades de coca, y que varía el porcentaje de alcaloides de cada planta.
El presidente de la comunidad Lules de Salta, David Torres, como estudiante de historia de la Universidad Nacional de Salta, también investiga la coca y sus usos ceremoniales. Explicó que hay al menos seis variedades nativas de la coca en la provincia, "en las comunidades les dicen sacha coca". “Eso muestra que la producción es viable, sobre todo porque hay un clima parecido al de zonas cocaleras de Bolivia. Como en el municipio Isla de Cañas, del departamento Iruya”, sostuvo.
La provincia “tiene altura y precipitación en la línea subtropical de Tartagal y Aguaray en el departamento San Martín, en Orán, Santa Victoria e Iruya”, señaló Torres. Consideró que tal vez “adecuando la planta” podría producirse incluso en un clima como el del municipio de La Caldera, en Finca Las Costas, y en El Encón, de Salta capital. “La coca no tolera mucho el frío”, explicó.
Torres consideró que “debería ser legal la producción, el acopio, el fraccionamiento y la venta”. “El mercado está esperando a quien pueda producir. Se está pidiendo desde hace rato que sea legal y se produzca. Es negocio redondo”, manifestó.
Además, señaló que las extensiones de tierra donde se podría producir coca son indígenas, "por ejemplo en Isla de Cañas, en Finca Santiago, expropiada a los Patrón Costas". Estando el negocio en manos de grandes empresarios, el dirigente indígena teme que pueda haber avances sobre el territorio originario para poder sembrar. Consideró "justo" que la producción esté en manos de las comunidades originarias, pero evaluó que se requerirá mucho capital para invertir en sistemas de riego, alambrado y seguridad "porque la coca es muy solicitada y la van a robar"
Tendría que estar bien pensado dónde y con quién se va a producir. Darle la producción a los sojeros y tabacaleros, sería seguir alimentando el mismo sistema. Dársela a las comunidades sería distinto, habría una mesa más grande para la toma de decisiones. No sé si los políticos habilitarían a las comunidades a tomar decisiones y pararse de igual a igual con los grandes productores", analizó.
Es un arbusto, es una mata baja que crece hasta los 2,5 m de altura, y espesa de hojas lustrosas, y en algo parecido a la del té. de tallos leñosos y hojas elipsoidales, medianas, muy fragantes y de color verde intenso. Sus flores son minúsculas y de color blanco. Sus frutos, de color rojo, no tienen pulpa ya que son como semillas de forma ovoide y miden alrededor de 1 cm de largo.
Estas hojas se cortan cuatro veces en catorce meses y se secan cuidadosamente al sol, tras la cual son traspasadas a las sombras para que mantengan su color verde y sigan secándose.
La hoja de coca se la describe en tres clases:
- Especial o seleccionada: todas las hojas son enteritas y de tamaño grande.
- Común: son hojas entreveradas de distintos tamaños.
- Taqui: son las hojas más menudas (se dice que tienen más sabor).
Valor nutricional por cada 100 g
Energía 73 kcal 305 kJ
Carbohidratos | 46.2 g |
Fibra alimentaria< | 14.4 g |
Grasas | 5.0 g |
Proteínas | 18.9 g |
Agua | 6.5 g |
Retinol (vit. A) | 6598.68 μg (733%) |
Tiamina (vit. B1) | 0.35 mg (27%) |
Riboflavina (vit. B2) | 1.91 mg (127%) |
Niacina (vit. B3) | 1.3 mg (9%) |
Ácido pantoténico (vit. B5) | 0.685 mg (14%) |
Vitamina B6 | 0.508 mg (39%) |
Ácido fólico (vit. B9) | 0.13 μg (0%) |
Vitamina C | 1.4 mg (2%) |
Vitamina E | 29 mg (193%) |
Calcio | 1540 mg (154%) |
Cobre | 1.21 mg (0%) |
Hierro | 45.8 mg (366%) |
Magnesio | 213 mg (58%) |
Manganeso | 6.65 mg (333%) |
Fósforo | 911 mg (130%) |
Potasio | 2.02 mg (0%) |
Sodio | 40.6 mg (3%) |
Zinc | 2.7 mg (27%) |
Separar las hojas y lavarlas en un chorro de agua fría para quitar cualquier rastro de tierra. Colocarlas en remojo durante 10 minutos sobre un colador o (idealmente) un centrifugador. Se le puede sumar un chorrito de vinagre para asegurarse de eliminar todos los residuos que pudieran tener.
Esta planta contiene vitamina A, B1, B2, B3, C y E. Además contiene sodio, potasio, fósforo y proteínas.
Se recomienda el té de coca tomarla luego de haber consumido alimentos, nos será de gran ayuda para la digestión. También nos sirve como un diurético. [20 gramos de hojas de coca por 1 litro de agua. De 2 a 3 tazas diarias].
Las hojas de coca son una fuente rica en calcio, llegando a producir más que la leche.
