Las competencias de escalada deportiva han llegado hasta nuestros albores, con entusiasmo y con gran poder de convocatoria han logrado adherir a numerosos escaladores y montañistas, siendo dos competencias zonales y un gran Festival Sudamericano el fruto de este incipiente deporte. Lejos han quedado los argumentos de que en la escalada no podía existir la competencia, que la escalada era únicamente un medio para llegar a la cima de una montaña. Hoy, y sin dudas influidos por las corrientes europeas, muchos escaladores argentinos aceptan que la escalada deportiva es una nueva especialidad dentro de los deportes de montaña, que si se quiere tiene muy poco que ver con el alpinismo clásico, que puede ser una actividad que no a todos los montañeses les resulte interesante; pero, es una especialidad que sin duda va revolucionando el mundillo de la escalada y que por lo tanto sería muy ingenuo pretender negarla o limitarla. Contrariamente a lo que ha sucedido en algunos países del norte, los dirigentes de los clubes y de la Federación Argentina han comprendido rápidamente sus fines y su filosofía, colaborando en la organización de los eventos y mostrándose interesados en todo lo que tienda a difundir y perfeccionar el futuro de este deporte.
Según registran las revistas especializadas (Desnivel Nº 23), las primeras competencias de escalada comenzaron a organizarse en la Unión Soviética, allá a principios de la década del setenta. A partir de 1976 el Comité de Deportes de la Federación de Alpinismo viene organizando regularmente competencias de escalada. Suelen tener lugar hacia el mes de septiembre en el Valle de Simeiz en Crimea, cerca de Yalta. En realidad se organizaban dos campeonatos, uno soviético y otro internacional. Las competencias eran de diversa índole, con escaladas de velocidad, escaladas paralelas, péndulos, etc. Cuando a la edición de 1984 asistieron escaladores franceses, alemanes, suizos, japoneses, etc., quedaron impresionados por el alto nivel de los soviéticos. En aquella oportunidad sólo los franceses (Jacky Godoffe, Serge Jaulin y Trierry Renault) lograron algunos puestos importantes consiguiendo dos medallas de plata y dos de bronce.
En Europa fue Francia la que comenzó a impulsar este tipo de deporte. No fue fácil, cuando en 1984 la Federación Francesa de Montaña decidió promover las competencias de escalada, se levantó una amplia polémica. Escaladores tan representativos como Patrick Berhault, los hermanos Menestrel, Christophe Profit o Catherine Destivelle, criticaron duramente la decisión. La polémica llegaría hasta tal punto que 19 escaladores de gran nivel firmarían un documento en contra.
Poco tiempo después la Federación Francesa realizó una encuesta que daría como resultado que solo un 13 % de los escaladores se mostraban a favor de las competencias frente a un 55% que se manifestaba hostil a la idea. De los encuestados sólo un 12 % se mostraba dispuesto a participar, mientras un 21 por ciento respondía que no le importaría acudir como espectador. Como resultado de esta polémica, en Francia la Federación resolvió posponer el tema.
Sin embargo, cuando pocos meses después (julio 1985) se celebraba en Bardonechia, casi a caballo entre Francia e Italia, la primera competición de Escalada de Europa Occidental, más de uno quedó sorprendido por el éxito y la relevancia que adquirió el acontecimiento. Aquello fue una gran fiesta deportiva, que contó con un elevado número de escaladores (a pesar de notables ausencias), tuvo una asistencia espectacular de público y gran resonancia en todos los medios de comunicación. La buena organización italiana, la categoría de los escaladores participantes y el que personajes de renombre dentro del alpinismo clásico, como Ricardo Cassin, apoyaran abiertamente este acontecimiento tan revolucionario, permitieron a las competencias de escalada entrar en Europa por la puerta grande.
Bardonecchia trajo varias sorpresas. La primera que la competición masculina la ganara un joven alemán, Stefan Glowacz, de 20 años, prácticamente desconocido para la mayoría y no profesional, (hasta el punto de que trabajaba todos los días en una fábrica). Otras fueron el fracaso en las competición de figuras tan reconocidas como Wolfang Gulich o la negativa a participar, después de acudir a la reunión, de Jerry Moffat. Por la parte femenina la nota fue la participación de la escaladora francesa Catherine Destivelle, una de las principales opositoras de la competición en su momento, quien además de competir venció en su categoría.
