Nota de fecha 6/2/2019
Nos encontramos ante una mala racha de accidentes, que hace mucho no ocurría en El Chaltén. Cuando está promediando la temporada de escalada ya hubo cuatro muertes (un argentino, dos brasileños y un checo), un complejo rescate de un escalador japonés y, cuando apenas se iba el helicóptero de Gendarmería Nacional, que llevaba al escalador japonés hacia el hospital de El Calafate en la Comisión de Auxilio de El Chaltén recibió un nuevo llamado de emergencia. No hubo tiempo para respirar, se utilizó una escaladora norteamericana accidentada en el Cerro Torre que debió ser rescatada por otro helicóptero del Ejército Argentino
El cerro más emblemático del Chaltén o conocido también como el Fitz Roy, de 3.405 metros de altura, no es una de las montañas más altas de nuestro país, pero si es conocido mundialmente por ser una montaña altamente deseada por los montañistas de todo el mundo, debido a sus enormes paredes y grandes desafíos, sin embargo, escalarlo requiere de una vasta experiencia y gran velocidad, por los peligros que allí podrían presentarse como las cambiantes temperaturas, la ubicación del recorrido, y la posibilidad de enfrentar riesgos inesperados.
En lo que va del año, el imponente Fitz Roy ya se cobró tres vidas de andinistas que desafiaron al cerro santacruceño pero a su vez debe ser éste hecho un alerta para quienes tienen las responsabilidad de controlar la entrada al parque, por los riesgos que tiene el andinismo en sí mismo.
“Desde que estoy en el pueblo del Chalten, en 26 años nunca tuvimos esta racha de fallecidos”, se lamentó la coordinadora de rescates de la Comisión de Auxilio de El Chaltén. Fueron tres en el Fitz Roy y uno en el Cerro Solo.
En los últimos días un escalador japonés, Tusuko Jaso, de 39 años, fue rescatado tras sufrir un traumatismo de cráneo por una caída de unos 20 metros en el macizo del Fitz Roy. Tusuko Jaso se accidentó el pasado viernes 1ro de febrero mientras realizaba rapel descendiendo del cerro y su compañero de cordada dio aviso tras haber pasado la noche del viernes junto a él, su compañero descendió para pedir ayuda. Debido al estado que tenía dejado colgado e inmovilizado al herido, con agua, comida y abrigo.
Un grupo de escaladores que estaba en el campamento polaco, al enterarse, subió hasta la zona mientras en El Chaltén se activaba un dispositivo de rescate, en el que intervino la Comisión de Auxilio, Parques Nacionales, Gendarmería Nacional y escaladores particulares. Al llegar a él comprobaron que estaba vivo, tras 36 horas desde que ocurrió el accidente.
El accidentado quedó colgado a cientos de metros de la base del cerro, donde fue hallado por los rescatistas pasado el mediodía del domingo. Una vez estabilizado y "empaquetado para evitar hipotermia", fue descendido por la pared vertical y luego en una caminata hasta un valle (del Torre), donde pudo acceder el helicóptero que lo trasladó al hospital casi 24 horas después de que lo hallaran los rescatistas y unas 36 horas después del accidente.
El rescate comenzó sin resultados el sábado pasado, mientras duró la luz diurna, y fue retomado a las 5 del lunes, e involucró a una veintena de personas, de Gendarmería, Parques Nacionales, la Comisión de Auxilio de El Chaltén y escaladores que "voluntariamente se ofrecieron", había detallado Germán Solveira, intendente del Parque Nacional Los Glaciares.
Fue un rescate y evacuación de características épicas, que requirió de la experiencia, la voluntad y compromiso de miembros de la Comisión de Auxilio de El Chaltén, brigadistas del Parque Nacional Los Glaciares, Gendarmería Nacional y escaladores particulares.
Germán Solveira, intendente del PN Los Glaciares, explicó a “Ahora Calafate” en qué consistió el operativo. Dijo que al hombre herido y colgado en la pared de la aguja, se lo “empaquetó”. Esto es envolverlo con mantas térmicas dentro de una bolsa de dormir, para que quede totalmente inmovilizado. Con el uso de cuerdas se lo bajo en una compleja maniobra por la pared vertical y a gran altura. En la base lo esperaba la camilla, equipamiento y rescatistas y comenzó un dificultoso traslado de unas cinco horas de duración, hasta llegar al plató del Glaciar Torre, cerca del campamento Niponino.