El consumir esta planta hace que se controle nuestras ganas de comer por lo que también es muy recomendado para personas que sufren de bulimia.
Al consumir este producto podemos mejor el funcionamiento de nuestro hígado, ya que la hoja de coca cumple la función de limpiarlo de sustancias tóxicas El consumo de hoja de coca contribuye a eliminar la grasa que se acumula en el hígado y a convertirla en energía.
Tiene propiedades analgésicas, por lo que calma todo tipo de dolores como, por ejemplo, la artritis o el reuma.
El mate de coca o té de coca (del quechua kuka) es una infusión de hojas de coca popular y típica de las regiones andinas de Bolivia, Perú, Norte de Chile y el Noroeste de Argentina.
El mate de coca es una bebida milenaria consumida ya sea tanto como estimulante como para curar el soroche o mal de montaña, no siendo dañino ni tóxico su consumo. Posee además un valor simbólico. La bebida produce un efecto energizante similar al del café. La venta y consumo de las hojas de coca es legal en Perú y Bolivia, siendo también común en el Noroeste de Argentina y en el Sur de Brasil. Es habitual en los restaurantes al finalizar la comida el ofrecer un mate de coca en saquitos o bolsitas para estimular la digestión. Puede ser endulzado con azúcar o miel.
El consumo de mate de coca, así como el mascado de las hojas de coca, incrementa la absorción del oxígeno en la sangre y con ello combate el mal de montaña y tiene efectos de ayudar en la digestión y carminativo, (es decir de la propiedad de algunos medicamentos y algunas substancias naturales, que favorecen la expulsión de los gases del tubo digestivo).
La harina de coca (hojas de coca molidas finamente) puede emplearse como el café en una máquina de café, para obtener un té más fuerte y concentrado.
La coca es un tranquilizante del intestino, por lo cual se recomienda poner cuatro hojas de coca a toda infusión que se toma para curar la diarrea y la disentería.
- La infusión de cuatro hojas de coca y un pedazo de cáscara o corteza del tronco del chilijchi (del tamaño de una cajita de fósforo) para un jarro de agua hirviendo es remedio para la diarrea causado por parásitos intestinales.
- La infusión de cinco hojas de coca y dos hojas de menta en un jarro de agua hirviendo, da un excelente resultado contra las náuseas y vómitos.
- El cocimiento de seis hojas de coca y cinco hojas de wakatilla suyku en un jarro de agua, es remedio para los dolores nerviosos, temblores, histeria, “Chákiwara” y “arrebato”.
- El cocimiento de las hojas de coca usado en lavajes, alivia las infecciones e inflamaciones en los ojos; se recomienda en forma especial para la conjuntivitis.
- Las gárgaras hechas con el cocimiento de las hojas de coca atenúan el dolor de garganta y las inflamaciones de las encías y de la boca.
- Las hojas de coca, algo mascada o enteras, se aplican a las sienes contra los dolores de cabeza y el aire.
- El alcohol en el que se han macerado las hojas de coca, se usa en fricciones para aliviar los dolores reumáticos.
Coquear es la palabra que describe la acción de mascar las hojas de coca. El coquero (quien realiza esta acción) no masca las hojas, sino que forman un bolo con las hojas (llamado "Acuyico", "Acusi", Mascada, y otras variantes fonéticas de la voz de origen quichua “Akullikuy” y lo colocan entre las mejillas y la mandíbula donde la tienen por horas, provocando una abundante salivación que saborean lentamente.
No se parte ni se desmenuza la hoja; se la ovilla con la lengua, una sobre otra, metódica y pausadamente. Para lograr los efectos deseados, es necesario agregar periódicamente un poco de componente alcalino a la mezcla, usualmente ceniza alcalina (mayormente bicarbonato de calcio de origen vegetal). Esto se logra con la llipta, "lliqta" o toqra (un comprimido de ceniza en forma de panecillos o bloques fabricados de la ceniza del tallo de la quinua) o simplemente con la ayuda de un palillo previamente humedecido con saliva y sumergido en cal apagada dentro de un puru (en estos casos ocasionalmente se observa quemaduras en la mucosa bucal de algunos "acullicadores" que utilizan este sistema).En todo el noroeste Argentino, especialmente en Jujuy y Salta, son muchísimos los adeptos a este suave alcaloide y son raros aquellos que jamás la han probado. Entre los adeptos no solo están incluidos todos aquellos de origen étnico, sino también blancos y mestizos.
Los "coqueros", por lo general apelan a este vegetal para trabajar muchas horas o para acompañar las largas tertulias regadas con "bebidas espirituosas" y condimentadas con mucha "juerga”. La emplean para combatir el sueño, el hambre, la sed y el cansancio. Los “coqueros” afirman que se sienten animosos, lucidos y alegres cuando la tienen en la boca, y es sabido por todo norteño que no hay nada mejor para evitar el apunamiento que un buen “acuyico”.
