Luego de casi un año pandémico -sin actividades montañistas- el destino elegido para volver a la montaña fue Jujuy. Con mayor precisión: el Cerro Zucho, en la serranía tilcareña, durante la segunda quincena del mes de enero del 2021. Si bien la tardo-primavera y el verano no son estaciones recomendadas para hacer montaña en la provincia debido a las frecuentes tormentas, asumimos el riesgo y las prevenciones correspondientes para incursionar sobre ese terreno y sus probables escenarios.
Integrantes: Yuri Chalak y Lucas Roberto López
El viaje nos condujo de Buenos Aires a San Salvador de Jujuy para, luego de dos días ultimando los preparativos, viajar a Tilcara. Finalmente, desde los 2500m de Tilcara emprendimos nuestra aproximación al Zucho rumbo Oeste-Este.
Antes de introducirnos en nuestras jornadas de ascenso, consideremos algunos aspectos de este monte. Según datos proporcionados por la obra de Alfredo E. Magnani, Montañas argentinas, al Cerro Zucho se le adjudica una medición estimativa entre los 4995 m. s. n. m. y los 5017 m. s. n. m.. La página digital PeakVisor lo ficha con 5018m., mientras que otras fuentes incluso llegan a considerar la cumbre principal en 5030 m.
El Cerro Zucho se encuentra, aproximadamente, a 20km al sudeste de la localidad de Tilcara, provincia de Jujuy, República Argentina, y pertenece al Sistema Orográfico de la Cordillera Oriental Andina, el cual forma parte del área central de la Serranía de Tilcara, que por el Este flanquea a la Quebrada de Humahuaca.
Según la descripción que podemos encontrar en la citada Montañas argentinas, el Cerro Zucho representa la mayor elevación en el sector meridional de la Serranía de Tilcara, ubicada al norte del Cerro Punta Corral y al este del Cerro Morado de Tilcara. Por su parte, el Cerro Zucho pareciera que presenta varias cumbres: desde su cumbre principal hasta cumbres secundarias. Pueden encontrarse”pircados” a los 4800m al norte de la cumbre principal.
A partir de la información proporcionada en la obra de Magnani, el Zucho se encuentra formado -principalmente- por tres cumbres y todas superiores a los 4800 m., alcanzando, la cumbre principal, mínimamente los 4995 m. Como bien especificamos, algunas mediciones la ubican en 5017m. y en 5030 m.
Según el arqueólogo Antonio Beorchia, se trata de un monte de considerables dimensiones y de una morfología imponente aunque de baja visibilidad por encontrarse detrás del Cerro Morado. Esto es evidente y de notable constatación debido a que, por ejemplo, resulta de difícil avistamiento desde las inmediaciones de Tilcara. Describe Beorchia que desde la cumbre principal se distinguen: hacia el norte, los cerros Sisilera (o Sixilera), Colorado de Uquía, y las sierras de Zenta; hacia el este, las cumbres de Calilegua; hacia el sudeste, el Cerro Santa Bárbara; hacia el sudoeste, el Nevado de Chañi y otros nevados salteños; hacia el oeste, el Cerro Morado y el Cerro Punta Corral.
La considerable altitud relativa del cerro, como así también su constitución geológica y su geográfica ubicación hizo prever, a arqueólogos y antropólogos, como altamente probable la utilización del cerro con fines ritualistas en la etapa histórica prehispánica.
En relación al origen del nombre del Cerro Zucho, puede decirse que, según trasciende una versión en algunas localidades de la provincia, es costumbre para los pobladores del área cercana a las Yungas llamar a este cerro ‘Zucho’, mientras que para los habitantes de la Quebrada, en algunas ocasiones, suelen también denominarlo ‘Naranjo’. Cabe recordar que el término ‘zucho’ significa, en lenguaje popular, ‘porfiado’. Esta referencia posiblemente intente retratar la sensación de arrogancia y obstinación que transmite el cerro en medio de la serranía tilcareña. No debe confundirse con el término ‘sucho’, como se dice en la zona, que refiere a ‘inválido’. Esta palabra suele ser utilizada por los pobladores, y puede aparecer en relatos de leyendas populares referidas a los tesoros enterrados (´tapaos’) en la época del Éxodo Jujeño - los cuales no debían motivar excavación alguna para ser encontrados, a riesgo de recibir un castigo y quedar, justamente, ‘sucho’.