Durante todo el fin de semana se realizó el complejo y riesgoso operativo que terminó este martes 5 de febrero , con el traslado de Tusuko Jaso en helicóptero de la fuerza de seguridad hacia el aeropuerto de El Calafate, y de allí en ambulancia hasta la guardia del Hospital SAMIC de Alta Complejidad.
Un equipo interdisciplinario del nosocomio trabaja en la atención del escalador. De acuerdo a las primeras informaciones obtenidas el japones presenta politraumatismo de cráneo y macizo facial, con deterioro sensorio alternante (por momentos está lúcido).
Cuando se estaba terminando la tarea de traslado del andinista japonés se debio atender otro pedido de rescate Esta vez era una escaladora de Estados Unidos, Jessica Kocian, quien sufrió la fractura de tibia y peroné en una de sus piernas. El accidente ocurrió mientras escalaba el Cerro Torre junto con compañeros de cordada. Sucedió en el Col de la Esperanza, en la cara oeste del cerro, un sitio muy lejano, y se accedió allí por el Campo de Hielo. Fue rescatada exitosamente por un helicóptero del Ejército Argentino y trasladada luego al Hospital de Alta complejidad del Calafate.
El rescate se realizó por parte de otro helicóptero del Ejército ya que llegar hasta el lugar del accidente insume entre 25 y 30 horas de caminata y cerca de 50 personas para trabajar con el sistema de postas, un número elevado al que no se llegaba porque varios estaban recién llegados de la montaña por el rescate del andinista japonés.
En el trágico fin de semana del 19 de enero en que fallece un escalador checo en el Fitz Roy se le sumo la noticia de la desaparición de dos escaladores de nacionalidad brasilera Fabricio Amaral (42) y Leonardo Ianotta (40) que fueron vistos por última vez vez el viernes anterior con la intención de escalar el mismo cerro. Los brasileños, oriunos de Minas Gerais y Spiritu Santo, llegaron a El Chaltén a fines de 2018 y realizaron intentos de cumbre en la zona. Inclusive Ianotta conocido como “Mr. Bean” llegó a la cima de la aguja Gillaumet en solitario. En ese momento grabó un video festejando con la pared del Fitz Roy de fondo. Y hablándole al mítico cerro le dijo “Vamos a tener otro encuentro, seguro. No fue esta vez”.
El lugar en el que habían quedado, sumado a las inclemencias del tiempo impidieron la realización de un rescate inmediato y, transcurrida una semana se los dio por muertos, desistiendo de continuar la búsqueda, ya que era imposible que hubieran resistido el clima hostil de tantos días.
Finalmente se pudo encontrar a los dos cuerpos de los brasileños muertos a partir del temporal desatado el 18 de enero pasado. Cuando el tiempo mejoro un guía de montaña que estaba con su cliente, avisó por radio que los cuerpos de Lanotta y Amaral estaban colgando de la pared del cerro Fitz Roy. También se pudo divisar el cadáver del checo que estaba en la cara sur del mismo cerro.
Hoy ya se sabe dónde se encuentran los cuerpos por el reciente testimonio de otros escaladores de la misma nacionalidad. El escalador brasileño Beto Pavani, en una entrevista del día 5 de Febrero con el diario digital Aventura Chalten, y a pocas horas de bajar de la montaña, informo que pudieron ubicar a sus compañeros Fabricio Amaral y Leonardo Lanotta, que habían sido declarados desaparecidos al intentar subir al mismo cerro Fitz Roy, hace más de dos semanas atrás.
Beto indicaba que ” Ante la presencia de una ventana de buen clima, luego de casi 15 días de mal tiempo, pudieron subir a tratar de encontrar los cuerpos de sus amigos.”
“Que cerca de la ruta Franco-Argentina a unos 600 metros de altura, encontraron primero el cuerpo congelado del escalador Leonardo Lanotta más conocido como Mr. Bean, cerca de la silla, sobre el hielo, procedimos a bajarlo hasta una repisa, unos 15 metros más abajo, para evitar que por efecto del calor, se caiga aún más abajo.”