A mediados de 1986 la Federación Francesa de Montaña vuelve a la carga y en conjunto con la Villa de Vaulx-Velin y el club de escalada de esta localidad organizan una competencia de escalada de primer nivel, en el interior de un gimnasio deportivo, sobre un muro artificial, pintado con colores azules y blancos, de 20 metros de longitud y 12 de altura. La organización fue buena, se cobraba entrada para participar del espectáculo, las ascensiones eran televisadas; el circo comenzaba a entrar en acción. En la categoría varones se impuso Jacky Godoffe (francia) y en las damas la francesa Isabelle Patissier.
Las competencias se difunden, llegan a España e Italia. Comienzan también los problemas, las interpretaciones de los reglamentos y las influencias económicas de los sponsors. Aparecen las grandes estrellas: Edlinger, Destivelle, Glowacz, Godoffe, etc., auspiciados por importantes empresas que asimismo aportan dinero para la organización; el circo sigue creciendo. En Grenoble, Francia, se disputó a fines del año pasado una importante competencia de escalada, denominada "Primer Mundial de Escalada Indoor", que atrajo a grandes figuras pero adoleció de algunos defectos en la organización. Entre los varones venció el francés Jacky Godoffe y en las niñas la estadounidense Lynn Hill, tras el abandono por un problema reglamentario de Destivelle.
Otras competencias importantes fueron la realizada en Vaulx-En-Velin (Francia) a fines de enero de 1987 donde ganó Raboutour; los días 19 y 20 de septiembre se reeditó en Italia la II Edición del Rock Master Arco'87, (que en 1986 fuera ganado por Edlinger y Destivelle) y que bajo un Sol radiante consagrara al austríaco Stefan Glowacz y la norteamericana Lynn Hill.
En nuestro país se comenzó a hablar de escalada deportiva durante el verano de 1987, concretamente cuando la revista Anti Suyu anunciaba el encuentro sudamericano de este deporte para los primeros días de mayo. La cosa iba a ser con bombos y platillos y, lamentablemente, como sucede ante hechos que se sobredimensionan a la realidad, no se hizo nada. No obstante la inquietud fue planteada, y en diversos clubes comenzó a pensarse en realizar algo.
Los cordobeses tomaron la posta, organizando para los 19 y 20 de septiembre de 1987, en La Mesada, La Calera, Sierras de Córdoba, el Festival de Escalada Deportiva y Maratón de Montaña. Participaron en el mismo 33 maratonistas y 29 escaladores, corriendo la organización por cuenta del Club Andino Córdoba con los hermanos Tarditti a la cabeza. Todo se organizó con mucha voluntad y por supuesto con amplia falta de experiencia, siendo no obstante el resultado exitoso. Se comprobó que las competencias interesaban, que la respuesta del público era buena y que se debía excluir por todos los medios el tiempo como factor de determinación de un resultado. En la categoría varones se impuso Guillermo Urban, seguido de Mario Savio (ambos del Club Andino Córdoba), tercero Jorge González (Asociación de Montaña Córdoba), cuarto Marcos Aprile (C.A.C.) y quinto Carlos Domínguez del Club Andino Mercedario. Entre las niñas se impuso Bonina del Campo (A.M.C.), segunda Cristina Agued (C.A.C), tercera Ana Triep, Club Andino Mercedario y cuarta Fernanda Figueroa (C.A.C).
Durante la última semana de enero, días 23 y 24 de 1988, la Comisión de Andinismo del Club Andino Bariloche organiza una competencia de escalada en las agujas del cerro Catedral. La idea fue reunir a todos los rockeros de la zona, escalar y comer un buen asado. La onda fue captada "in extenso" reuniéndose cerca de 30 participantes. La competencia fue muy interesante, se cometieron un sinfín de improvisaciones (fruto de la inexperiencia) y todo terminó con un gran asado y mucho vino, en las inmediaciones del refugio Frey. También hubo premios para los vencedores, trofeos instituidos por la Zona Sur de la Federación Argentina de Ski y Andinismo, artículos de deporte e incluso algún beso de Mora, premio que sin duda fue el mejor. En Ia Categoría venció Rolando "Rolo" Garibotti, segundo fue Marcelo Venere y tercero Eduardo Brenner. En el restante grupo, venció ampliamente Silvia Fitzpatrick, segundo el Topo Deza y tercero Cristian Schweitzer.
Después de las dos reuniones realizadas y una prolija revisión sobre cómo se hacen las cosas "afuera", la gente del Club Andino Córdoba decidió organizar un Festival de Escalada Deportiva a nivel sudamericano.