Alrededor de las mesas de juego, asados y guitarreadas, abundan las hojas de coca y los platillos con bicarbonato que reemplaza a la “Yicta”, una pasta sólida preparada con féculas de papas y cenizas vegetales, que le dan a la saliva un sabor distinto, excitante y digestivo. La “Yicta” o el “bicarbonato (Bica)” sirven para estimular la savia de la hoja.
En un artículo del Diario Popular emitido el 24 de febrero de 2006, siendo Presidente de Bolivia Evo Morales, pidió a su canciller David Choquehuanca que cambiara la coca por leche y fruta, en los comedores de los colegios, como desayuno. Transcribo dicha nota:
El canciller boliviano, David Choquehuanca, destacó ayer las “bondades de la coca” y propugnó su uso en el desayuno escolar en reemplazo de la leche y las frutas que los municipios entregan a diario a niños y jóvenes. La propuesta fue hecha bajo el argumento de que “nuestros niños necesitan calcio y la hoja de la coca tiene más calcio que la leche. Nuestros niños necesitan fósforo y la hoja de coca tiene más fósforo que el pescado, según investigaciones de la universidad de Harvard”, argumentó. “Posiblemente en vez de dar leche de desayuno escolar tenemos que dar hoja de coca a nuestros niños”, declaró.
La masticación de coca es una cultura extendida entre indígenas y sectores populares del país para mitigar el cansancio y el hambre, sin embargo, la prevalencia de la anemia en dichos sectores es mayor, según estudios médicos. Choquehuanca -que en una entrevista anterior dijo haber dejado de leer libros al saberse aymara y que ahora se nutre de la sabiduría de sus antepasados, cuyas arrugas lee- postuló una campaña para promocionar la coca. “Tenemos que emprender una campaña, a nivel interno e internacional, (...), muchas universidades del extranjero han demostrado las bondades de la coca”, insistió. El ex ministro de Educación y actual senador de oposición, Tito Hoz de Vila, desestimó la propuesta porque “los pobres estudiantes estarían totalmente adormecidos en vez de estar alertas estudiando”. La hoja de coca contiene vitaminas, proteínas, minerales, taninos, salicatos y posee además un total de catorce alcaloides. Los alcaloides de la coca son una mezcla de ecgoninas, propeínas e higrinas y entre los derivados de la ecgonina está la cocaína (metilo benzoil ecgonina), según un estudio del ministerio boliviano de la Salud. En estado natural la coca tiene también bondades medicinales, razón por la que “tenemos que trabajar la industrialización”, subrayó Choquehuanca. El gobierno boliviano se propone además despenalizar la coca de la lista de venenos de las Naciones Unidas.
El día 3 de Octubre de 2018 sale publicado un artículo, que se dio a conocer en el Noticiero NSC de República Dominicana donde hablan de que un equipo argentino de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional de Nordeste está desarrollando un estudio para determinar si la yerba de coca utilizada para tomar mate, una típica infusión que suele ingerirse principalmente en Argentina y Uruguay, tiene componentes anticancerígenos, informó aquella casa de estudios.
La intención de los expertos es determinar si la yerba hecha de hojas de coca, posee cualidades beneficiosas para la salud humana, como por ejemplo efectos antitumorales.
El inicio de las investigaciones consistió en realizar evaluaciones sobre células normales y tumorales. De esta forma, se logró evidenciar que el ácido clorogénico de la yerba de coca, tuvo una mayor reacción sobre las células afectadas. A su vez, las pruebas se realizaron sin utilizar animales de laboratorio, porque prefieren la técnica de los cultivos ‘in vitro’, es decir, el aislamiento de las células sin sacrificar a otros seres vivos.
Vale repasar que aquellos ensayos se concretaron en el Laboratorio de Cultivos Celulares de la Universidad y los primeros resultados se presentaron en el 14vo Congreso Nacional Bioquímico, donde recibieron una mención especial del comité evaluador. Actualmente el proyecto está siendo analizado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y el equipo espera poder continuar con sus investigaciones.
Por ahora, muchos consumidores del mate de coca [hecho con hojas de coca trituradas], saben que aquella bebida típica en muchas regiones de Sudamérica puede tener efectos antioxidantes en las personas. Sin embargo, en caso de que las estimaciones de los investigadores se confirmen, el nuevo estudio podría revolucionar el mundo de la medicina y la nutrición sobre los nuevos métodos para combatir el cáncer.
Existe controversia sobre si la hoja de coca puede ser recomendada como alimento por sus contenidos de alcaloides, principalmente la cocaína (0.56 g por cada 100 g).
No obstante, la dosis letal se estima entre 0.5 y 1.5 g, y considerando que la administración por vía oral absorbe solo el 33 %, la absorción a través del acullico sería de 0.33 g, en el caso improbable que por un lado se masticara 100 g y por otro que la absorción sea completa. Se han realizado investigaciones sobre la cantidad de cocaína absorbida por el cuerpo humano a través del masticado de las hojas concluyéndose:
Es posible también que los efectos beneficiosos de masticar hojas de coca estén relacionados con los flavonoides encontrados en las hojas de coca y no por la liberación de la cocaína. La cantidad de cocaína que se libera en el proceso de masticación de estas hojas de coca es extremadamente pequeña y es poco probable que esté fuera de cualquier beneficio fisiológico.
