En octubre de 2005 Darío Bracali y quien escribe realizamos la primera travesía uniendo cuatro cumbres del nevado de Cachi con las cuatro del cordón de Palermo, en una travesía que demandó siete días.
Darío me propuso realizar la travesía entre el Nevado de Cachi (6.380 m) y el nevado de Palermo (6.150 m) que nadie había intentado aún.
En lo personal ya había ascendido todas las cumbres del cordón Cachi - Palermo en diferentes oportunidades, pero la travesía era un desafío mayor que siempre había quedado pendiente.
Inmediatamente le hice la contrapropuesta de entrar por el sur y no por el norte, asimismo de realizar varios picos de ambos cordones que sumarían un total de ocho, cuatro del Nevado de Cachi y otros tantos del cordón de Palermo. El entusiasmo fue enorme, aunque con algunos altibajos, pues no lograba acomodar mis tiempos laborales y familiares, hasta que finalmente todo cerró y allí estábamos reunidos, haciendo compras de último momento, compaginando los itinerarios, reduciendo el peso al mínimo exponente para no llevar ni un gramo de más. Ambos teníamos equipo que la empresa Makalu Indumentarias nos había dado para apoyar nuestras actividades y era una excelente oportunidad para probarlos en las condiciones que ofrece la montaña durante varios días por arriba de los 6.000 metros.
Desde el punto de vista deportivo el gran atractivo desde finales de la década de 1940 fue la cumbre principal del Cachi, las restantes cimas y todo el cordón de Palermo recién fueron ascendidos entre las décadas de los ’70 y los ’80. La distancia aproximada de todo el cordón desde sus cumbres es de aproximadamente unos 50 kilómetros en sentido norte sur.
El proyecto que finalmente planificamos con Darío fue tomar las cimas partiendo desde el sur hacia el norte uniendo las cumbres Pellicelli (5.840 m), La Hoyada (6.020), Hoygaard (6.185 m) y Libertador (6.380 m) pertenecientes al Nevado de Cachi; y las cumbres del Palermo (6.150 m), Morro del Quemado (6.015 m), Guanacos (6.030 m) y Ciénaga Grande (6.075 m) del cordón de Palermo, en un recorrido de casi 60 km. y que nos llevaría una semana con un margen de un par de días por las dudas.
Los objetivos de la expedición fueron tanto deportivos como científicos, pues nos propusimos realizar prospecciones arqueológicas en todo el recorrido ante la presencia de sitios arqueológicos y/o históricos que se sumen a los ya conocidos en el área, por otra parte hacer nuevas mediciones con instrumental de precisión (GPS, altímetro, clinómetro) de todas las cumbres y abras o pasos montañosos del cordón. De hecho, todas las alturas modificadas en el presente trabajo son el fruto de esa expedición.
Salimos con Darío desde Salta después del mediodía llegando al pueblo de Cachi al atardecer, inmediatamente nos transportamos hasta donde llega el camino al pie del nevado, es decir en la quebrada de Las Pailas (2.900 m). Cargamos las mochilas y esa misma noche caminamos un par de horas como para ir ganando altura y empezar a respirar el aire de montaña.
Empleamos tres días para aclimatarnos entre los 4.000 y 5.000 metros incluyendo el ascenso a la cumbre Pellicelli (5.840 m). El cuarto día fue uno de los más duros ya que partimos temprano desde los 5.050 m y ascendimos las cumbres La Hoyada (6.020 m), Hoygaard (6.185 m) y Libertador (6.380 m), para acampar a 5.835 m a media noche.
El quinto día lo empleamos para atravesar el largo filo que vincula el cordón de Cachi con Palermo y montar un campamento a los 5.840 m. El sexto día ascendimos a la cumbre del Palermo (6.150 m) y acampamos a los 5.960 m. Durante toda la travesía el viento nos castigó sin tregua, en momentos trataba de recordar lo que era la vida sin ventarrones que nos hacían trastabillar permanentemente, como también aflojar la carpa.
La noche no fue muy buena, especialmente para Darío que se había enfriado demasiado, hecho que motivó que la última jornada la realizara solo mientras él permaneció en el campamento intentando reponerse.
A la mañana temprano partí por el filo cumbrero y concreté la travesía uniendo las cimas del Morro del Quemado (6.015 m), Guanacos (6.030 m) y Ciénaga Grande (6.075 m), al atardecer regresé al campamento y decidimos bajar, pues otra noche a casi 6.000 metros no era lo mejor que nos podía ocurrir. En medio de la cerrada noche y con la luz de las linternas frontales bajamos casi dos mil metros hacia el Este hasta ubicarnos en una quebrada con agua pasada la media noche.
Finalmente y luego de dormir como hacía tiempo no lo hacíamos, empezamos a descender por la quebrada del Río Salado, formada por unos cañadones profundos de gran belleza hasta salir a la Ruta Nacional 40 en el valle Calchaquí.
La travesía había llegado a su fin y los resultados de esta expedición fueron excelentes en cuanto a los objetivos que nos propusimos. Por un lado las mediciones con GPS y altímetro dieron nuevas y más precisas altitudes de las cumbres modificándose casi todas: Pellicelli 5.840 m (medición nuestra) / 6.000 m (altura anterior), La Hoyada 6.020 m / 6.150 m, Hoygaard 6.185 m / 6.100 m, Libertador 6.352 m / 6.380 m, Palermo 6.146 m / 6.200 m, Morro del Quemado 6.014 m / 6.100 m, Guanacos 6.030 m / 6.100 m, Ciénaga Grande 6.075 m / 6.100 m.
Por otra parte localizamos nuevos sitios arqueológicos e históricos que no se conocían y realizamos el relevamiento de un camino inca que va desde la base hasta la cumbre la Hoyada”. (Extracto del libro El Nevado de Cachi, de Christian Vitry).
En este video, se lo ve a Darío Bracali en un momento de la travesía con el fuerte viento en el filo del Palermo-Cachi.
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