Las invitaciones nos llegaron a todos lados, al club, a nuestras casas, a las casas de algunos amigos, etc. La idea entusiasmó; sería en Semana Santa, las vías serían "a vista" y no se computaría la velocidad. Se decide ir, a continuación de lo cual se comienza a manguear (pedir) para juntar los fondos del viaje. Realmente podemos decir que tuvimos mucho apoyo, fundamental fue la mano de la gente del refugio Otto Meiling, quienes se pusieron con la combi para el viaje y Omar que se arriesgó en llevarnos. Salimos un martes hacia el mediodía, tirando a media tarde: Omar Manzo (el dueño de la combi) Marcelo Venere, Sebastián De La Cruz, Sergio De Raco, Lukas Kopcke, Federico Riestra, Rolando Garibotti, Pato Seuf-ferheld y el que escribe.
El viaje lindo, con Sol al salir y lluvia al llegar, con galletitas Cerealitas durante todo el viaje, con música, alegría y algunas exquisiteces más.
¡Grande la abuela de Máximo!, ¡grande por irse de vacaciones al campo y dejarnos su casa para armar el campo base de la excursión. Después de reparadores y prolongados baños se organizó una gran comilona, en la cual oficiaron de cocineros el Seba y Marcelito y por supuesto participaron todos los viajeros más Máximo Schneider, el restante integrante del grupo, quien había viajado previamente a "acondicionar la casa", cosa que hizo, y gestionarnos algunas minitas, cosa que no hizo. Esa misma noche realizamos una visita al Club Andino Córdoba, donde entre otras cosas formalizamos las inscripciones en el Festival de Escalada y posteriormente partimos en busca de helados, cosa que no sin esfuerzo encontramos.
Al día siguiente se compuso definitivamente el tiempo (después de unos 10 días de lluvia) y así emprendimos el viaje a los Gigantes. Se nos unió Celina Guiñazú, escaladora mendocina, con lo cual teníamos una integrante femenina en el grupo.
El viaje deja atrás la ciudad de Córdoba, Carlos Paz y siguiendo por la ruta nacional 20, nos acercamos a la localidad de Tanti. Algunos pequeños manchones de algarrobos blancos y negros, talas, quebrachos blancos, espinillos, chañares y moradillos constituyen los restos de lo que otrora fuera el bosque serrano. En las proximidades de Tanti el bosque está casi limitado a las quebradas y zonas de roca anfractuosa, ya que en muchas áreas la escasa profundidad a que se encuentra la masa continúa de granito dificulta la penetración de las raíces. Abundan así arbustos cactáceas y otras plantas menores, muchas de flores vistosas. El pavimento termina, seguimos por el sinuoso camino que asciende rápidamente. Pasamos por el Rancho Grande y más adelante, en el Km. 782, junto a una casilla de colectivo se desvía un camino angosto hacia la izquierda que pronto termina cerca de Los Gigantes.
Esa gran formación rocosa, Los Gigantes, parte de la Sierra Grande cordobesa, es conocida geológicamente como Batolitos de Achala. Descargamos el vehículo y nos cargamos las mochilas para ascender hasta la zona del refugio. Una horita de marcha por las quebradas rocosas nos conducen al refugio. En el trayecto nos encontramos con varios andinistas, también hubo tiempo para apreciar los tabaquillos, pequeños arbolitos que se encuentran en las sierras cordobesas.
Armado el campamento se organizó el "grupo de cocina" que fue un grupo, ya que los fideos salieron indescriptibles... no hubo forma de intentarlos comer. Así, no quedó más remedio que recurrir a las Cerealitas y algunas manzanas de por ahí. Felizmente quedaba vino en la bota y así todo se hizo más llevadero.
El día viernes lo dedicamos al entrenamiento y a escaladas varias a fin de familiarizarse todo el mundo con la roca. Algunos fueron al cerro de la Cruz, otros al valle de Los Lisos y nuestro amigo Catalán Albert al valle de "Los Lienzos".
El Maratón
Por la tarde se disputó la anunciada maratón, en la cual participaron alrededor de 40 competidores, entre ellos un valiente: Máximo Schneider. La cosa consistía en bajar corriendo hasta el lugar de los autos y volver a subir. Una pavada, para lo cual los primeros insumieron unos 40 minutos. En la categoría general ganó Iván, de sólo 17 años, quien realmente realizó una carrera espectacular. En el grupo de los andinistas, la victoria le correspondió a Guillermo Urbano.