Casikar 2010
Estudios científicos determinaron que la cantidad en sangre entera de cocaína luego del acullicado de 30 g de hojas fue de 98 ng mientras que en una dosis de cocaína fue 4890 ng.
En cuanto al mate de coca, investigaciones han determinado que por una bolsita de hojas de coca (1 gr de hoja), se extrae en promedio 4.14 mg (bolsa de Perú) y 4.29 mg (bolsita de hojas de coca de Bolivia) de cocaína, cantidades muy por debajo de la dosis letal de 0.5 a 1.5 g.
Son muchas las leyendas sobre el origen divino de la coca, una de ellas cuenta que, cuando llegaron los españoles a conquistar a América, enceguecidos por la ambición de conseguir más y más riquezas, llegaron a orillas del gran lago Titicaca para apoderarse de los tesoros sagrados del Templo de la Isla del Sol.
Un viejo adivino que custodiaba los ornamentos sagrados logró huir con los tesoros y arrojarlos en las profundidades de las aguas, para impedir que cayera en manos de los conquistadores. Enfurecidos éstos por tamaña osadía, capturaron al anciano y lo sometieron a terribles tormentos. El anciano, agotado y agonizante se quedó dormido. En sus sueños apareció detrás de una montaña, Inti, el resplandeciente Dios Sol, y le dijo “estoy aquí para recompensar el amor con el que cuidaste mis objetos sagrados. Pídeme lo que desees y te será concedido”.
El anciano le pidió para los suyos una herencia que durara para siempre, que no fuera oro ni plata, para que no pueda ser robada.
El Dios le dijo que mirase a su alrededor y viera las plantas de hojitas muy verdes que había brotado para él y su hermano “con ellas vas a olvidar las penas, las fatigas y su jugo va a ser el mejor remedio para las tristezas y para el cansancio”, le dijo el Dios. Le dijo además que debía enseñarle a su pueblo a cultivarla y cuando el dañino usurpador usara de ellas, le sucediera todo lo contrario, sería más pervertido de todos los vicios.
Después de escuchar al Dios, el sabio anciano regresó a su casa y se acostó en su lecho y reunió a todos sus hermanos para contarles aquella visión. Luego reclinó su cabeza sobre el pecho y expiró.
Entre los aborígenes quichuas este acuyico cumplía un rol de ritual mitológico, actualmente es entregado como ofrenda a la Pachamama al tiempo que se implora su amparo.
En la Puna es utilizado por adivinos para predecir el porvenir (Acuyicomancia); unos estudian la consistencia para extraer conclusiones, en tanto que otros observan su color y la forma que adoptan cuando se los aplasta con una roca; algunos otros los dejan secar sobre un papel al sol y analizan las manchas que se producen en el papel.
Algunos hechiceros Puneños aconsejan enterrar el “acuyico” cuando su dueño está enfermo y no arrojarlo en cualquier parte, con el fin de evitar “daños” que puedan agravar el mal, variante rural sin duda, de la medicina preventiva.
En términos de la población originaria y rural de los Andes, la hoja de coca es considerada por mucha gente como una planta "mágica", debido a que sus propiedades estimulantes la hacen una planta excepcional y de ahí se deriva su papel de ofrenda a la tierra como agradecimiento a los frutos obtenidos de ella, y también como elemento central en ceremonias tradicionales propiciatorias para obtener la buena voluntad de las fuerzas naturales en las actividades humanas (siembra, cosecha, crianza de animales, etc.).
Otros de los usos litúrgicos o místicos más difundidos son el soplar las hojas al viento ('soplar un kintu'), o dejarlas caer al azar, para leer la suerte, el destino, curar el "mal de amores", así como el ofrecerlas como tributo a los dioses y en lugares sagrados o Apus para congraciarse con las fuerzas de la naturaleza.
Otro uso ritual es la lectura de hojas de coca: una forma de adivinación que utiliza los tamaños de las hojas de la planta de la coca como si está rota o machucada o arrugada depende esto, la suerte que te traiga. Es una práctica tradicional de los Andes de Argentina, Bolivia y Perú. Es utilizada como una forma de diagnóstico en la medicina tradicional andina.
Hojas marchitas, indican falsas esperanzas y presagios sombríos acosarán a su espíritu en un remolino de desaliento y pérdida. Si una mujer joven sueña con hojas marchitas, ella se quedará sola en el camino de la conyugalidad. La muerte es a veces implícita. Si las hojas son de color verde y fresco, que entrará en un legado y casarse con un marido rico.
En un sueño, las hojas del árbol representan la ropa, a excepción de las hojas de una higuera porque representan la tristeza.
