"No hay uniformes elegantes, ni tribunas, ni partidos de campeonato. Pero una vez que un hombre comienza a explorar cuevas, rara vez se detiene; algo cercano a la tierra se ha convertido en parte de su maquillaje. Y si lo que busca es pura aventura, puede elegir sus propios peligros cuando va a la clandestinidad. Puede estar perfectamente seguro o estrechar la mano con la muerte en el mundo de la noche”.
Aaron Addison
Se denomina espeleología a aquella actividad interdisciplinaria que combina actividad científicay técnicas de exploración. Su objetivo es el estudio y conocimientos de las cavidades tanto naturales como artificiales, por ende, se compone de varias disciplinas como es la geología, biología, topografía, arqueología y otras. En el caso de las naturales el propósito de la misma es conocer los procesos de formación de una caverna, sus dimensiones, sus posibles formas de vida (fauna adaptada a cavernas y visitantes ocasionales) y la posible huella humana, como es el caso del arte rupestre.
Estudiar y proteger es parte de un mismo compromiso, por lo tanto la espeleología conlleva la conservación de las cavernas dado que son ecosistemas frágiles y que muchas veces están sometidas a descuidos, vandalismos, etc.
En el año 1980 estudiantes de geografía matemática del otrora Instituto Geográfico Militar (IGM) comenzaron a sentir un profundo interés en la espeleología. Esta iniciativa tuvo el apoyo de diversos estudiantes de la carrera. Pero fueron Eduardo Tedesco, Osvaldo Martínez, David Golonbek y Roberto Agüero, los organizadores y fundadores.
Eduardo Tedesco y Roberto Agüero, que inicialmente probaron acercarse al CAE (Centro argentino de Espeleología) para mapear cavernas, pero al observar los métodos personalistas y el enfoque paracientífico de su líder, que por entonces ligaba la espeleología con fenómenos paranormales, optaron por tomar distancia y formar un nuevo grupo. Durante una visita de estudio para relevar topográficamente la cueva del Toro o Salamanca en Vuelta de Obligado, Partido de San Pedro, junto a Osvaldo Martínez y David Golonbek fundaron el Grupo Espeleológico Argentino – GEA, cuya acta fundacional fue el 3 de agosto de 1980. Se visitaron en la provincia de Buenos Aires, Cueva del Toro, Vuelta de Obligado y Gruta de Oro y Caverna Negra (Barker). En el mismo año se sumó la Cueva de Laguna Brava en Córdoba.
La personería jurídica se obtuvo en el año 1981, siendo la primera entidad espeleológica en obtenerla en la Argentina.
Durante 1981, se realizaron trabajos en la Caverna de las Brujas, con sus imponentes galerías, Caverna de San Antonio en la provincia de Córdoba, provincia muy rica en temas espeleológicos y arqueológicos. Mientras tanto no cesaba también el trabajo de gabinete, la confección de planos topográficos, la búsqueda de bibliografía y las relaciones, en ese momento en forma epistolar, nacionales e internacionales.
Durante 1982 prosiguió el trabajo incesante en Las Brujas, Mendoza, se inicia la exploración en Cuchillo Curá, Neuquén, y Caverna Halada en la Pampa, entre otras. (7, 8, 9, 10). Todas estas cavernas encierran un inmenso trabajo de exploración, tema fundamental en el trabajo espeleológico. La exploración, el trabajo incesante en zonas desconocidas abre las puertas no solo sobre el conocimiento in situ de la imponente geografía argentina, donde todavía existe mucho sin explorar, sino que brinda conocimiento único y preciso acerca de los lugares donde puedan existir o no cavernas, aleros o simplemente grutas. El caminar y explorar es una de las tareas fundamentales en la espeleología. De la misma manera con la necesaria protección y conservación de las mismas.
Con solo veinte años, o menos, estos casi adolescentes emprendieron un camino que todavía continúa y que ha dado enormes frutos.
Asomados a las cavernas con una topografía de brújula, regla y cinta métrica, dichos miembros, pusieron sobre la mesa la necesidad de construir un grupo de puertas abiertas. El trabajo minucioso de entablar relaciones y pedidos, con la comunidad espeleológica internacional, estuvo a cargo de David Golonbek, primer Presidente del GEA, quien durante 1981 y 1985) escribió de puño y letra y con una vieja máquina de escribir Olivetti, más de 400 cartas, solicitando apoyos y dando a conocer el grupo en todo el mundo. Así la Asociación comenzó a delinear su propio perfil, con el contacto de muchos grupos espeleológicos y entidades académicas de Latinoamérica. USA y Europa.
Durante 1982 se visitó nuevamente la Caverna de Las Brujas, Mendoza. En aquella oportunidad se realizaron trabajos de topografía, registros de temperatura y exploraciones en los alrededores, conociendo más de lleno la geología de esta caverna.