En la categoría femenina se impuso ampliamente Carolina Cobo, del Club Andino Villa Carlos Paz. Esta joven institución de montaña posee un refugio en los Gigantes, cercano al del C.A.C., al cual, una vez conocida Carolina y Susana Fornari (socia que participó en las escaldas), todos los "indios Patagónicos" solían frecuentar. Pero no os ilusionéis, no les dieron ni la hora.
Por la noche se realizó el sorteo de los participantes en el torneo de escalada. Se formaron dos grupos, de 20 escaladores cada uno, los cuales se turnarían en dos rutas cada grupo. El reglamento preveía que todos los participantes debían intentar ascender las cuatro vías, sumándose los metros subidos en cada una. Los diez mejores clasificados pasarían a la semifinal del torneo.
El Comité Organizador, con muy buen criterio, fijó un jurado de tres personas y, asimismo, designó por cada vía de escalada un fiscal y un cronometrista. En todas las rutas la decisión del fiscal era inapelable y todo lo que no estuviera estipulado en el reglamento, y podría ser motivo de discusión, lo resolvería el jurado, cuya decisión sería inapelable.
Por la mañana temprano comenzaron las escaladas, las rutas y los competidores eran muchos por lo cual no se debía perder tiempo. En el sector izquierdo (por definirlo de alguna manera, tomando como punto de referencia el refugio), las dos rutas eran básica¬mente de placa, en ellas la más larga era muy difícil, y la corta presentaba un máximo de V +. Esta ruta fue comenzada a ser ascendida sin mayor dificultad por los participantes. Todo cambiaba en la segunda vía. Del primer grupo sólo dos participantes pudieron superar el escollo, un paso de VII-, ubicado a los cinco metros de altura. El primero en pasar fue un brasilero con una caída y el segundo el barilochense Federico Riestra.
En el otro sector también se encontraban dos rutas con diferente dificultad. La vía de la izquierda presentaba un V + como máximo y la de la derecha finalizaba con un amplio techo que llegaba al VI grado. La vía de la placa y la del techo eran los obstáculos a vencer, y pronto quedó demostrado que pasarían a la final únicamente los que superaran estas dos dificultades.
Al mediodía se realizó un alto y por la tarde se invirtieron los dos grupos. Mientras tanto todo el mundo había sacado sus cálculos y se barajaron las posibilidades de quiénes serían los diez de la semifinal. Aquí quedó evidenciado el elevado nivel de los escaladores brasileños, quienes habían superado prácticamente todas las rutas.
La tarde continuó con muy buen tiempo, y ello fue beneficioso para los escaladores, quienes pudieron escalar en condiciones óptimas. A esta altura se reunió numeroso público, estimándose hacia las cuatro de la tarde más de 200 espectadores y visitantes en los alrededores de la competencia. Todo terminó con la caída del Sol tras Los Gigantes y fue bueno comprobar que fue importante organizar dos grupos y ahorrar tiempo, pues si no, no hubiese alcanzado el día.
Por la noche se leyeron los 10 semifinalistas y se fijaron las pautas para las dos rutas que abarcarían las semifinales. Después de la cena se organizó un gran bailongo en el refugio, el cual contó con la animación desde el buffet de Mariano Tarditti (despachó hectolitros de cerveza) y otros cordobeses de allí. En la fiesta se prendieron obviamente los barilochenses, con Marcelito a la cabeza y entre cervezas, idas y venidas todo terminó hacia las 5 de la mañana, cuando algunos no podían "encontrar" la carpa y los que lo lograron no le podían embocar a la bolsa de dormir.
El amanecer llegó extremadamente rápido, con los primeros rayos de Sol que se filtraban hacia el interior de la bolsa y pretendían despabilar a los dormidos andinistas. Felizmente Omar se encargaba de preparar unos buenos mates, los que revivían a más de un trasnochado.
A las 9 de la mañana "encerraron" en el refugio a los 10 semifinalistas. Seis brasileños: Marcelo Braga, Samuel Ramos, Julio Nogueira, Alexander Pórtela y Sergio Tartarri; tres barilochenses: Federico Riestra, Sebastián De la Cruz y Rolando Garibotti; un español, Mario Riera y un cordobés, Horacio Cobo. Los mismos fueron llamados de a uno por turno, según el orden de sorteo, para ir escalando las dos vías en cuestión. Lamentablemente éstas no presentaron la dificultad técnica necesaria, y prácticamente todos superaron las vías, por lo cual incidió en el resultado final más la puntuación obtenida el día anterior.