Para una mujer soñar que ella está bebiendo Coca-Cola significa que va a perder la salud y la oportunidad de casarse con un hombre rico por su abandono a placeres materiales. También se cree que el soñar con las hojas, denota felicidad y maravillosa mejora en los negocios.
La empresa multinacional estadounidense The Coca-Cola Company es la única corporación en el mundo autorizada a importar, procesar y usar comercialmente hojas de coca para la elaboración de la bebida Coca-Cola. La empresa Coca-Cola no menciona el empleo de los extractos de la planta de la coca en su sitio web oficial.
Coca-Cola contiene saborizantes extraídos de la hoja de coca producidos por la Compañía Stepan de Chicago, Illinois; las hojas de coca son adquiridas legalmente (115 toneladas anuales aproximadamente) con permiso del Departamento de Justicia de los Estados Unidos a través de Empresa Nacional de la Coca en Perú.
El artículo 27 de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 fue desarrollado de manera ad hoc para tal fin. Las Partes podrán autorizar el uso de hojas de coca para la preparación de un agente saporífero que no contenga ningún alcaloide y, en la medida necesaria para dicho uso, autorizar la producción, importación, exportación, el comercio y la posesión de dichas hojas.
El 8 de mayo de 1886, en la farmacia Jacobs, en Atlanta, el farmacéutico John Stith Pemberton comenzó la comercialización de un jarabe ideado para combatir los problemas de digestión que además aportase energía.. .. Pemberton no tardó en darse cuenta de que la bebida que había creado podía ser un éxito.
Su contable, Frank Robinson, fue quien ideó la marca Coca-Cola y diseñó el logotipo. En 1891 se fundó The Coca-Cola Company, formada por el también farmacéutico Asa G. Candler, su hermano John S. Candler y Frank Robinson. Dos años después registraron la marca en la Oficina de Registro de la Propiedad Industrial de los Estados Unidos.
Uno de los ingredientes que contiene la Coca-Cola es la cafeína, que es considerada un estimulante ligero, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera un error comparar la cafeína con sustancias adictivas. Una botella de 235 ml de Coca-Cola contiene 23 mg de cafeína, mientras que 235 ml de café común, no descafeinado, contienen entre 61 y 164 mg de cafeína. Se considera un consumo moderado para adultos el tomar entre 100 ml y 200 ml de café al día, lo que equivaldría a un refresco de lata. No obstante numerosos estudios revelan la escasa aportación al organismo en relación con sus potenciales perjuicios a medio y largo plazo, principalmente por la alta concentración de azúcar que contiene.
Hoy en día la Coca-Cola es manufacturada como jarabe y suministrada a varias franquicias, las cuales la reconstituyen, embotellan y distribuyen.
Cuando John S. Pemberton inventó la bebida en 1886, inicialmente la preparó usando una combinación de extractos de hojas de coca (Erythroxylum coca) y nuez de cola (Cola acuminata), bautizándola como Coca-Cola. La bebida contenía cocaína hasta 1903 cuando fue reemplazada por cafeína; hoy en día continua utilizando extractos saborizantes de la coca (Erythroxylum novogranatense var. truxillense) a partir del envío que realiza la Empresa Nacional de la Coca en Perú a los Estados Unidos.
Eslogan
El primer anuncio de Coca-Cola apareció en el periódico Atlanta Journal en 1886. Este decía “Coca-Cola… ¡Deliciosa! ¡Refrescante! ¡Estimulante! ¡Vigorizante!”, sin embargo, se perdía en una página llena de anuncios de texto en blanco y negro. Poco después, se publicó otro anuncio, uno más largo y persuasivo, que además de promover a la bebida como "deliciosa, estimulante, refrescante y vigorizante"; afirmaba que era una "bebida intelectual", "bebida templanza", "tónico cerebral", capaz de curar el dolor de cabeza, neuralgia, la histeria, la melancolía y más.
Hasta la vigencia de la Convención Única, las leyes aduaneras nacionales permitían importar hasta 190.000 kilos de hojas de coca que se vendían en forma libre, legal y controlada.
En Argentina el cultivo de la planta de Coca está prohibido, no así su consumo y tenencia que está reglamentado bajo la Ley 23.373, en su Art.15 el cual despenaliza la tenencia y el consumo. No permite la comercialización de aquella coca que no tenga como destino final el coqueo o la infusión, porque la coca sigue siendo considerada como estupefaciente, y como materia prima de la cocaína, por esto se sigue penando su comercialización o su transporte, en cantidades que no se considere para coqueo, pero no hay establecido en la ley una cantidad o peso máximo de lo que se considera aceptado, y esto es utilizado muchas veces por las autoridades para secuestrar la coca de quienes la distribuyen, aunque esta sea destinada para el coqueo. La ley 23737 es la actual ley de estupefacientes y si bien fue modificada posteriormente, no se modificó lo establecido para las hojas de coca El Art. 15 antes referido dice: La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes.