En la Cueva del León, provincia del Neuquén, se realizó una topografía parcial y un sondeo de su lago interior, de una belleza particular, como todo lago subterráneo con todos sus misterios, su geología y sus secretos.
Otro capítulo importante en el desarrollo de la espeleología argentina fue y sigue siendo la provincia de Córdoba. Poco explorada, incluso desde el punto de vista arqueológico. En esta oportunidad se realizaron trabajos de exploración y topografía en la Cueva Chica, la Y, San Antonio, Potrero, y Cueva del Indio, Cementerio.
Es imposible sintetizar en palabras todo el conocimiento que brindaron estas cavernas. Se debe tomar en cuenta que, en la provincia de Córdoba, miembros del GEA los primeros en colocar la mirada espeleológica a una considerable cantidad de cavidades, hasta su momento solo conocidas por lugareños y con muy poca información desde las propias municipalidades. Esto incremento también la búsqueda incesante de datos bibliográficos con el fin de conocer en detalle las ubicaciones y la información geológica de dichas cavidades.
Cada alero o cueva, se presenta con una forma geológica particular, galerías amplias o angostas, alturas, túneles, incluso, donde apenas puede pasar una persona. En esas condiciones, muchas veces difíciles, la experiencia topográfica del GEA se fue haciendo muy sólida. Pero no hubo tregua a la dificultad. Cada campaña sumo su grano de arena. Incluso, sobre la base de muchas de estas visitas, se comenzó a hablar el grupo sobre la necesidad de contar con la práctica de técnicas verticales de ascenso y descenso, técnicas necesarias para el ingreso a determinadas cavidades, técnicas que actualmente los miembros del GEA practican a diario.
Estas primeras campañas ofrecieron al grupo un panorama muy amplio de los trabajos a futuro. El grupo crecía en conocimientos y en estrategia para abordar la investigación de cada caverna con su particularidad, además de sus relaciones nacionales e internacionales.
En 1982 Eduardo Tedesco y Osvaldo Martinez realizaron la primera campaña al Sistema Cuchillo Curá, Las Lajas, Neuquén. Fue esta una visita exploratoria, de tanteo, no sabiendo exactamente el lugar exacto de las mismas, que luego con el tiempo se convirtió en uno de los puntales topográficos, biológicos y geológicos, de los trabajos de GEA desarrollando el primer y principal proyecto de investigación durante estos cuarenta años.
De esta época surge el Primer Boletín de la Asociación. En el mismo se realiza un raconto de los primeros dos años de la asociación, se delinean objetivos y se enumeran las primeras doce campañas del Grupo. Es de notar que, a diferencia de las primeras cartas, muy formales, el Boletín lleva implícito el “nosotros” desde un comienzo. Formas de discurso donde los actores se sitúan con respecto al grupo que llevan entre manos. Primera manifestación de un grupo que comienza a crecer y que ya posee el material suficiente para darse a conocer a una sociedad donde, en se momento, apenas se conocía la palabra espeleología.
Se inicia el año con trabajos en Cuchillo Curá y el Cordón Curimyl, las cavernas del León, Gendarme, Arenal, y el Templo en el mes de enero. La primera mencionada se visitó con buzos del club Amey Triglav, sondeando y buceando en la misma. Solo había antecedentes de buceo en esta cueva del grupo KARST en los 70.
En abril de este año también se realizó la primera campaña al Parque Arqueológico y Reserva Natural Cerro Colorado de la provincia de Córdoba, con el fin de relevar las pinturas rupestres en los distintos aleros del Parque ubicados en los aleros de los Cerros Colorado, Veladero e Intihuasi. Dichas campañas fueron semillas que dieron su fruto con los años. Visitas y trabajos donde todavía el futuro no se vislumbraba, pero se trabajaba con él. Se topografiaron 13 aleros con sus respectivas manifestaciones rupestres. Se completó el trabajo con fotografía y representación de las mismas a través de dibujos. En trabajos posteriores se ubicaron 18 aleros más.
Los trabajos con el correr de las campañas, y el trabajo de gabinete, el GEA se fue consolidando como uno de los grupos referentes de la espeleología argentina con sus trabajos de exploración, práctica en topografía, descubriendo, no sin fascinación, nuevas formas de geomorfología subterránea. No se olvidó el trabajo de divulgación científica tratando de hacer conocer la importancia de la protección ambiental de las cavernas. Se realizaron conferencias, charlas, en colegios, Sociedades de Fomento, en distintos barrios del conurbano bonaerense. Se hicieron conocer sus actividades, además de la incorporación de nuevos miembros. Una de esas columnas también, fue la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. La espeleología se fue abriendo paso con muchos esfuerzos. En esos años, el GEA, no tenía sede. Las reuniones se realizaban en casas particulares de los miembros en Haedo, Once y Adrogué. Pero con una persistencia muy fuerte de grupo y de propósitos, lentamente el espacio se fue abriendo y quizás de manera inusitada.