Históricamente, siguiendo lo referido en Montañas argentinas, el acceso al cerro desde la Quebrada de Humahuaca implica la superación de altura del Cerro Morado de Tilcara, ya sea por Abra de Remate (norte) o por el Abra de Laguna Colorada (sur). Esta última permite una ruta más directa que la primera, y las cumbres son de fácil acceso si se intentan ascender desde el filo sudoriental -éstas se encuentran unidas entre sí por dorsales y filos cómodamente transitables.
Actualmente, las salidas guiadas que optan por ofrecer sus servicios de ascenso al Cerro Zucho, durante todo el año, optan por iniciar la marcha, luego de un traslado vehicular desde Tilcara, en el área de Quebrada Seca (3000 m.), con un ascenso de 5hs -acompañados por mulas- hasta los 4.050 m., por un sendero visible utilizado por los pobladores de la zona con vistas al poblado de Alfarcito.
Luego de 2hs más de marcha por pendientes leves, se alcanza el paraje Abra de la Cruz o Campo Laguna (4200 m) en donde se establece el campamento para pasar la noche. El ascenso al cerro se realiza al día siguiente, optando por alguna de sus cumbres. Una de la más comercializada es la que ronda los 4800m. a unas 4hs de marcha desde el campamento. Si se continúa hacia las cumbres principales, se considera entre una y dos horas más de marcha ascendente.
En nuestro caso, optamos por seguir la ruta que nos lleva a la Garganta del Diablo para luego proseguir la marcha hacia la zona de Alfarcito y Casa Colorada.
Para nuestra sorpresa, mientras sumábamos metros al transitar el camino hacia la Garganta del Diablo, comenzó a seguirnos una perrita de mediana estatura y de negro pelaje. No sabíamos que a partir de ese instante sumaríamos una nueva compañia en nuestra aventura. Por sus características morfológicas y las de su pelo, amistosamente la bautizamos: ‘Negrita’.
La aproximación hacia el área de Casa Colorada nos hizo bordear la comunidad de Alfarcito, la cual tendría un acceso restringido según inscripciones en piedras que uno puede toparse por el camino de ingreso a aquella zona. Símbología similar encontramos en mayor altura, antes del Puente de las Gárgolas, en referencia a Molulo (un poblado más allá de Campo Laguna): en donde se anunciaba la imposibilidad de acceso al turismo a tal sitio a partir de determinada reglamentación. Esta ruta histórica, sin embargo, es muy utilizada por distintos arrieros, debido a que comunica a la Quebrada con las Yungas, y a las distintas comunidades y poblados existentes de un lado y del otro de esta serranía: un tráfico de Este a Oeste, y viceversa, donde transitan hombres y mujeres acompañados de mulas, caballos, burros y canes.
Algunos grupos que realizan, en otra estación del año, el trekking de Tilcara a Calilegua, suelen optar por esta vía para alcanzar su cota máxima de altura en ella y luego descender: ya sea para Tilcara o para Calilegua.
En una entrevista, el conurbanosureño montañista -y guía de montaña- argentino, Angel Armesto, debido a su gran actividad profesional en el Himalaya, había determinado el gran paralelismo existente entre Nepal y el NOA. La actividad humana en estas altitudes puede invocar a cierta semejanza con ese paisaje asiático. Creo que incluso, desde un punto de vista del relieve, el área del Chañi, por ejemplo desde la aproximación a la misma por la Quebrada de León, puede invitar al disfrute de cultura y vegetación incluso en los cuatro mil metros de altitud: ambiente similar al que se puede encontrar en las cordilleras más altas de Asia. Asimismo, la presencia humana en la serranía tilcareña, en tales alturas, y la posibilidad de avistaje de flora y fauna incluso en los 4500m, permite evocar fácilmente las palabras de Armesto.