Sin embargo algunos de los argumentos utilizados para secuestrar hojas de coca es que la ley prohíbe el transporte de materia prima de estupefacientes, y como la coca es utilizada como materia prima de la cocaína se la sigue persiguiendo de forma indirecta; aunque generalmente los procesados son absueltos por los jueces salvo que transporten grandes cantidades, de cuyo proceso realmente se pueda obtener cocaína.
Los gendarmes, principales encargados de los controles fronterizos, están muchas veces instalados en regiones donde la mayoría de la población coquea, poblaciones de la que ellos formaban parte, o conocen a personas que coquean por costumbre, o tal vez tienen familiares o amigos que usan la hoja de coca con diversos fines, debido a esto el ingreso de coca sigue siendo tolerado aunque en pequeñas cantidades solo con el fin de consumo personal.
Aymara Falcon, organizadora en el 2004 del II Foro Internacional de la Coca que se realizó en la facultad de Economía de la UBA, destacó que el "coqueo, chajcheo, pijcheo o mambeo (según la zona el nombre), aunque su uso pareciera 'utilitario', esconde esos hilos perdidos de la memoria de los hijos de los Andes", en referencia a que, sobre todo en Bolivia, la hoja tiene categoría divina.
Falcón agregó que "fuera de las zonas de cultivo, su consumo se ha ido extendiendo y, si bien mantiene algunas de las características ancestrales, sus capacidades fueron revalorizadas al punto de que en la actualidad se consume harina de coca no solo en su aspecto energético sino fundamentalmente medicinales".
El valor económico de la coca en razón de la cuarentena
La pandemia del coronavirus trajo aparejada una desagradable sorpresa para los aficionados a la hoja de coca, y es que, por el cierre de fronteras con Bolivia, la coca comenzó a escasear y su precio se fue por las nubes, llegando a costar 14 mil pesos el kilo. Este fenómeno se debe a que existe una laguna legal con respecto a la hoja de coca: todos la consumen, incluso se vende en casi todos los quioscos, pero está prohibida su venta y comercialización en la Argentina.
El lunes 11 de mayo de 2020 el diputado salteño, Ignacio Jarsún, busco elaborar un proyecto para que Salta pueda autoabastecerse de coca. "Vamos a apuntar fuerte en tratar de que Salta pueda gestionar permisos para tener una planta de acopio y empaquetado a fin de que haya un control estricto de la producción de coca", manifestó el legislador en a Voces Críticas.
Jarsún se mostró confiado en que un proyecto de estas características es viable, y lo comparó con los permisos que obtuvo Jujuy para producir marihuana con fines medicinales. "La hoja de coca tiene un paso avanzado porque está permitido el consumo y la tenencia, es decir que hay un problema mucho menor por resolver", dijo comparando la marihuana con la coca.
El diputado hizo además referencia a la parte económica del asunto, y mencionó un estudio de la UNSA, según el cual en Salta se venden hojas de coca por un valor de 10 millones de dólares por año. "Esto no deja un peso de impuestos porque todo es en negro. Este es un negocio de unos pocos, de gente que vive en las fronteras. Vamos a hacer un planteo serio e invitar a los pueblos originarios, abogados, comerciantes y todo el mundo que quiera aportar para dar fuerzas a este proyecto", dijo al respecto Jarsún.
Según consignó el Nuevo Diario, el diputado mantuvo conversaciones con Gerardo Morales para organizar una reunión con él y legisladores de Jujuy. Y aseguran que el gobernador jujeño vio con agrado abordar el tema después que el proyecto le fuera expuesto.
En una noticia de Télam del 29 de abril de 2020, se publica una nota proveniente de Salta, en donde el ciudadano Masedonio Monex Santillán relata que remplazó la hoja de coca por la hoja de un árbol llamado Palo Cruz para sus acuyicos, siendo esto mucho más barato que la coca. Él la llama coca del monte.
Este salteño se las ingenió y decidió contar como descubrió la "coca del monte" y como la misma puede costar muchísimo menos de lo que solía pagarse antes. Casi 500 km de la capital salteña, sobre la ruta nacional N° 81, en el pueblo de Morillo, nació una nueva forma de coquear. Masedonio Monex Santillán es el inventor de la hoja de coca del monte. La nueva forma de hinchar el cachete consiste en meterse en la boca una planta que nace en el bosque del Chaco Salteño.
De acuerdo a lo publicado en Buufo, Santillán fue el impulsor de utilizar la "coca del monte" como nueva bandera de los coqueros. Cabe aclarar que varios habitantes de Morillo vienen coqueando hoja de Palo Cruz.
A su vez la antropóloga Eugenia Flores aseguró a Salta/12 que la producción de coca es viable en la provincia de Salta pero consideró que debe haber control del Estado para que no se desvíe al uso del narcotráfico y a las cocinas de cocaína.