Uno de los sitios que le proporcionaron al GEA una metodología de trabajo, más una forma de convivencia, fue el denominado Sistema Cavernario Cuchillo Cura. Si bien explorado por primera vez en el año 1982, fue en el año 1984 donde se comenzó de manera sistemática el trabajo en dicho sitio. Este sistema se encuentra formado por la Caverna del Gendarme, del Templo y del Arenal y la cueva de Los Cabritos. Allí se comenzó a trabajar en la topografía de dichas cavernas, donde se halló un yacimiento arqueológico a cielo abierto sobre las orillas del humedal del sitio mencionado, además, de una pequeña pintura rupestre en la caverna Los Cabritos, hoy ocluida por una inmensa duna de arena. La topografía realizada lleva ya casi cuatro kilómetros de recorrido. Es el sistema más extenso conocido en argentina. Muchas horas de trabajo y de internación con el fin de conocer en toda su extensión.
En ese mismo año, se realizan investigaciones topográficas y arqueológicas en tres cuevas cercanas a la ciudad de Rincón de Los Sauces, Los Gatos, El Zorro y El Jagüel, provincia del Neuquén, cuevas de origen lávico. En la primera de ellas se detectaron pinturas rupestres. La información sobre dichas cavidades fue remitidas a GEA, por un médico del Hospital de Rincón de los Sauces. Dichas cavernas se encuentran a 80 km de la ciudad nombrada. En una de ellas se encontró una pintura rupestre muy desgastada y un yacimiento arqueológico de superficie, adyacente a la entrada de la caverna.
El sitio una vez realizada su topografía, se procedió a la recolección del material lítico, que fue enviado en su momento a la Dirección de cultura del Neuquén. Estas cavernas fomentaron en el GEA la necesidad del trabajo y la protección de cavidades. Dichas cuevas fueron encontradas con deterioros serios, como basura (latas, botella de plástico, barrenos para romper estalactitas y estalagmitas) y, de hecho, se encontró muy depredada, producto de las visitas incesantes y la falta de cuidado de su medio ambiente.
En octubre también de este año se visitó la Cueva de los Espíritus y la Cueva la Escondida en las Sierra de Curamalal, Pigué, provincia de Buenos Aires. Sobre las paredes de la primera cueva mencionada, se encuentran escritas con mensajes contemporáneos dejados por visitantes que van desde el año 1905 hasta el presente. Muchas de ella con material de pintura propias de la primera mitad del siglo XX. A partir de 1960 se denota el uso de pintura sintética. Actualmente se encuentra en estudio, luego de sucesivas campañas en 2016, 2017 y 2018, dichas representaciones pictóricas modernas en lo que toca a paneles topográficos elegidos por los visitantes sus mensajes, así como los tipos de letras(grafías) utilizados para tal fin.
En este año surgió la necesidad de dar a conocer gran parte de los trabajos realizados.Se neceistaba un órgano difusor que mostrará de lleno esos primeros frutos. Por ello se publica el nro. 1 de la Revista Salamanca, nombre propuesto por David Golonbek, Primer presidente del GEA, y aceptado por la totalidad del grupo. Los artículos de dicha publicación, versaron sobre los resultados de campañas en Córdoba por Roberto Agüero y Walter Calzato, entre otros, y el primer catastro de cuevas argentinas con 43 cavidades, por Roberto Agüero y Gabriel Redonte.
Desde el comienzo las tareas de la Asociación se basaron exclusivamente en tareas topográficas. Con el correr del tiempo y la incorporación de nuevos miembros con otros intereses, el GEA mismo descubrió esa potencialidad incorporando otras disciplinas para el estudio cavernario, específicamente, arqueología y biología.
Estas nuevas disciplinas aportaron con el tiempo sus perlas de oro, donde luego se incorporó la geología y el trabajo de difusión educativa. En este aspecto se vio incrementada la cantidad de publicaciones y libros producto de intercambios. De esa manera se constituyó la Biblioteca del GEA, “Dr. Emilio Maury”, para homenajear a quien fuera socio honorario del GEA y describiera en 1988 la primera especie troglobia de Argentina, un opillion hallado en las cuevas de Cuchilo Curá del que hablaremos luego. Esta biblioteca posee un amplio acervo bibliográfico, contando actualmente con más de 70 colecciones de publicaciones periódicas espeleológicas de todo el mundo, 300 libros y también más de 100 informes, resultado del trabajo en cavernas, desde 1980 hasta el presente, con un catastro de 400 cavernas de nuestro país, una mapoteca, con planos de cavernas, y fototeca. Testimonios no mudos de un inmenso trabajo.