”Cuando regresábamos, unos 200 metros más abajo, encontramos al escalador Fabricio, que se encontraba en un refugio de roca, aparentemente para protegerse de la tormenta, dentro de la bolsa de dormir, con todas sus cosas organizadas, pudimos apreciar que tenía en su bolsillo el celular de Mr. Bean, indican que primero habría fallecido su compañero y guardaba el aparato para su familia.”
“Creemos que se quedó sin cuerda y no podía seguir bajando, pero no sabemos muy bien que sucedió. Estimamos que luego se durmió y falleció por hipotermia, ante la presencia del mal tiempo en la montaña.”
Indicaba Beto que ninguna persona pudo subir por 15 días aproximadamente debido al mal tiempo reinante en la montaña, el mismo día falleció el escalador checo Thomas Kudrna, y el compañero del checo, al bajar indico que había visto una carpa o un vivac en la brecha, pero no sabía cómo se encontraba la persona.
Se estima que para el rescate, ya que se encuentra el Helicóptero de Gendarmería Nacional en El Chalten el mas fácil para llegar seria Mr. Bean pero deberá hacer el piloto unas maniobras un poco complejas, y con la ayuda de una cuerda, ya que como el cuerpo se encuentra con el arnes, se podría extraer.
Por otro lado el caso de Fabrisio, es más difícil, el helicóptero no se puede acercar, habría que subirlo unos 40 metros por la pared y bajarlo por el otro lado de la brecha y descenderlo al Glaciar, es un camino arriesgado y muy peligroso por el clima, mucho calor, debido a las roca suelta de la montaña y mucha agua, se forma una cascada. Y calculamos que son 6 o 7 rapeles para bajar al Glaciar, se puede hacer pero es muy peligroso.
A una semana de la desaparición de los andinistas brasileños Fabricio Amaral y Leandro Lanotta, los organismos intervinientes en el rescate habían dispuesto la finalización de los trabajos aéreos y terrestres debido a la continuidad de las malas condiciones climáticas. Ambos fueron vistos por última vez cuando ascendían al cerro Fitz Roy.
Fuentes cercanas a las personas experimentadas que participaban de la búsqueda admitieron que “son muy pocas las probabilidades de encontrarlos con vida”, y además “las bajísimas temperaturas por el temporal con vientos huracanados, sumado a la falta de experiencia y al poco equipamiento llevado, se concluye que no hay posibilidad de que se resista en la montaña”.
En esa misma jornada también se había recibido el aviso sobre el fallecimiento de un andinista checo que se encontraba haciendo rappel en la pared Este del cerro.
En su momento un grupo de rescate conformado por 16 experimentados montañistas, la mayoría integrantes de la Comisión de Auxilio de El Chaltén, a los que se sumaron algunos escaladores extranjeros que se encontraban en la zona partió en busca de los escaladores.
Es el segundo grupo que salió en la búsqueda de los brasileños. El primero llegó hasta el campamento base, sin encontrarlos, por lo que a primera hora de ayer el grupo subió por la pared del Fitz Roy por la vía Franco Argentina, para recrear la escalada que pensaban hacer los brasileños el día viernes pasado.
La doctora Carolina Codó, integrante de la Comisión de Auxilio, contó en Tiempo FM, que se había suspendido la búsqueda por ayer debido al mal clima, “recién pudieron acercarse a la pared del Fitz Roy al mediodía, pero con poca visibilidad y también esperamos que el tiempo se descomponga, por lo que decidimos que el grupo que está arriba baje”, explicó y agregó: “Además tuvimos un sobre accidente de uno de los rescatistas hoy a la madrugada…”.
Audio: www.aventurachalten.com.ar
Efectivamente el alpinista español Jesús Gutiérrez Rey, de 45 años, integrante de este segundo grupo de rescate está aún hospitalizado en la Patagonia, después de sufrir una caída en el monte Fitz Roy. Gutiérrez Rey, conocido como Susi, se sumó a la operación de rescate en busca de tres alpinistas desaparecidos. Durante la búsqueda, en un grupo internacional con 19 personas, cayó desde una altura de 30 metros hasta una laguna helada y sufrió la rotura de cinco costillas, la perforación de un pulmón, la rotura de la clavícula y un pie.