El 18 de junio pasado, la Cámara de Senadores de Salta conformó la comisión especial para el Estudio Integral de la Regulación del Abastecimiento y la Comercialización de la hoja de coca en estado natural que durante su primera reunión reveló que por mes arriban a Salta unas 10 toneladas de hojas de coca para abastecer a unos 700 mil consumidores, lo que genera un movimiento comercial del mercado negro de 2 millones de dólares.
Hay una nota que fue publicada el 18 de julio de este año, y escrita por Alba Silva que expresa la desconformidad de los pueblos del noroeste argentino por el elevado valor de hoy día de la hoja de coca. La nota dice resumiendo así: Tras el cierre de la frontera con Bolivia por la pandemia, el acceso a la "hoja sagrada" de la coca se transformó en un calvario para sus consumidores, según contó a Télam Inocencio Cruz, horticultor, delegado de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y migrado desde Potosí a General Rodríguez: "La estamos pasando muy mal. La hoja de coca no tiene precio o es muy alto y no se consigue”. “La gente no puede pagar 6 mil pesos la bolsita de ¼ kilo. Dicen que cuando baje el precio –que antes de la cuarentena estaba en 700 pesos–, mientras tanto es un problema grave no coquear porque es eso lo que nos mantiene fuertes, despiertos y sin hambre.
Asimismo el diputado nacional del Frente de Todos (FdT) por Salta Lucas Godoy, en diálogo con Télam, adelantó la necesidad de ir a una ley nacional que resuelva esta cuestión. Así se expresó: “Buscamos trabajar con legisladoras y legisladores de Salta y Jujuy en una ley que permita la importación de las hojas de Coca pero por parte del Estado. Hay que hacer una articulación con las provincias para permitir la importación, acopio y distribución y tener expendedores con registro", destacó el legislador. Resaltó que el coqueo es "muy común" en Salta y Jujuy y que "no está prohibido, no es ilegal ni se lo considera que la hoja sea un estupefaciente en estado natural; lo que sí está en una cierta clandestinidad es la importación y por eso hay que ir a una ley nacional".
Antes de la declaración del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), los controles de Gendarmería Nacional apostados en Tres Cruces, Humahuaca y Purmamarca, sobre la ruta nacional 9, "permitían el paso de hasta un kilo de hoja de coca para el coqueo", proveniente de Villazón (Bolivia), según detallaron consumidores jujeños a Télam.
Fuentes de Gendarmería Nacional remarcaron que el contrabando (Ley N° 22.415, Código Aduanero) había caído más del 95%, tras el cierre de la frontera con Bolivia más las medidas de menor circulación en las rutas, lo que incidía en el transporte de la hoja de coca, ya que los controles son más estrictos.
La reputación de la coca, sin embargo, sufre en 1860 una valorización negativa cuando un químico alemán, Albert Neimann, consigue aislar el alcaloide de la cocaína. Es el inicio de la difusión de ésta como droga devastadora. Se ha tratado de un amino terciario que podría haber sido un buen anestésico si su fuerte toxicidad y la dependencia psíquica que provoca, no hubieran orientado a los investigadores a soluciones obtenidas modificando en laboratorio la molécula de la cocaína. De este modo ha nacido la novocaína y muchos otros anestésicos de síntesis, mientras la cocaína, a partir del siglo XX, ha obtenido cada día mayor éxito como estupefaciente. Han bastado 150 años para poner en riesgo milenios de cultura, identidad y de bienestar.
Cal, gasolina, ácido sulfúrico, soda cáustica y otros químicos tóxicos se usan para fabricarla. El primer paso en el proceso de elaboración consiste en triturar la hoja de coca.
De todos modos la droga constituye menos del uno por ciento del peso de la hoja. Hacen falta 375 kilos de hojas cosechadas -lo suficiente para llenar una camioneta- para obtener 2,5 kilos de pasta base de cocaína -la forma intermedia- que a su vez dará un kilo de cocaína pura en la forma conocida de polvo blanco.
Su sabor es amargo, produciendo en la lengua una ligera sensación de embotamiento o anestesia local.
Sobre este tema, el INTA Salta dice: «Según origen genético y ambiental, las cocas pueden tener de 0.4 a 1.5% de unos 18 alcaloides, de los cuales la cocaína conforma entre el 30 al 70% del total. Todos ellos son estables en medio alcalino y por eso se usa bicarbonato de sodio en el coqueo. Esto produce un efecto analgésico a nivel de mucosa bucal, pero el complejo salival que llega al estómago actúa como estimulante y nunca como euforizante a nivel nervioso (psicotrópico) porque la cocaína se hidroliza con los jugos gástricos (pH 3.2 – 3.4) y se transforma en ecgonina. Esta es un alcaloide 80 veces menos potente que la cocaína, y actúa como estimulante y como regulador de la glicemia (concentración de la glucosa en sangre). Por ello, en altitud elevada existe una hipoglicemia crónica por mal funcionamiento de las enzimas, y la insalivación de la coca actúa como un combustible de emergencia».