De esta manera culminan los primeros años de consolidación.
Durante los años siguientes, el GEA traza un camino de investigación, experiencia y suma de conocimientos donde se prepara –sin saberlo y que no es poco- para lo nuevo por venir.
Participa activamente en la Federación Espeleológica de América Latina y el Caribe (FEALC), organismo que nuclea a todas las federaciones espeleológicas de la región.. En el año 1986, El Grupo Espeleológico Argentino ingresa como miembro de la Unión Internacional de Espeleología. Nuevo perfil que acarrea responsabilidades no solamente a nivel local.
En mayo de este mismo año se publica el nro. 2 de Salamanca. Con cambios sustanciales. Participan espeleólogos e investigadores del exterior como Víctor de María Pesce, y locales como Roberto Crowder, de la Universidad Nacional de Córdoba, Redonte y Agüero comienzan a hablar de grandes Cavidades de la Argentina, producto del trabajo en campañas bajo una nueva mirada.
Pero hay algo sumamente importante, que se convierte en bisagra en la espeleología argentina. En las campañas enero de 1986 y enero de 1987 GEA descubren ejemplares de fauna con características troglobias, artrópodos adaptados a la vida en cavernas. Fueron descubiertos en las cavidades del Sistema Cuchillo Curá, en las Lajas, provincia del Neuquén.
En 1987 Daniel Anghilante, biólogo del GEA, realiza un informe pormenorizado del ambiente (climatológico, topográfico y geológico) donde fueron recolectados dichos ejemplares. Según los trabajos de Maury y Anghilante los ejemplares taxonómicamente se ubican dentro del Filo Artrópodo, dentro de la clase Arácnidos se ubican Opiliones,
En 1988, Emilio Maury publica la descripción de la primera especie troglobia descubierta en Argentina, el opilión Picunchenops Spelaeus de Cuchillo Curá. (Maury E.A. 1988. Triaenonychidae sudamericanos. V. Un nuevo género de Opiliones cavernícolas de la Patagonia (Opiliones, Laniatores). Mémoires de Biospéologie 15: 117–131).
En enero de 1988 se realiza en Plaza Huincul y Las Lajas, Neuquén, el Primer Encuentro Argentino de Espeleología que reunió a las agrupaciones existentes de espeleología señalando un nuevo quiebre en la historia común, ya que los grupos, incluyendo a GEA, buscan complementarse y acordar intereses en común. El GEA es junto al grupo neuquino GENEU y el GAEMN en formación impulsor de esta instancia y participa con la mayor delegación y presentación de trabajos.
Por otra parte, el GEA no deja de publicar y realizar campañas de estudio, no solo a sus principales proyectos como Cuchillo Curá o Las Brujas, también descubriendo y relevando nuevos sitios como la Yesera del Tromen en Neuquén, las cuevas en pelitas del sur mendocino o el carso de Rodeo en San Juan.
Aquí comienza otra etapa. El GEA ya no se encuentra solo, otros grupos lo acompañan en su labor, otras cavernas son descubiertas, nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista, lo que hizo que la espeleología argentina creciera en madurez.
Durante ese mismo enero de 1988 se realizó una excavación arqueológica por parte del Grupo Espeleológico Argentino en el interior de la Caverna de los Gatos, Rincón de los Sauces, provincia del Neuquén con el apoyo municipal y Cultural de dicha localidad y bajo la Dirección del Doctor en arqueología Antonio Austral. Por sus pinturas rupestres y su yacimiento arqueológico de superficie, en adyacencias de la caverna descubiertos en 1984, se realizó una excavación en el interior de la misma. Los resultados de dicho trabajo, fueron plasmados en un informe que fue remitido a la Dirección de cultura del Neuquén junto con el material arqueológico correspondiente.
En 1989 se abren nuevos temas de investigación. Se lleva adelante una gran campaña de relevamiento topográfico en la caverna de Las Brujas, Mendoza.
1990 encuentra al GEA con tareas de proteccionismo. Se realiza un estudio ambiental de las cavernas de Cuchillo Cura en lo que concierne a los riesgos de impacto antrópico por minería y turismo sin control que corría y corre sobre dicho sistema cavernario que pone en riesgo su patrimonio biológico, arqueológico y geológico. Se publica dicho estudio en el número correspondiente de Salamanca de ese año. (http://www.gea.org.ar/publicaciones/salamanca/)
Hay mucho más en la historia de la espeleología argentina y el GEA.
¿Quieren conocer lo que sigue? … en la segunda parte lo descubriremos….
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