Pedro Cifuentes, el otro montañista que acompañaba a Susi durante el rescate, pudo salvarlo de la congelación y sigue a su lado en el centro hospitalario, a la espera del traslado a España. Los tres alpinistas a los que inicialmente buscaban están muertos.
El experimentado montañero madrileño, vecino de Illescas (Toledo), sufrió la caída sobre las 3 de la madrugada del martes 22 de enero. Estaba grabando una película al conquense Pedro Cifuentes sobre su tercer desafío ante el Fitz Roy, una montaña considerada de dificultad extrema entre los alpinistas.
Jesús y Pedro, compañeros de cordada, tuvieron noticias de que tres alpinistas (uno checo y dos brasileños) estaban desaparecidos. Los dos españoles decidieron entonces unirse en un equipo de rescate para localizar a los montañeros sudamericanos.
Pero, en la laguna de los Tres, una ráfaga de viento derribó a Jesús, quien se precipitó 30 metros por unas rocas hasta caer al agua, con una temperatura de unos 15 grados bajo cero Un equipo de 16 alpinistas, entre ellos Pedro Cifuentes, trasladó a Jesús hasta el campamento base, adonde el alpinista madrileño llegó después de un inacabable descenso de 7 horas. Tras una primera valoración médica, se decidió evacuarlo al Hospital de Alta Complejidad El Calafate. Otras cuatro horas y media para llegar al centro sanitario, donde se le intervino de urgencia de cuatro costillas rotas porque su vida corría peligro.
Desde entonces, la familia ha luchado contra la compañía de seguros Mapfre para que trasladen a Jesús a España y cubran la totalidad de los gastos médicos y del eventual traslado en un avión sanitario.
Pedro Cifuentes, compañero de Rey quien se encuentra en el Hospital de El Calafate, en una mala situación, cuidando a su compañero y amigo Jesús Gutiérrez “Susi” escribió en su FB, cuando habían transcurrido ocho días desde el rescate de su amigo, lo siguiente :
“Llevamos 8 días aquí y nadie nos ayuda. La compañía de seguros pide informes, pero no se hace cargo, la Embajada pregunta qué tal pero no hace nada, el Consulado lo mismo. La situación es grave. Es inhumana nuestra situación: por ayudar a intentar rescatar a unas personas, nos vemos aquí abandonados.”
“Conmigo a la expedición vinieron 2 amigos: Rubén Crespo, que pensaba documentarla con una cámara y un dron, y Jesús Gutiérrez, amigo y alpinista, para ayudarme en el porteo desde El Chaltén hasta pie de pared.
Este año está haciendo muy mal tiempo. Fueron al Fitz Roy 2 cordadas, una brasileña y otra checa. Delante de ellos subían unos italianos que hicieron cima, y al bajar los vieron. Estaban en la vía franco-argentina. En un momento dado los checos adelantaron a los brasileños, iban más rápido, desviándose por la derecha la Vía Francesca. A pesar del temporal que llegó, seguían subiendo, hasta que los checos vieron que no se podía más, y decidieron bajar. Pero ya era tarde.
Los checos descendian en los rápeles, hasta que uno de ellos, al terminar uno de los descensos, ve que su compañero no baja. Grita y no contesta. Decide remontar la cuerda y lo encuentra ya inconsciente, con hipotermia final. Corta la cuerda e intenta bajar hasta el Chaltén, pero finalmente lo consigue. Anuncia la muerte de su compañero, y que no ha visto a los brasileños en el descenso. La doctora Carolina Codó, que es la médica del Chaltén, decide intentar montar un rescate, con escaladores locales y extranjeros que allí se encuentran. Entre unas y otra cosas han pasado 3 días, es casi imposible que hayan sobrevivido a una tormenta así en la pared, pero se monta el operativo.
Tenemos una reunión a las 6 de la tarde en el Centro Andino de El Chaltén, y finalmente se montan 3 grupos: primero van 4 italianos (quienes habían hecho cumbre y se habían cruzado con los brasileños en el descenso), sin peso, para intentar subir. Después iba un grupo con italianos, argentinos y Denis Urubko, con material. Y después íbamos un grupo con los argentinos Franco y Pedro, Rubén Crespo, Jesús Gutiérrez y yo.