Un artículo periodístico del 13 de noviembre de 2014, publicado en el Diario Digital, Jujuy al Día, resume la investigación sobre la importancia del consumo de la planta de coca en Salta y Jujuy. Esta investigación fue realizada por antropólogos, médicos, nutricionistas, y por la estación INTA Salta. La nota dice así:
[A partir de una investigación sobre la importancia del consumo de la coca en Salta y Jujuy, los registros evidencian que se trata de una tradición con presencia y consumo extendido que datan de hace 3000 años atrás.
En un trabajo realizado por las antropólogas Mirta E. Santoni y Graciela Torres, investigadoras del Instituto de Investigaciones en Antropología Médica y Nutricional Salta-La Plata, se analiza la importancia de su consumo en las provincias de Salta y Jujuy, tanto en sectores campesinos, pueblos originarios y sectores urbanos. El mismo se centró en la función del coqueo, lo que implica dejar de lado otros usos como alimento de alto contenido nutricional o materia prima para la producción de drogas como la cocaína. La práctica del coqueo, señalan las investigadoras Argentinas, es producto de la continuidad y persistencia de un tipo de pensamiento y de una ideología subyacente que la sostiene, así como la satisfacción, el beneficio nutricional y medicinal que provee.
La coca se consume en forma masiva en las provincias del NOA y se sostiene gracias a la persistencia ideológica, el pensamiento de la cultura andina y sus beneficios naturales. Hay registros que evidencian su presencia y consumo extendido que datan de hace 3.000 años… Es posible probar que la coca está presente en la vida de los pueblos andinos desde hace miles de años y, además, rastrear sus diferentes usos, los que podemos resumir de la siguiente manera: ofrenda (a las huacas y a la Pachamama), ritual (iniciación), sacrificios, tributo, obsequio, medicinal, adivinatorio, rituales fúnebres, y cuyo conocimiento por parte de distintas culturas que se desarrollaron desde Nicaragua hasta Bolivia, entre ellas la chibcha, la inka y la aymara..
Para los pueblos andinos esta planta tuvo distintos usos, algunos de los cuales aún perduran en las sociedades actuales, en especial entre los habitantes de los Andes. Podríamos decir que la coca -considerada una planta sagrada-, al igual que la papa, la quinua, el maíz, el zapallo y otras plantas nativas de nuestro continente, todas de gran valor económico, alimenticio y simbólico forma parte importante de la historia y la cultura de los pueblos americanos, a punto tal que se han constituido en un verdadero marcador de identidad
En el Diario ¨Página 12¨ un artículo escrito por Claudia Alvarez Ferreyra, el 18 de Mayo de 2020, relata la importancia de la coca en la cultura andina como también en la parte social. Transcribo partes de ese texto: “La coca es un complejo biocultural y social, tiene un montón de propiedades, y prácticas rituales asociadas. Está relacionada a los pueblos originarios, a zonas geográficas y culturas. Es una cosa que tiene una vida social. El curandero o el gaucho se relacionan de una forma especial con la plantita. La coca genera agencia social, el curandero habla con la coca, y la coca le indica cómo curar, es una dimensión espiritual y mágica", señaló Flores. Para la antropóloga, la coca genera un mundo social, simbólico y ritual, "elementos que suman para alejarla de la cocaína".
"Aunque en Salta tengamos el 80% de sangre indígena no se reconoce ni el 30%. Hay una reconfiguración de la identidad regional asociada a la coca, no niegan el origen indígena pero se diferencian. Plantean 'yo consumo esto pero de manera diferente' Para el indígena la coca genera vida, para el gaucho no", precisó Flores. Planteó que el consumo en la provincia se da sobre todo en lugares masculinos.
"En Salta en todos los niveles sociales consumen coca. Desde un senador hasta un laburante. El uso es muy normal y es sumamente necesario. Que no haya (en cuarentena) es una desgracia para muchos”, afirmó Torres.
"Sin coca se distorsiona la vida de las comunidades. Las mujeres van coqueando a hacer pastar las cabras y ovejas. Es una forma de nutrirse también. Cuando salimos a buscar animales, siempre se deja coca como una ofrenda a la tierra. Es una tradición previa al cristianismo. Eso no se está pudiendo hacer", contó.
Su utilización en el NOA es una práctica naturalizada y que mueve económicamente a la comunidad. Los alcaloides que contiene la hoja de coca actúan sobre el organismo humano de manera que quitan el cansancio, el hambre, la sed y el sueño Estas propiedades de la hoja descubiertas por los pueblos andinos sumada a los otros usos medicinales y, que ya hemos descripto, transforman a esta planta en un fenómeno socio cultural de gran envergadura, para una parte importante de los habitantes de nuestro país.
Fuentes:
- www.ciudadhumahuaca.com
- www.diariojornada.com.ar
- www.noticiassc.com
- www.telam.com.ar
- www.pagina12.com.ar
- www.tni.org
- www.diariopopular.com.ar
- www.bbc.com
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