Continuando con nuestro recorrido, desde Tilcara hasta Alfarcito podrá haber unos 7km aproximadamente, y 8km a Casa Colorada. En esta área ya se alcanzan aproximadamente los 2900m o 3100m, ingresando a la Quebrada del Río de Casa Colorada. Luego de una jornada con un sol de radiación tropicocapricorniana, recién durante la noche llegó algo de llovizna a esa altura. A 3km de allí, y a 3900m, aproximadamente, uno puede alcanzar lo que se denomina el Puente de las Gárgolas, para disfrutar de una hermosa cascada y de vistas hacia la Puna con cardones de diversos tamaños y floraciones. Consultando a mi bióloga de cabecera, la sanjuanina Lucía Rodríguez (quien mantiene una apasionada dedicación sobre cuestiones botánicas), supe que algunos de estos cardones, de la familia Cactacea, podrían pertenecer al género Echinopsis por su distribución y por las características de su tallo con costillas densas, cubierta de espinas y por su tubo floral.
A 500m del Puente de las Gárgolas, y a 4000m de altitud, encontramos una vega al margen de la ruta, y del río, en donde montamos nuestro campamento. Si bien la intención primaria era alcanzar el área de Campo Laguna (a 2km de distancia y a 4200m), para luego desde allí iniciar la jornada de cumbre, optamos por dejar de caminar con el peso de las mochilas e intentar un día de cumbre desde una distancia, y desde un desnivel, mayor. Desde Campo Laguna existen unos 7km aproximadamente hasta la cumbre principal del Zucho.
A todo esto, Negrita ascendía metro a metro con nosotros para luego, al fin de la jornada, compartir la cena del día.
La jornada de ascenso a la cumbre nos permitió salir temprano del campamento por una quebrada lindante a la del área de Campo Laguna o Abra de la Cruz. Luego de algunas horas ganando altura este pasaje en sentido SE nos colocó frente al macizo del Zucho a unos 4500m.
El no tener acceso a ninguna fuente de agua obligó a Negrita a beber de nuestras manos mientras vertíamos el líquido desde nuestras “Nalgenes”(termo o cantimplora) una devolución de gentileza por nuestra parte.Este acto fue producto de su compañerismo probado en las distintas jornadas -siempre atenta a quien era escoba del grupo, volteando su mirada hacia atrás en reiteradas ocasiones e, incluso, esperando a quien cerrara la fila, y aceptando cualquier parada de descanso que nos propusiéramos.
En esta zona, y a esta altitud, pueden avistarse cóndores y guanacos. El zeteo de un acarreo, el montarse a un filo a 4800m, y el acceso a la cumbre principal cincomilista culminan la actividad de ascenso de este magnífico cerro con diversas vistas hacia cada rincón visual. Esta jornada de cumbre y de descenso hacia el campamento nos llevó aproximadamente 12hs de actividad.
Al día siguiente, realizamos el descenso hacia Tilcara, el cual se realizó en 5hs aproximadamente. Negrita, quien nos acompañó durante prácticamente toda la actividad y quien sorpresivamente apareció en nuestra fila de ascenso en forma inesperada, se despidió de nosotros, también de manera asombrosa, en la misma área en donde se nos había aparecido: en el trayecto entre Tilcara y la Garganta del Diablo. Su despedida nos conmovió y nos hizo pensar en esa vinculación animal-humana vivenciada durante esas jornadas. Experiencia incluso mística: ¿hubiera sido Negrita algún alma que se nos topó en el camino y que nos procuró protección y seguridad en nuestra actividad ascensionista?... En fin, cuestiones que sólo pueden elucubrarse desde la sensibilidad -y la metamorfosis- propia que experimenta la existencialidad humana al incursionar en estos escenarios naturales.
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