La idea del 3º grupo es ayudar en el descenso, y sobre todo, si se abre el cielo, que el dron de Rubén pueda volar a ver si localiza a los escaladores perdidos. Nosotros salimos a las 11 de la noche y con unas camionetas nos llevamos hasta el Pilar, y de allí al campamento Poincenot. Llegamos a la 1 de la mañana, y emprendemos el camino hasta la Laguna de los 3. Es el lugar en donde se toman la mayoría de fotos del Fitz Roy. Desde allí hay que ascender un poco, y luego descender por una cuerda fija al glaciar, antes de continuar hacia la pared.
A las 3 de la mañana, llegamos al punto en el que hay que descender unos metros hasta el glaciar por la cuerda. Estábamos a oscuras, a -15ºC, nevando y con un viento muy fuerte. En el paso que hay para acercarse a la cuerda, viene una ráfaga muy fuerte y se lleva a Jesús. Yo estoy bajando y de repente me pasa al lado cayendo. No es totalmente vertical, así que en los 20 metros que cae se da 4 ó 5 veces contra salientes como cuchillos, hasta que finalmente cae al agua de espaldas, al lago. Imaginad con esa temperatura y en ese momento.
Le llamo y no se mueve ni contesta. Bajo por la cuerda a toda prisa, y al llegar junto a él veo que se mueve. Le tranquilizo, le digo que le voy a llevar a casa, y él tiene fuerzas para responder que confía en mí. Le digo que se relajo, que a partir de ahora me encargo yo de todo, que confíe en mí, que volvemos a casa, que lo deje en mis manos. Está tiritando muchísimo, hipotermia, y grita de dolor. De repente veo el hueso de su codo, tiene una fractura abierta. Lo saco a pulso como puedo estirar de la mochila, ahí me dejé la espalda, no sé qué tengo, cuando todo se arregle lo miraré, tengo muchísimo dolor. Le quito la ropa, tirita mucho, y le pongo 2 abrigos de plumas que tengo.
Grito arriba que echen una cuerda para izarle, y que monten una tienda pequeña que llevamos. ¡¡Menos mal que estaban los chicos argentinos!! si no, no lo izamos. Tardamos 45 minutos, y al llegar tumbamos a Jesús en una colchoneta dentro de la tienda. Está tiritando de frío y desencajado de dolor. Veo el pie, y veo el tobillo destrozado, literalmente explotado. Le pongo férulas. Por suerte llevo un botiquín súper bueno. Ya sabéis que soy bombero, y es material que nadie lleva, como un botiquín del SAMUR. De hecho, algunas cosas no las tienen ni en El Chaltén. Inmediatamente llamo a la doctora Carolina por el Walkie, y me dice que le dé Fentanilo, un opioide sintético muy fuerte. Le sigue doliendo mucho, y al final le ponemos también una ampolla de morfina.
Sigue tiritando, está dentro del saco, calentamos agua, llenamos la cantimplora y la metemos dentro del saco. Mientras tanto la doctora monta otro grupo de rescate, y 10 personas se ponen en marcha con una camilla para la evacuación. Y a eso de las 8 de la mañana llegan. Quedaba toda la bajada con alguien en el estado de Susi, por aquellas pedreras, con la camilla. Fue muy delicado, ya las 3 de la tarde llegamos a El Chaltén, y de allí rápido al hospital de Calafate. Al llegar allí le hicieron un escáner, y resultó que tenía 5 costillas rotas con neumotórax, fractura abierta de codo, luxación de hombro con clavícula, un golpe tal en el cuádriceps de la pierna que le han tenido que sacar 1 litro y medio de sangre del hematoma, y sobre todo, una fractura nivel 5 del tobillo. No se puede reconstruir
El licenciado El Gastón Ortíz Maldonado, interventor a cargo de la dirección del Hospital de Alta Complejidad El Calafate SAMIC, decía que de la situación del andinista español Jesús Gutiérrez Rey se manifestó de esta manera.
“El andinista español accidentado está bien atendido en este hospital. Y de ninguna manera hay que amputarle un pie. Él se quiere ir, y tal vez lo entendamos por una cuestión de desarraigo. Quiero pasar estos momentos junto a su familia, en su país. Pero es nuestra obligación atenderlo como tiene que ser y desde ya va a tener que quedarse aquí entre 20 y 30 días. Antes es imposible que realice un viaje semejante porque además está con respiración asistida”.