A la superfinal estaba estipulado que pasarían solamente cuatro competidores, por lo cual se clasificaron inmediatamente Sebastián De la Cruz, Marcelo Braga y Julio Nogueira, quienes tenían el puntaje ideal y ninguna penalización, y en el cuarto lugar empataron Rolando Garibotti, Tartarri Sergio y Ramos Samuel con puntaje ideal pero una penalización cada uno. Por cuanto las penalizaciones de los brasileños eran caídas y la de Rolando solamente una mano fuera de las líneas, el jurado decidió que fuera este último el que contaba con mejor perfomance y pasaría a la final.
Esta se realizó sobre una laja vertical extraplomada, con un pequeño techo ondulado que remataba la ruta. El orden de sorteo determinó el primer lugar para Braga, segundo el Rolo, tercero Seba y cuarto Julio.
Después de una hora de espera y un sin fin de vueltas comenzó a escalar Marcelo Braga. Y consideramos justo puntualizar la lamentable lentitud del escalador brasileño, quien ya en la semifinal demoró considerablemente todo, con una muy poca predisposición para colaborar y hacer rápido las cosas. No es justo que todos deban esperar que "la estrella" se digne a acercarse. El jurado se mostró más que paciente, ya que en otro torneo quedaría eliminado por la no presentación en término.
Marcelo llegó en los dos intentos a los 11,50 metros como máximo, no pudiendo superar el último techo cumbado. Le siguió Rolo, quien llegó dos metros más abajo y posteriormente Sebastián, quien también llegó a los 11,50 mts., permaneció un buen rato en el lugar, pero no pudo superar el escollo. Se catalogaba ese paso como un XIII-, con la soga desde abajo, modalidad empleada también en las semifinales. En esta final quedó muy bien plasmada la onda de los dos representantes argentinos, quienes acompañaron sus escaladas con música a todo volumen de Led Zeppelin, y la simpatía que despertaba Julio, por su extravagante vestimenta de colores y su muy buen humor.
Producido un empate en el primer lugar se decidió pasar a una superfinal, preparada a tres metros de la ruta escalada, donde en una placa muy lisa debían ascender Sebastián y Marcelo. Por voluntad propia ascendió en primer término el argentino, superando en muy poco tiempo la ruta. Le siguió Marcelo, con su tradicional ceremonia de lentitud previa, el cual no sin esfuerzo y empleando el doble de tiempo también superó la vía. Así, el jurado dete¬minó un empate en el primer puesto, clasificándose tercero Julio y cuarto Rolo.
Tras el desarme de campamentos se realizó la entrega de premios, con abundante indumentaria Tarditti para todos (hubo mochilas, camperas, riñoneras, zapatillas de escalada, etc.) con lo cual todo el mundo se fue muy conforme. También hablaron varios, el presidente del Club Andino Córdoba, don Penza, quien agradeció la presencia de todos en nombre del Club Andino Córdoba; Eduardo Tarditti, en nombre de la Comisión Organizadora y Julio Nogueira en nombre de los escaladores brasileños. Todo muy buena onda y alegría.
Evidentemente en los Gigantes quedaron perfectamente definidas dos cosas: en primer lugar que las competencias de escalada interesan, que hay un muy buen nivel de escaladores y que el futuro es muy venturoso. En segundo lugar que se debe elaborar un reglamento más completo, que reúna todas las variantes producidas y que sea respetado estrictamente. Es esto tarea de las Comisiones Organizadoras (se está trabajando en ello), pues es requisito imprescindible para que la gente se siga entusiasmando que las reglas sean claras y conocidas de antemano y no exista ningún tipo de discusiones que en el deporte siempre restan y pocas veces aportan algo constructivo.
Por último nuestro sincero reconocimiento a los cordobeses, quienes realmente hicieron todo muy bien y con mucha voluntad, a quienes los "primos barilochenses" les agradecemos mucho y los esperamos en el próximo encuentro en Catedral.
También queremos agradecer a nuestros sponsors, que hicieron posible el viaje.
Refugio Otto Meiling
Andes Expediciones
Perner S. A. – Sneg S.R.L.
Refugio Cerro López
Camping Pampa Linda
Refugio J. J. Neumeyer
Refugio Laguna Negra.
Supermercado La Anónima
- Revista del Club Andino Bariloche, Mayo 1988
Mail: info@culturademontania.org.ar
WhatsApp: +54 11 3060-2226
Instagram: @ccam_arg
www.facebook.com/ccamontania
Contáctate y comenzá
la aventura de integrarte
a la red cultural