“De lo que nadie se hace cargo y para que la gente entienda es de una prótesis muy cara que necesita el andinista para su tobillo el que de ninguna manera hay que amputar. Este es un hospital público y gratuito pero que trabaja con terceros pagadores. Es decir si alguien tiene una obra social esta tiene que responder por su afiliado como ocurre en todo el país”, agregó Ortíz Maldonado.
Y para despejar dudas, también habló del hospital: “Es el único de alta complejidad de la Patagonia Sur. Tenemos la capacidad de atender a 100 accidentados al mismo tiempo. Calculen que tenemos que estar preparados porque a El Calafate vienen más de medio millón de visitantes al año. La mayoría a practicar actividades de alto riesgo como puede ser por ejemplo puede ser escalar el Fitz Roy”.
Y agregó: “Contamos con un excelente equipo de cirujanos traumatólogos que además son muy valientes. Salas de terapia intensiva para niños y adultos y 300 camas y 5 quirófanos. Los gobiernos de Canadá e Inglaterra nos consultan qué es lo que tenemos para asegurarles la estadia a sus turistas. Ocurre también como muchos otros países”.
La cifra de accidentados se incrementó repentinamente el fin de semana del 19- 20 de Enero pasado ya que se agregó a la desaparición de los brasileros la muerte de un escalador checo Thomas Kudrna (37 años). Según contó su amigo el deceso se produjo cuando erraron el camino de descenso mientras bajaban del Fitz Roy en una zona cercana a donde se accidentaron los dos brasileros.
El cuerpo del escalador checo seguramente quedará en el lugar donde murió, ya que es una zona de muy difícil acceso y muy riesgosa para los rescatistas. Las autoridades al ser consultadas por las causas de la muerte, explicaron que fue por hipotermia, ya que su compañero confirmó que está sin vida, que está muy alto en la pared sur del Fitz Roy, por lo que no se cree que haya rescate posible del cuerpo ni siquiera con helicóptero.
El primer accidente fatal en la zona del Chalten se produjo el 28 de diciembre de 2018 cuando Ignacio Mejean de 29 años, andinista oriundo de Buenos Aires, cayera de unos 30 metros de altura del cerro Solo. El andinista argentino falleció cuando intentaba ascender ese cerro, junto a un compañero. Era una de las primeras veces que escalaba montañas de estas características. Fue su compañero quien lo vio caer y quien bajó para dar aviso y buscar ayuda, pero cuando los rescatistas llegaron al lugar constataron que el joven estaba sin vida.
Integrantes del Club Andino, Parques Nacionales y el grupo de montaña de la Gendarmería Nacional actuaron en el caso.
El accidente se produjo a unos 16 kilómetros del casco urbano de El Chaltén en un cerro cuya ascensión comprende entre dos y tres días, desde la partida de a pie desde la localidad. En declaraciones testimoniales a la Gendarmería Nacional, el compañero del andinista fallecido, explicó que luego de haber realizado una capacitación, esta era la primera vez que Mejean encaraba un ascenso de esas características. Por la ubicación donde quedó el cuerpo, los restos no pudieron ser rescatados.
Hubo cuatro muertes cuando ya está promediando la temporada de escalada en el Parque Nacional. A pesar de tener experiencia los dos brasileños cometieron errores básicos al querer subir al Fitz Roy. La coordinadora de rescates, Carolina Codó, Coordinadora de Rescates, dice que nunca hubo una racha así de muertes en tan pocos días. Atribuye esto a la poca preparación de algunos que llegan a estas montañas y excepcionales que habrá que hacer una campaña para dar a conocer las dificultades de la escalada en esta zona.
La gente está yendo a la montaña con poca experiencia y preparación. Una cosa es la escalada deportiva y otra cosa es planificar una ascensión en Patagonia Austral. Por más que físicamente sean muy fuertes escaladores, en Patagonia hay un 50 por ciento de cabeza, lo que implica tener una estrategia y planeamiento”, agrega Carolina Codó al analizar la seguidilla de muertes que hubo en las montañas de el hermoso pueblo de El Chaltén.
Fuentes: - www.ahoracalafate.com.ar
- www.laopinionaustral.com.ar
- www.aventurachalten.com.ar
- www.viapais.com.ar
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